domingo, 4 de febrero de 2018

RUTA POR EL ÁLAMO

RUTA POR EL ÁLAMO

Parque de San Isidro y Arroyo de los Vegones. Otoño entre viñedos.

Uno de los agrosistemas más interesante, y que cubre grandes extensiones de la zona Sureste y Suroeste de la Comunidad de Madrid son los viñedos.
Los afamados caldos madrileños gozan de gran prestigio, aunque poco conocidos hasta fechas muy recientes. Resulta curioso que teniendo la Comunidad tantas hectáreas dedicadas al viñedo, de una gran calidad, su denominación de origen no se catalogara hasta la década de los noventa del siglo pasado.

(Viñedos en el pueblo del Álamo).

El municipio del Álamo se encuentra incluido en la sub-zona vitivinícola de Navalcarnero, que se extiende desde Villamanta hasta Cenicientos, ya en el límite con la provincia de Ávila. Sus viñedos se asientan sobre suelos arcillosos, entremezclados con dehesas, monte bajo, y olivares.
El viñedo, a pesar de ser un ecosistema artificial, es un foco de atracción para numerosas especies de fauna como insectos, reptiles, mamíferos y aves.
En ellos podremos observar especies tan interesantes como mariquitas, libélulas, salamanquesas, culebras de escalera, musarañas, ratones de campo, petirrojos, verderones comunes, pardillos comunes, jilgueros, mochuelos comunes, cogujadas, totovías, o cernícalos vulgares, entre otras.
Aparte de ofrecer refugio, los viñedos son un importante reservorio alimenticio para especies en paso y estivales. Así, el fruto de uva, después de la vendimia es aprovechado por especies como mosquiteros, currucas, zarceros, mirlos o zorzales.
Aunque se trata de un ecosistema tan transformado por el hombre, es un agrosistema clave para especies tan amenazadas como el alzacola rojizo, que habita en los viñedos que están enclavados alrededor del Parque Nacional de Doñana, muestra de su importancia, y que con algunas medidas correctoras como se hacen en los viñedos ecológicos, puede ser un importante nicho para estas especies en peligro.
El pueblo del Álamo es el penúltimo municipio del Parque Regional del Guadarrama, antes de que el río Guadarrama atraviese el municipio de Batres y se encamine hacia tierras toledanas.

(Vista del pueblo del Álamo y Arroyo de los Vegones).

En el Álamo podemos encontrar una gran variedad de hábitats, como zonas de cultivo cerealista, olivares, viñedos, bosque de riberas, dehesas, y pinares, lo que propicia una gran diversidad de especies ornitológicas, algunas de ellas muy interesantes como pico menor, águila imperial, o búho real.

(Bosque de ribera en el Arroyo de los Vegones).

El buen estado de conservación del bosque de galería del cercano río Guadarrama compuesto por especies como chopos, álamos, sauces, fresnos y olmos , entre otras especies, le convierte en un importante corredor ecológico entre la Sierra del Guadarrama, la depresión del Tajo, y los Montes de Toledo.
A las afueras del pueblo del Álamo, pasando el polígono industrial, se encuentre el Área Recreativa del Parque de San Isidro.

(Área recreativa del Parque de San Isidro en el pueblo del Álamo).

Un área de ocio y esparcimiento atravesada por el Arroyo de los Vegones, con un bonito pinar, acompañado de otras especies como sauces, fresnos y chopos. Cuenta con columpios y bancos.
El 15 de Mayo se celebra en él, la famosa romería de San Isidro, patrón de los agricultores, y que se celebra en otros municipios madrileños con vocación agrícola y ganadera.
La ruta propuesta es una ruta lineal de ida y vuelta de 3 horas de duración y dificultad media, visitando el Camino Natural de Guadalupe, Área Recreativa de San Isidro, Río Guadarrama y Depuradora de Navalcarnero.

(Ruta lineal de ida y vuelta, de 3 horas de duración y dificultad media por el Álamo).

Accesos al Álamo:
-En coche. A-5 salida 31, y luego coger la M-404. 38 minutos desde Madrid.
-En autobús. Línea 539. Madrid (Príncipe Pío)-El Álamo. 1 hora desde Madrid.
-En bicicleta. Desde la estación de cercanías de Móstoles el Soto, siguiendo la Vía Verde del río Guadarrama. 1 hora aproximadamente.
Este es el relato de una ruta que realicé en Octubre de 2017.
La semana anterior había hecho una ruta por la cuenca del Tajuña visitando el quejigal de Valdezarza en Chinchón, y el siguiente finde cambié a la cuenca del río Guadarrama, para visitar el interesante pueblo del Álamo.
Seguíamos con el implacable "veroño" , qué no daba tregua, con una sequía qué ya comenzaba a dar señales de sus efectos negativos. Aunque aquel Sábado del mes de Octubre se presentaba muy nublado, rompiendo la monotonía de los cielos sin rastros de nubes, y qué atenuaban algo aquel calor tan insoportable.
El autobús me dejó al final del polígono industrial, y una amplia pista me daba la bienvenida, con carteles informativos del Camino Real de Guadalupe. 

 (Cartel informativo del Camino Real de Guadalupe a su paso por el pueblo del Álamo).

El paseo era muy agradable con una hilera de algarrobos y otras especies de árboles que jalonaban los arcenes del camino. Ya comenzaba a haber actividad avícola. En un tendido había descansando varias palomas torcaces. Los alrededores del camino eran flanqueados por zonas de cultivo de cereal, barbecho y retamares. En los arbustos de las cunetas había bandos mixtos de gorriones comunes, y jilgueros. En la zona cerealista aparecieron los primeros aláudidos, alondras totovías. Y entre las retamas se podían ver algunos mosquiteros musicales,  que estaban en pleno paso postnupcial.

(Mosquitero musical. Phylloscopus trochilus).

Proseguí el paseo por el Camino de Madrid, hasta llegar a un bonito bosque de ribera con grandes ejemplares de chopos y álamos. Allí me dio la bienvenida una inquieta urraca, y poco después primero reclamó el pito real ibérico, que se dejó ver en lo alto de un chopo con su característico picoteo.
Atravesé el pequeño puente que cruzaba el Arroyo de los Vegones convertido en un auténtico cauce de arena seca, consecuencia de la pertinaz sequía reinante. La imagen no podía ser más desoladora. No se veía un ápice de agua, en todo su cauce.
En unos minutos llegué a la explanada donde se hace la romería de San Isidro, un coqueto bosquete de pinos, con columpios y mesas. Un lugar muy agradable para pasar una bonita tarde de campo.
Comencé a subir los cerros aledaños que cerraban el pequeño valle que formaba el Arroyo de los Vegones. En lo alto de estos comenzaban a planear las primeras rapaces. Primero le tocó el turno a un busardo ratonero, y poco después a un milano real.
La zona de los cerros está cubierta por un mosaico vegetal de pinares, retamares, y monte bajo. Entre los matorrales pude observar un papamoscas cerrojillo, en pleno paso postnupcial, camino de sus cuarteles de invernada en el África Subsahariana.
En lo alto de una rama seca de un árbol, haciendo equilibrio, cantando con mucha parsimonia, estaba posada una cogujada montesina.

(Cogujada montesina. Galerida theklae).

Tomé el Camino de la Chanda, siguiendo los monolitos de granito qué había colocados a lo largo del camino. 
Desde lo alto del cerro tenía unas magníficas vistas del valle del Arroyo de los Vegones, y la cuenca del Guadarrama.
Después de una buena subida, el camino comenzaba a descender hacia el río Guadarrama.  El cambio del paisaje era muy contrastado, ahora compuesto por muchas zonas de viñedo, con alguna encina de gran porte intercalada.

(Grandes ejemplares de encina se intercalan en los viñedos, aportando más biodiversidad a este paisaje artificial).

Entre las viñas pude encontrar a dos currucas capirotadas, y un pequeño gazapo, qué se escondió rápidamente en su madriguera al notar mi presencia.
El calor comenzaba a hacer mella, pero afortunadamente ya veía la gran masa de bosque de ribera del río Guadarrama, y también las cárcavas del Monte del Batres, así como su castillo.

(Bosque de ribera en el río Guadarrama).

Una gran pista iba pegada a la zona del río. Allí la maraña de vegetación era impenetrable, compuesta por chopos, álamos, sauces, y encinas.
Hice una parada para rastrear la zona del Monte de Batres con los prismáticos. En lo alto del cielo había movimiento de rapaces. Comencé a identificar milanos reales y busardos ratoneros. Al momento apareció un rapaz de gran porte, que cuando la luz me dejó verla bien, pude comprobar que se trataba de una majestuosa águila real. 

(Águila real. Aquila chrysaetos).

Pero ahí no iban a quedar las sorpresas, porque justo después le tocó el turno a mi ave favorita, el águila imperial. Todo un lujo poder verla aún por la zona sur de la Comunidad de Madrid.

(Águila imperial ibérica. Aquila adalberti).

Me acerqué a la depuradora de Navalcarnero, para ver si en sus grandes balsas se podía ver alguna especie de ave. En ellas el trasiego de lavanderas blancas era constante, pues por lo que se veía, allí tenían su dormidero particular.
Estuve rastreando la depuradora en busca de nuevas especies, con poca recompensa.
Aceleré el ritmo de paseo, ya que como de costumbre iba con el tiempo justo para coger el autobús de vuelta a Madrid.
Desde el camino de la depuradora, al Arroyo de los Vegones sólo sumé dos especies nuevas: mirlo común y cogujada común.
Al llegar al Parque de San Isidro, tenía la opción de coger un camino recto que me llevaba al polígono, y a la parada del autobús, pero decidí tomar el camino de la derecha, pegado al bosque de ribera, para intentar ver las últimas especies del día.
Conté un pico picapinos en una chopera, y después en un poste cerca al Camino de Madrid, un cernícalo vulgar.
El autobús ya me estaba esperando, y aproveché el descanso del conductor, para hacer un pequeño repaso a la lista de especies.
Cuando ya estaba en el autobús, y este comenzaba a abandonar el casco urbano del Álamo, justo con las últimas luces, pude ver desde su ventana un simpático mochuelo común, posado sobre un tendido, qué cerraba la lista de esta jornada tan interesante.
¡A qué esperáis para calzaros las botas, y colgaros los prismáticos, y disfrutar de este entorno tan interesante! ¡Felices avistamientos!
Para acabar, añado la lista de especies vistas en la ruta.

FAUNA DEL ARROYO DE LOS VEGONES Y RIO GUADARRAMA
AVES
MAMÍFEROS
Águila imperial
Conejo
Águila real
Alondra totovía
Busardo ratonero
Cernícalo vulgar
Cogujada montesina
Curruca capirotada
Gorrión común
Jilguero europeo
Lavandera blanca
Milano real
Mochuelo europeo
Mosquitero musical
Paloma torcaz
Papamoscas cerrojillo
Pico picapinos
Pito real ibérico
Urraca