RUTA POR PERALES DE TAJUÑA.
EL RISCO DE LAS CUEVAS.
Risco de las
Cuevas. Cuevas con mucha historia.
El municipio de Perales de Tajuña, se encuentra en la
influencia del Parque Regional del Sureste, pero fuera de él, y comparte con
este muchas similitudes paisajísticas, faunísticas y geomorfológicas.
En el municipio podemos encontrar paisajes tan
característicos del Parque Regional como zonas de regadío, olivares,
formaciones de coscojar, pinares de pino carrasco, bosques de ribera,
carrizales o cantiles de yeso.
Quizás la formación geológica más conocida del pueblo, y muy
conocida por senderistas y cicloturistas es el Risco de las Cuevas. Situado a
unos dos kilómetros a las afuera del pueblo. Es un conjunto monumental natural formado
por unas 60 cuevas horadadas en una zona de margas y cantiles de yeso.
(El Risco de las Cuevas está formado por uns 60 cuevas habitadas desde los tiempos del Neolítico). |
La majestuosidad del lugar, y su importancia arqueológica e
histórica, propició qué allá por el año 1931 el gobierno de la Segunda República
lo nombrase Monumento de Interés Turístico Nacional.
Este conjunto de cuevas ha estado habitado desde los remotos
tiempos del Neolítico, encontrándose restos del antiguo poblado carpetano de
Caracca.
(Para algunos historiadores el pueblo carpetano de Caracca hace referencia al municipio de Carabaña, también del Valle del Tajuña). |
A lo largo de su tumultuosa historia, estas omnipresentes
cuevas han sido testigo de algunos de los episodios más importantes de la historia
de España. A través de los siglos han contemplado impertérritas el paso de
carpetanos, romanos, musulmanes, han visto pasar el tren del Tajuña, tristes
episodios de la Guerra Civil, e incluso han servido de refugio para el mítico
bandolero Luis Candelas.
Junto a las cuevas, antiguamente pasaba el famoso tren del
Tajuña, un proyecto qué pretendía llevar el ferrocarril desde Madrid, hasta
Aragón y qué nunca llego a pasar de la Alcarria. Hoy este tramo es utilizado
como uno de los ramales de la Vía Verde del Tajuña, y hoy es transitado por
senderistas, excursionistas, ornitólogos o cicloturistas.
(La pista de la ruta es el antiguo trazado ferroviario del tren del Tajuña). |
El atractivo para el ornitólogo aficionado radica en qué en
la formación geológica de los cantiles de yeso del Risco de las Cuevas, puede
contemplar la avifauna asociada a este tipo de ecosistemas, encontrando
especies tan interesantes como búho real, halcón peregrino, collalba negra o
chova piquirroja.
El municipio de Perales de Tajuña pertence a la Comarca de
las Vegas y se sitúa en el Sureste de la Comunidad de Madrid, distando de 39 kilómetros de la
capital.
Posee una población aproximada de 2800 habitantes. Aunque el
sector agrario va en disminución dando paso al sector de servicios, aún quedan
importantes explotaciones agrícolas, regadío y olivares, y podemos visitar
antiguos molinos harineros restaurados, recuerdos de un pasado más agrícola. De
hecho la vega del Tajuña siempre ha tenido el apelativo de una de las tres
huertas de Madrid, junto a Aranjuez y Villa del Prado.
La ruta propuesta es una ruta lineal de 2 horas y 30 minutos
de duración aproximada.
El punto de inicio es la plaza del pueblo, donde está el
ayuntamiento y el final son las inmediaciones del pueblo de Tielmes.
El recorrido es a través del antiguo trazado ferroviario del
tren del Tajuña, visitando el Risco de las Cuevas. La pista no es continua y
acaba aproximadamente en una fábrica abandonada. Si queremos llegar al pueblo
de Tielmes, tendríamos qué coger alguna de las veredas qué salen de la pista, y
continuar por la carretera M-204 si deseamos acabar la ruta en el pueblo
contiguo.
La ruta es de dificultad fácil, si la ruta acaba en la
fábrica abandonada. A partir de ahí
podremos tener alguna dificultad pues ya no existe pista
como tal.
(Ruta de 2 horas y media de duración desde Perales de Tajuña a Tielmes). |
Accesos a Perales de Tajuña:
-En coche. Tomar la autopista A-3 Madrid-Valencia hasta la
salida 33-A. 34 minutos desde Madrid.
-En autobús. Varias líneas paran el municipio. Las
principales son las siguientes:
Línea 326. Madrid (Conde de Casal)-Mondejar/Driebes. 35
minutos.
Línea 351. Madrid (Ronda de Atocha)-Barajas de Melo. 60
minutos.
Línea 352. Madrid (Ronda de Atocha)-Tarancón. 35 minutos.
Línea 353. Madrid (Ronda de Atocha)-Santa Cruz de la Zarza.
35 minutos.
-En Bicicleta: Vía verde del Tajuña. Arganda del Rey-Morata
de Tajuña-Perales. 1 hora aproximadamente.
Este es el relato de una ruta qué realicé el 30 de Diciembre
de 2014, apurando la última salida pajarera del año qué terminaba.
El autobús qué me traía desde Conde de Casal me dejó muy
cerca del la Plaza del Ayuntamiento. La fachada del ayuntamiento, es una de las
más bonitas de la Comarca de las Vegas, con sus típicos soportales de estilo
manchego.
Tomé la calle Mayor Baja para luego desviarme debajo de un
túnel qué pasaba por la antigua A-3 y acabar en el Paseo de las Acacias qué es
el inicio de la ruta.
En un pequeño parque infantil aproveché para colgarme la
cámara de fotos y los prismáticos y empezar a sumar aves a la lista. Las
primeras en caer fueron urraca, paloma torcaz, y gorrión común.
En el parque existe un pequeño cartel informativo por las
distintas rutas qué podemos hacer en este pueblo con lugares naturales tan
interesantes de visitar.
Justo en la entrada del cementerio, había el típico grupo de
mujeres mayores del pueblo tomando el sol.
Al verme con el sombrero, mochila, cámara de fotos, y
prismáticos, y claro con mi típica pinta de “guiri británico” (soy rubio con
ojos azules), a una de ellas se le escapó una graciosa frase qué me hizo soltar un
par de carcajadas -¡Qué pronto llegan este año los turistas extranjeros!-.
Después de esta simpática anécdota rodeé el pequeño
cementerio en donde en sus cipreses jugueteaban dos ejemplares de tórtolas
turcas.
Al poco rato, comencé a oir un trompeteo lejano. Al
principio era reacio a creer qué se trataban de las grullas, visto qué quedaban dos días para estrenar año nuevo, pero poco a poco el rumor se hizo más
clarividente.
Sobre la formación del encinar primero pasó un bando pequeño
y luego otro muy numeroso. Nunca antes había visto bandos de grullas tan
tardíos pasar por tierras madrileñas.
(Grullas comunes, grus grus). |
Llegué al denominado Mirador del Tajuña, en donde se tiene
una buena perspectiva de todo el valle, con el Tajuña al fondo flanqueado por
chopos y álamos, los montes aledaños de encinar y coscojar, y la zona de
cultivo de regadío y olivar.
Tras pasar por debajo del viaducto de la A-3, apareció una
densa formación de pino carrasco, en donde al fondo, en un tendido eléctrico
estaba posada una buena bandada de palomas torcaces.
(Palomas torcaces, columba palumbus). |
La pista asfaltada estaba flanqueada por almendros, y
eucaliptos y poco a poco se iba estrechando y en algunos puntos los cantiles
apenas dejaban pasar los rayos del sol.
Al hacer una curva, se mostraban ante mi unas impresionantes
formaciones geológicas de cantiles de yeso. Me recordaban mucho a los de la
Marañosa del Parque del Sureste, pero he de reconocer qué estos eran más
majestuosos. Y allí en lo alto se comenzaban a apreciar el conjunto de las
cuevas excavadas en la roca.
(El Risco de las Cuevas fué nombrado Monumento de Interés Turístico Nacional durante el gobierno de la Segunda República) |
Comencé a hacer un barrido con los prismáticos y apareció la
primera sorpresa de la tarde, una collalba negra, con su inconfundible
cola negra invertida en forma de T.
Poco después apareció otra qué comenzó a ascender por los
cantiles dando pequeños saltos, en un movimiento muy gracioso.
(Collalba negra, oenanthe leucura). |
Me quedé un rato contemplando el espléndido conjunto de
cuevas qué se alzaban sobre el antiguo trazado del tren del Tajuña.
Más adelante, en un espolón de un cantil, comenzaron a volar
un grupo nutrido de grajilas con sus cantos chillones. Comenzaron a volar en
círculo por la zona de los cantiles para poco después, perderse en los montes
cercanos.
(Grajillas, corvus monedula). |
Avanzando por la pista, llegué a un montículo de tierra qué
parecía anunciar qué aquí se acababa el camino, pero tras subirlo, volvió a
aparecer la pista, y tras él, una cueva, qué todo hay qué decirlo, llena de
basura por algún irresponsable.
En la margen de derecha del camino se acababa la formación
de cantiles, lo qué permitía ver la carretera que iba al pueblo de Tielmes.
Junto a ella había una pequeña formación de olivares, donde se veían volar y
esconderse numerosos zorzales comunes.
La pista acababa y junto a unos chalets, y encima de un
cantil había una fábrica abandonada digna de rodar una “película de zombies”. Tenía
los cristales de las ventanas rotas y los alrededores estaban invadidos por un
formación cerrada de arbustos compuesta por retamas de bolas, esparto y avena
loca.
Cogí una pequeña vereda para subir a la fábrica y allí llegó
la tercera sorpresa de la tarde. Dos chovas piquirrojas comenzaron a volar con sus estridentes
cantos, y se posaron en lo alto de la fábrica, lo qué me facilitó a sacarlas un
par de fotos.
(Chovas piquirrojas, pyrrhocorax pyrrhocorax). |
La formación de arbustos era muy cerrada, y las pistas inexistentes, lo qué hizo qué buscara pequeñas veredas para llegar a la entrada
del pueblo de Tielmes. Tomé una qué parecía qué me llevaría a él, pero acababa
en una instalación del Canal de Isabel II totalmente vallada, y qué me impedía
continuar. Por lo menos desde allí se veía una bonita imagen del pueblo de
Tielmes, y la parte norte del Valle del Tajuña.
En ese instante pasó volando, remontando el río, un cormorán
grande.
Ante la imposibilidad de llegar a Tielmes, y ya poniéndose
el sol poco a poco, decidí volver a la fábrica abandonada y hacer una espera
entre los arbustos.
Poco a poco comenzaron a aparecer mosquiteros comunes y jilgueros
confiados por la protección qué les proporcionaba la fábrica abandonada.
Bajé por la vereda del cantil y volví a coger la pista
asfaltada. En un jardín de un chalet cercano había un columpio qué se mecía con
la brisa del atardecer. Derrepente apareció una collalba negra y se posó en
él, y aprovechó para columpiarse. La escena no podía ser más esperpéntica y
divertida. ¡Quién dijo qué a las aves no les gusta jugar!.
A lo lejos en la vegetación de ribera del Tajuña, sobre un
chopo de gran porte cantaba un zorzal común encaramado en su rama
más alta.
(Zorzal común, turdus philomelos). |
Seguí avanzando otra vez por la pista asfaltada, y tras un
almendro apareció un petirrojo qué se esfumó volando ante
mi presencia.
Más adelante le tocó el turno a una pareja de colirrojos
tizones qué picoteaban en el suelo en busca de algún insecto incauto.
Volví a situarme debajo de la formación de las cuevas. El
sol ya se había puesto tras los montes de encinar y ya se comenzaba a oir el
canto del búho real.
Opté por hacer una espera en los cantiles a ver si se dejaba
ver el búho. Tras varios minutos sólo se vieron otras tres collalbas
negras, y con mucho frío en
las manos decidí retomar el camino hacia el pueblo.
Antes, y aprovechando los últimos rayos de luz, hice una
última visita al pinar, a ver si
se animaba alguna rapaz.
(Las formaciones vegetales de la ruta se componen de pinares de pinos carrascos, espartales, olivares, y almendros entre otras especies). |
Primero aparecieron un par de conejos y en un arroyo
seco pasó planeando un mirlo común.
De camino a la pista, en el tronco de un gran pino carrasco,
subía nerviosamente un pequeño agateador común.
Eché una última vista al cementerio a ver si alguna lechuza
o búho chico se animaba a salir a algún vuelo nocturno, pero no hubo
suerte.
Llegué al parque infantil del inicio de la ruta. Y mientras
metía en mi mochila la cámara de fotos y los prismáticos, en un monte cercano,
con ya poca claridad, pasó volando una garza real qué cerraba la lista de esta
jornada tan interesante.
¡A qué estáis esperando para visitar este lugar con tantos
atractivos históricos y naturales”.
¡Felices avistamientos!.
©
Rafita Almenilla.
Para finalizar adjunto lista de especies avistadas en la
ruta.
FAUNA DEL RISCO DE LAS CUEVAS DE
PERALES DE TAJUÑA
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AVES
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MAMÍFEROS
|
Agateador
común
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Conejo
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Chova
piquirroja
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Colirrojo
tizón
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|
Collalba
negra
|
|
Cormorán
grande
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|
Garza
real
|
|
Gorrión
común
|
|
Grajilla
|
|
Grulla
|
|
Jilguero
|
|
Mirlo
común
|
|
Mosquitero
común
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|
Paloma
torcaz
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|
Petirrojo
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Tórtola
turca
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Urraca
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Zorzal
común
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Tenemos un entorno precioso,y para pasear idoneo
ResponderEliminarSin duda Felix. Me encanta tu pueblo. Conmbina naturaleza e historia a raudales.
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