RUTA POR SAN MARTÍN DE LA
VEGA. PARQUE TIERNO GALVAN.
Parque Tierno
Galván. Parque dentro de parque.
A lo largo y ancho de sus 31.552 hectáreas
qué componen el Parque Regional del Sureste, nos podemos encontrar dentro de
él, una gran variedad de paisajes y ecosistemas. Un espacio sometido a tan
presión demográfica y medioambiental, hace qué se solapen en un territorio tan
extenso, ambientes tan variados como humedales, ríos, cantiles de yeso, estepas
cerealistas y coscojares, junto a construcciones humanas como ciudades,
polígonos industriales, autovías, trenes de Alta Velocidad, vertederos o
cementeras.
Cantiles yesíferos en la margen izquierda del río Jarama. Sobre ellos se aprecian las formaciones de coscojar. |
La expansión urbanística de los municipios qué rodean al
parque ha sido tan intensa en las últimas décadas, qué literalmente “ha
estrangulado” la fisonomía del parque, encontrando urbanizaciones justo en el
límite con el espacio protegido.
Si observamos un plano de la delimitación del Parque
Regional, podemos observar qué este a de sortear esta huella urbana, y a veces
lo límites son completamente rectilíneos trazados prácticamente a “escuadra y
cartabón”.
Algunos parques urbanos situados en sus afueras, han quedado
incluidos dentro del espacio protegido, y se han convertido en zonas de ocio y
esparcimiento, como ocurre con el humedal de Coslada. El ejemplo de la ruta
propuesta es el Parque Tierno Galván situado en el municipio de San Martín de
la Vega.
Se trata de una antigua gravera qué se rehabilitó y
acondicionó a primeros de los años 90 del siglo pasado. Consiste en una laguna
artificial rodeado de un importante carrizal y con otras especies vegetales
como chopos, álamos, sauces y eucaliptos.
El pueblo de San Martín de la Vega se encuentra situado a 35 kilómetros de
Madrid capital. Cuenta con una población aproximada de 20.000 habitantes. Es un
municipio donde aún el sector primario tiene gran importancia destacando la
agricultura de regadío, y donde últimamente ha tenido gran auge el
sector terciario, propiciado por la existencia del parque temático de la
Warner.
Casi la totalidad del municipio está incluido en el Parque
Regional del Sureste, y aporta a este el 30% de su superficie.
Cuenta con una gran variedad de ecosistemas: bosques de
ribera, río, humedales, cultivos de regadíos y secano, pinares, coscojares, y
cantiles yesíferos. Esta gran diversidad de medios naturales se refleja en su
gran biodiversidad y riqueza en especies ornitológicas, algunas de ellas en
peligro de extinción.
En San Martín de la Vega podemos encontrar tres enclaves
naturales qué sobresalen por su riqueza natural:
1.- El Pinar de la Marañosa. Una gran masa forestal de pino
carrasco principalmente, con otras especies vegetales, donde podemos avistar
especies como jabalíes, zorros, busardos ratoneros o águilas culebreras.
2.- Estación de anillamiento de las Minas. Uno de las carrizales
más grandes de la Comunidad de Madrid, donde se aúnan la investigación,
formación y divulgación. Desde su inauguración se han anillado más de 80
especies distintas de especies, algunas de ellas tan escasas como el carricerín
cejudo, o escribano palustre, y otras tan interesantes como el pechiazul o el
pájaro moscón.
3.- Reserva ornitológica de los Albardales. Un extenso
carrizal cercano a cultivos de regadío, donde se forman algunas balsas
estacionales aprovechadas por numerosas especies como moritos, combatientes,
correlimos menudos o garzas imperiales.
La ruta propuesta es una ruta circular partiendo desde el casco urbano
de San Martín de
Vega, continuando por la ribera del río Jarama, visitando
unos humedales aledaños, y acabando en el parque urbano de Tierno Galván.
La ruta es de 2 horas y 30 minutos de duración aproximada y
su dificultad es baja.
Ruta circular por el río Jarama y el Parque Tierno Galván. |
Accesos a San Martín de la Vega:
-En coche. Coger la A-4 Madrid-Andalucía hasta la salida 22
y luego tomar la M-506.
32 minutos desde Madrid capital.
-En Autobús. Línea 412. Madrid-San Martín de la Vega. 45
minutos desde Madrid.
Línea 413. Pinto estación de FF.CC-San Martín de la Vega. 30
minutos desde Pinto.
-En bicicleta. Carril bici desde Villaverde. 2 horas y 15
minutos.
Este es el relato de una ruta qué realicé el 29 de Diciembre
de 2014.
Después de dejar la parada de autobús qué me trajo desde
Pinto, comencé a callejear buscando las afueras del pueblo, para pegarme cuanto
antes a la orilla del río Jarama.
En el trayecto por la Avenida del Jamara, me entretenía
viendo las típicas casas de pueblo, con su fachada encalada, sus patios y
terrazas, tan atractivas a la vista qué aún se pueden ver en buena parte del
pueblo. Esta arquitectura tradicional era aprovechada por las especies de aves
“más urbanitas”. Así comencé a añadir a la lista urraca, paloma torcaz, gorrión
común y estornino negro.
Al final de la Avenida del Jarama acababa la calle asfaltada,
y comenzaba una pista qué me llevaría al cauce del río.
En un lateral del camino agrícola, en un olmo sin hojas, se
apelotonaban un nutrido grupo de gorriones molineros.
Gorriones molineros (Passer montanus). |
Mientras iba caminando por las acequias, volaban alegremente
jugando a perseguirse, algunos mosquiteros comunes.
Más adelante, en otro olmo, le tocaba el turno a los verdecillos,
qué buscaban el sol, en aquella tarde tan fría.
Verdecillos (Serinus serinus). |
Al fondo se veían los característicos cantiles de yeso, tan
típicos del Parque del Sureste, y el regadío iba dejando paso a la vegetación
de ribera.
El acceso al río estaba vallado, así qué tuve qué caminar
varios metros hasta encontrar una entrada. El río en este tramo, bajaba con
mucha fuerza.
Me oculté tras un carrizal muy denso y comencé a hacer un
barrido con los prismáticos.
En una isla de piedras en medio del cauce había posada una gaviota
sombría. Tras ella, levantó elegantemente el cuello un cormorán
grande.
Cormorán grande (Phalacrocorax carbo). |
Nadando a contracorriente, un grupo de fochas comunes intentaban
como podían, remontar el cauce del río.
Tras ellas, una pareja de ánades frisos se
esforzaban por alcanzarlas, en plan de competición, pero la fuerza del río les
hacía ir más lentos.
Volví a coger la pista agrícola y me paré en un talud para
ganar altura y tener mejor visión. En la otra orilla del río no había
vegetación, así qué decidí hacer una espera.
Los conejos correteaban raudos y veloces
por las orillas del río, tanto qué asustaron a un pequeño petirrojo qué estaba
posado en una roca.
Retomé el camino, y a mi izquierda se abría una zona de
barbecho. Instantes después apareció un cernícalo vulgar qué hizo un picado
como atacando una presa.
De entre un carrizal cercano salió un gavilán común con una
presa en la pata.
La escena fue tan rápida qué casi no me dio tiempo a verla
con los prismáticos.
El cernícalo continuó acosando al gavilán
hasta qué ambos se perdieron en el sotobosque del río.
Más adelante, en un gran meandro del río, primero apareció un zampullín
chico, tras él,
una pareja de porrones europeos, y después de
estos tres ejemplares de cerceta común, con su característico
antifaz verde.
Continué el camino, y en una zona de regadío, en una boca de
riego, haciendo equilibrio, estaba posado atento a cualquier presa un alcaudón
real meridional.
El camino volvía a acercarse al Jarama, y sin darme cuenta,
había llegado al área recreativa “El Puente”, con un cartel explicativo a su
entrada. En él se nos explica como una gran riada ocurrida en 1947 rompió el
puente qué cruzaba el Jarama y lo desplazó de su lugar original
Cartel informativo en el área recreativa "El Puente". |
Actualmente está acondicionada con bancos y mesas en un
entorno rodeado de tarays, álamos y chopos.
Justo antes de asomarme a la orilla, el ruido de mis pisadas
en la hojarasca, asustó a dos tórtolas turcas qué estaban posadas
sobre un chopo.
Hice un barrido con los prismáticos por el cauce del río y
sólo pude ver un pequeño grupo de fochas comunes.
Retomé el camino por la pista agrícola y en su margen
derecha me encuentré una pequeña laguna con gran cantidad de carrizo. En el
carrizo de la orilla más lejana, algo se movía, y cuando pude calibrar bien los
prismáticos llegó la segunda sorpresa de la tarde, ¡un calamón!.
Calamón (Phorphyrio phorphyrio). |
A
continuación, hice un giro de 180 grados en el camino, y me dirigí en dirección
al casco urbano del pueblo.
A lo lejos, con los cerros del Espartal al fondo, un bando
de avefrías
pasó volando para ir a aterrizar a una zona de cultivo cercano a la carretera
qué llevaba al pueblo.
En una zona de regadío, un agricultor se dedicaba a quemar
el carrizo, una práctica muy común en esta zona y qué no es nada recomendable
para la avifauna.
El humo se me pegaba a la ropa y comenzaban a llorarme los
ojos, así qué decidí aligerar la marcha y salir de aquella zona.
Tenía el sol justo de frente poniéndose por el Oeste, lo qué
me dificultaba mucho la visión. Según avanzaba me salían gran cantidad de
zorzales, pero con la luz del sol no podía distinguir de qué especie se
trataban, si eran charlos o comunes.
En una piedra en las inmediaciones del camino, había posada
una hembra de colirrojo tizón. Posteriormente llegué a una zona donde había
plantada una hilera de almendros, y en uno de ellos descansaba un joven de pinzón
vulgar, qué con mucha paciencia, se dejó fotografiar.
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs). |
Volví a entrar en una zona de carrizal, y al estar tan alto,
me protegía de los rayos del sol qué tenía de cara. Justo en ese trozo de
sombra se posó otra de las especies interesantes de esta jornada pajarera: una
hembra de escribano palustre.
Poco a poco los cantiles de yeso comenzaban a coger su
característico tono rojizo cuando atardece, y a lo lejos, a modo de postal pasó
planeando un macho de aguilucho lagunero.
Cogí un atajo de una vereda qué se había formado por la
rodada de un tractor, y qué me llevó a la pista agrícola qué acaba en la puerta
de entrada del Parque Tierno Galván.
Antes de pasar la puerta de la entrada, en un arbusto
cercano, salieron volando asustados ante mi presencia, un pequeño bando de jilgueros.
El sol ya se había puesto y ya me quedaban pocos minutos de
luz, así qué decidí dar una vuelta circular rápida por la laguna del parque.
En las orillas había muchos pescadores. Este parque es muy
apreciado por ellos para la pesca del lucio, black-bass, y carpa entre otras
especies.
Dentro de la laguna sólo había fochas comunes, ánades reales y
ánsares comunes.
Focha común (Fulica atra). |
Por el camino contiguo a la laguna, multitud de gallinetas
huían corriendo a esconderse a la zona de carrizo según iba caminando.
Palomas torcaces y gorriones molineros entraban en bandadas a
sus dormideros del parque. En el exterior, sobre la vegetación del Jarama,
pasaban grandes bandos de garcillas bueyeras de camino a sus
dormideros del río.
Atardecer en el Parque Tierno Galván de San Martín de la Vega. |
Apurando las últimas claridades después de la puesta de sol,
salí del parque y me dirigí a los Albardales. Allí un agricultor, nuevamente
estaba quemando el carrizal. Eso me recordó al artículo de prensa qué leí sobre
el pavoroso incendio de 1997 qué destruyó unos 20.000 metros
cuadrados de la reserva ornitológica. Una práctica
temeraria qué algunos todavía defienden, con el exiguo y simple argumento de
matar roedores e insectos naturales. No hay nada mejor para luchar contra las
plagas qué la biodiversidad: aguiluchos laguneros, busardos ratoneros, milanos
reales o negros entre otras especies, son los mejores aliados de los
agricultores contra los roedores.
Cambié de camino agrícola huyendo del humo y acabé cerca de
la estación abandonada de cercanías de San Martín de la Vega. Una imagen muy
representativa de todo lo qué estaba pasando con esta maldita crisis qué
padecemos, y que parece no tener fin.
Sobre la estación aparecieron tres bandos de cigüeñas
blancas qué cerraban la lista de esta jornada pajarera tan interesante.
¡A qué estáis esperando para coger vuestra mochila, cámara y
prismáticos y acercaros a este rincón tan interesante del sureste madrileño!.
¡Felices avistamientos!.
©
Rafita Almenilla.
Para finalizar, adjunto listado de especies vistas en la
ruta.
FAUNA DEL
RÍO JARAMA Y PARQUE TIERNO GALVAN
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AVES
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MAMIFEROS
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Aguilucho
lagunero occidental
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Conejo
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Alcaudón
real meridional
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Anade
friso
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Anade
real
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Ansar
común
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Avefría
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Cerceta
común
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Cernícalo
vulgar
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Cigüeña
blanca
Colirrojo tizón
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Cormorán
grande
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Escribano
palustre
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Estornino
negro
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Focha
común
Gallineta
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Garcilla
bueyera
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Gavilán
común
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Gaviota
sombría
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Gorrión
común
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Gorrión
molinero
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Jilguero
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Mosquitero
común
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Paloma
torcaz
Porrón europeo
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Petirrojo
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Tórtola
turca
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Urraca
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Verdecillo
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Zampullín
chico
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Hola Rafa, enhorabuena por este magnifico blog. Es muy agradable descubrir sitios nuevos para campear por el sur de Madrid. Suelo moverme por esa zona (puedes ver ejemplos en http://calamonesdelaisla.blogspot.com.es/) y veo que hay sitios que aún no conozco. Gracias por tus interesantes aportaciones. Un saludo.
ResponderEliminarHola Angel. Muchas gracias por tus comentarios. Celebro qué te guste. He estado ojeando tu blog y está genial. Felicidades por esas magníficas fotos. He añadido tu blog a mis favoritos. Te animo a qué sigas viendo las próximas entradas qué iré subiendo. ¡Un cordial saludo!.
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