sábado, 1 de julio de 2017

RUTA POR CADALSO DE LOS VIDRIOS

RUTA POR CADALSO DE LOS VIDRIOS

Peña Caldalso o Peña Muñana. Donde Guadarrama y Gredos se dan la mano.

El Sistema Central es una gran alineación montañosa, que con dirección Nordeste-Suroeste recorre el centro peninsular, extendiéndose desde la Sierra de la Pela en Soria, hasta la Sierra de la Estrella en tierras portuguesas. Es la divisoria de las cuencas hidrográficas de los ríos Duero y Tajo, y su pico más alto es el Almanzor con 2.592 metros de altura, en plena Sierra de Gredos.
Es un importante corredor ecológico y de biodiversidad con numerosos ecosistemas en buen estado de conservación. A lo largo de sus 400 kilómetros de longitud podemos encontrar pastizales de montaña, canchales, lagunas glaciares, pinares de alta montaña, castañares, robledales, encinares, o hayedos.

(Pinar de pino resinero, pinus pinaster, en Peña Cadalso).

La escasa densidad de población de algunas de sus zonas, las pendientes, la climatología, y la existencias de grandes masas forestales, favorece la presencia en estas montañas de una rica y variada fauna, con algunas especies en peligro de extinción. En el grupo de las aves destacan por su escasez el buitre negro, águila imperial, o cigüeña negra. Mamíferos tan escasos como el lobo ibérico, lince ibérico, desmán de los Pirineos o nutria. Posee una gran riqueza entomológica con especies bandera como las mariposas apolo y la isabelina. También gran diversidad herpetológica como lagarto verdinegro, lagartija carpetana, tritón  jaspeado, y algunas de ellas endémicas como en la Sierra de Gredos.
En la Comunidad de Madrid el Sistema Central se divide en tres unidades geomorfológicas: Somosierra, Sierra del Guadarrama, y Gredos y sus estribaciones.
En la zona más suroccidental de la comunidad, ya lindando con tierras avileñas y toledanas, se encuentra el pico Peña Cadalso o Peña Muñana, de 1044 metros de altura.

(Peña Cadalso o Muñana, pequeño macizo granítico de 1.044 metros de altura, una de los últimos picos del Sistema Central de la Comunidad de Madrid).

Es un pequeño macizo granítico, enclavado en plena ZEPA 56, está rodeado por una corona forestal compuesta por pinos, helechos, encinas, enebros.
Es el hogar de aves rapaces como águila real, buitre leonado, milano negro, aguillilla calzada, y otras especies forestales como trepador azul, herrerillo capuchino, mito, o carbonero garrapinos.
En su cima hay emplazado un pequeño puesto de incendios, con una caseta y un vértice geodésico, qué se llegan a ellos por una escalera metálica.

(En la cima de Peña Cadalso existe una pequeña caseta de observación de bomberos y un vértice geodésico).

Desde lo alto de su cima tenemos unas magníficas vistas de las primeras alineaciones de Gredos, varios picos del Sistema Central, Valle del Tajo, y los Montes de Toledo.

(Vistas de los Montes de Toledo desde la cima de Peña Cadalso).

La ruta propuesta es una ruta lineal de ida y vuelta desde el pueblo de Cadalso hasta la cima de la Peña Cadalso. Es de 3 horas de duración y de dificultad media, ya qué tenemos que salvar una pequeña pendiente.

(Ruta lineal de ida y vuelta de 3 horas de duración y de dificultad media a Peña Cadalso o Muñana).

Accesos a Cadalso de los Vidrios. La ruta comienza en la urbanización Peña Cadalso, calle Peña.
-En coche. Carretera M-501 y luego la M-542. 1 hora y 15 minutos desde Madrid.
-En autobús. Líneas 545 Madrid (Príncipe Pío)-Sotillo de la Adrada, y 546 Madrid (Príncipe Pío)-Casillas. 1 hora y 35 minutos desde Madrid.
Nos bajaremos en la parada de la Avenida de la Constitución. Desde allí a la calle Peña, inicio de la ruta son 8 minutos andando.
Recomendaciones para la ruta.
-Aunque la ruta está señalizada con flechas verdes, algunas veces o están desgastadas o no las encontramos. Si no las vemos, nos guiaremos por los mojones de piedras.
-No subir a la peña entre los meses de Febrero y Junio, cuando es la época de reproducción de las aves rapaces, para evitar molestias innecesarias.
-Precaución en los días de mucho viento, cuando estemos en lo alto de la cima, allí suele soplar racheado.
-Respetar la caseta del puesto de incendios, y evitar los grafitis en las rocas, que desgraciadamente ya se ve algún granito con pintadas.
Este es el relato de una ruta que realicé a principios del verano de 2017.
Hacía apenas una semana que habíamos estrenado el verano, y la primavera se había despedido con una de esas olas de calor que no dejan indiferente a nadie, con temperaturas por encima de los 40 grados. Pero en ese día en Cadalso de los Vidrios cualquiera diría que habíamos padecido una ola de calor tan asfixiante. El día era muy fresco, con unos 20 grados que engañaban al calendario, y con un viento que refrescaban aún más el ambiente.
Dejé atrás la parada del autobús que me trajo desde Madrid para ir callejeando hasta la urbanización Peña Cadalso que es el comienzo de la subida a la peña.  Mientras me iba acercando al punto de partida de la ruta iba anotando las primeras especies de la ruta, propias de zonas urbanas como golondrina común, tórtola turca, paloma torcaz , gorrión común y estornino negro.
Llegué a un pequeño parque situado justo enfrente del cartel que indicaba la ruta a la subida a Peña Cadalso. Allí un ruidoso grupo de rabilargos ibéricos dejaban constancia de su presencia con sus repetitivos graznidos.

(Cartel informativo de subida a Peña Cadalso).

En el césped del pequeño parque, un macho de mirlo común, ajeno a tanta algarabía, se afanaba en buscar lombrices para el desayuno.
Comencé a subir la cuesta de inicio del camino que era flanqueado por pinos y enebros. En el inicio de un pinar cerrado, entre la hierba, avisté a una camuflada abubilla que delató su presencia por su inconfundible cresta. Justo cuando la estaba sacando un par de fotos, a mi derecha salió volando un bonito macho de pardillo común.

(Abubilla. Upupa epops).

Me interné en el pinar, y comencé a oír el reclamo de un ave que no distinguía. Decidí esconderme tras el tronco de un gran pino, y allí esperar a que dejase ver. En unos minutos, en lo alto de una copa, me llevé una grata sorpresa al comprobar que se trataba de un trepador azul.

(Trepador azul. Sitta europaea).

La senda que atravesaba el pinar acaba en una gran explanada, que resultó ser una gran plancha de granito, y desde donde había unas buenas vistas de los Montes de Toledo.
La senda se perdía en la plancha de granito, y me costó varios minutos hasta que volví a encontrarla.  En ese momento apareció en lo alto del cielo la silueta negra de una gran rapaz. Cuando pude esquivar los rayos del sol, comprobé que se trataba de un milano negro. La mañana no empezaba nada mal, y presagiaba el avistamiento de alguna rapaz más.
Ya se empezaba a ver más de cerca la cima de la Peña Muñana, y desde sus bolos graníticos apareció una rapaz blanca que al rato identifiqué como una aguililla calzada.

(Aguililla calzada. Aquila pennata).

El camino giraba hacia el Oeste con unas magníficas vistas al Sistema Central, y parte de las estribaciones de Gredos. A pesar del viento racheado, dos valientes buitres leonados lo desafiaban con gran valentía.

(Buitre leonado. Gyps fulvus).

A la izquierda de la senda, se alzaba un gran bolo granítico, con curioso hito en el paisaje muy vistoso, y que los lugareños lo conocen con el divertido nombre del “cojón de la Muñaña.

(Bolo granítico conocido como "el cojón de la Muñana).

Muy cerca de este bolo granítico, hay un pino con porte de bonsái, y que se ha quedado con ese curioso porte debido a la acción del viento.
Proseguí la ascensión por la cara Oeste de la peña, con vistas a dos enormes canteras de granito que provocaban un importante impacto visual.
El viento seguía soplando a  ráfagas, y esta vez fue el turno de un avispado cuervo común, qué de un solo aleteo pudo enderezar su dirección de vuelo.
El camino volvía a hacer un brusco giro a la derecha, y un enorme pino que había sido arrancado desde las raíces, quizás por el viento, bloqueaba parte del camino. Tras cruzar su enorme tronco me encontré un bolo granítico tras este, y encima de él, tomaba el sol plácidamente una lagartija colilarga.

(Lagartija colilarga. Psammodromus algirus).

Llegué a un bosque de pinos de gran porte, donde comencé a oír el reclamo de varios pequeños pajarillos, así que decidí una espera de varios minutos.
Primero llegó el turno de varios mitos. Después un simpático herrerillo capuchino. Al rato su primo el herrerillo común, y por último un carbonero común.
Según iba ascendiendo de camino a la cima se iba notando más humedad, el suelo del pinar era ocupado por un gran tapiz de helechos.
Tras varios minutos de subida de una aparatosa pendiente vi la antena del puesto de bomberos y la escalera de hierro. Subí con cuidado la escalera, recordando para mis adentros el vértigo que padezco desde hace tiempo, así que lo tomé con calma. Cuando pisé el último escalón, las vistas no podían ser más espléndidas. De frente tenía las estribaciones de la Sierra de Gredos. A mi derecha el Sistema Central, con algunos picos que pude distinguir a primera vista como Las Cabreras, el pico Almenara, o el Cerro de San Pedro. A mis espaldas el Valle del Alberche. Y a mí izquierda los Montes de Toledo y el Valle del Tajo. Un auténtico balcón natural, al que merece subir para ver estas magníficas vistas.

(Vistas del pueblo de Cadalso de los Vidrios y estribaciones de la Sierra de Gredos desde Peña Cadalso).

Las canteras de granito eran el único punto flaco a estas vistas tan privilegiadas.
Después de un buen rato de disfrute de estas suntuosas vistas, decidí retomar el camino de vuelta.
Volví a hacer una espera en el pinar del pino que cayó en el camino, pero sin apenas suerte, ya que sólo se dejaron ver otra vez los mitos.
El camino de vuelta apenas deparó nuevas sorpresas. Sólo se dejó ver una inquieta hembra de colirrojo tizón, y a la entrada al parquecillo de inicio de la ruta, una buena aglomeración de aviones comunes, que cerraban la lista de especies de esta jornada tan interesante.
¡A qué esperáis para coger la mochila y los prismáticos y disfrutar de este espacio natural tan interesante!
¡Felices avistamientos!
© Rafa Ac.
Finalizo el relato con la lista de especies avistadas durante la ruta.

FAUNA DE PEÑA CADALSO
AVES
REPTILES
Abubilla
Lagartija colilarga
Aguililla calzada
Avión común
Buitre leonado
Carbonero común
Colirrojo tizón
Cuervo común
Estornino negro
Golondrina común
Gorrión común
Herrerillo capuchino
Herrerillo común
Milano negro
Mirlo común
Mito
Paloma torcaz
Pardillo común
Rabilargo ibérico
Tórtola  turca
Trepador azul