Pajareando desde el confinamiento.
Este relato es el más
especial que escribo desde que creé este blog allá por el año 2014.
No es una ruta usual.
Millones de españolas y españoles están confinados en sus casas, resistiendo
como bien pueden a una pandemia ha hecho que nuestro vida haya cambiado tan
radicalmente desde Marzo de este año.
Quién me iba a decir
que hace justo un mes estaba contemplando mi primera cópula de alimoches en mi
querido pueblo en la provincia de Badajoz. Aquellos últimos días de invierno,
pajareando por sus estepas y dehesas disfrutando de su avifauna, no me hacían
presagiar del duro drama que explotaría justo un mes después.
A mi regreso a Madrid,
ni en mis peores pesadillas podría imaginar que me encontraría un mundo tan
distópico como en el estamos viviendo.
Poco a poco vamos
asumiendo la cruda realidad a la que tenemos que vivir. “Es la lucha de nuestra
generación”, nos repiten mil y una vez como un mantra infinito.
Llevamos más de un mes
de confinamiento, y cada uno intenta llevarlo lo mejor que puede. Viendo
películas, leyendo libros, haciendo recetas caseras… y los que somos muy
pajareras y pajareros, y tenemos la suerte de contar con un balcón, haciendo
observaciones de las aves que comparten nuestro entorno más cercano.
Si algo positivo tiene
esta cuarentena es que la naturaleza va a tener un periodo de respiro. El
confinamiento está coincidiendo con los meses de cría de muchas especies de
aves. Y como en este estado de alarma están limitados los desplazamientos,
muchos lugares emblemáticos de la naturaleza madrileña como la Pedriza, el
Monte del Pardo, o Soto Gutiérrez, están más tranquilos sin nuestra presencia.
Han surgido muchas
iniciativas de grupos pajareros para ir anotando las especies avistadas desde
nuestras terrazas.
Estos días he hablado
con muchos amigos que han visto desde su terraza o jardín especies tan
interesantes como buitre negro, águila imperial, águila pescadora o cigüeña
negra.
Yo no tengo tanta
suerte. Mi piso en el barrio de Vallecas, es una piso rodeado de muchas
edificaciones, aunque tengo la suerte de tener dos terrazas. La del salón de a
un descampado, y en la de la cocina tengo unas buenas vistas del “sky
madrileño”, llegando a ver hasta las estribaciones de la Sierra de Gredos.
(Vistas de la zona Oeste de Madrid). |
Otros dos aspectos
positivos del confinamiento para la naturaleza es que la drástica disminución
del tráfico, ha hecho que la polución caiga a niveles históricos, y la calidad del
aire sea muy buena, notándose en la nitidez de las vistas del cielo madrileño.
También la disminución
de la contaminación acústica ha hecho que en mucho tiempo podamos disfrutar
mejor de los reclamos de diferentes aves que comparten el hábitat urbano con
nosotros.
Como esta no va a ser
una ruta al uso, no hay indicaciones de los transportes a coger, ni duración,
ni recomendaciones.
La única recomendación
que daría es disfrutar un rato con tus prismáticos, y aprovechar un día soleado,
para coger un poco de vitamina D, que ahora andamos escasos de ella, con lo
poco que podemos salir.
Este es el relato de
una tarde de Abril, algo nubosa, intentando distraerme viendo aves desde la
terraza del salón y la cocina.
Comencé mi safari
pajarero urbano, desde la terraza del salón.
Las últimas y
abundantes lluvias de los últimos días habían propiciado que el descampado que
veo desde la terraza del salón se convirtiera en un verdadero vergel lleno de
margaritas, malvas, crucíferas, y las primeras amapolas. Era tan la altura de
la vegetación, que daba pocas oportunidades para ver las aves que se posaban en
él.
La primera especie que
vi, fue una urraca, que se posó en la azotea del piso contiguo.
Las golondrinas
comunes habían llegado hacía unas semanas, y varias pasaron volando por
cerca mi terraza.
Poco después le tocó a
un simpático serín verdecillo, que se posó en una antena cercana, y con el
poco ruido que había por la calle, su reclamo se oyó más fuerte de lo normal, y
me puso una sonrisa de oreja a oreja en estos días tan monótonos.
Era un verdadero
ejercicio visual, ya que vivir pegado a tantos edificios, y con tanta gente en
los balcones, es difícil poder sacar los prismáticos para echar una ojeada. Y
ver aves a simple vistas, a veces es complicado.
Fijé mi vista a una
hilera de árboles por detrás del descampado. Allí se posaron varias palomas
torcaces, muy abundantes por cierto, estos días, sin apenas molestias
que las perturben.
Antes de cambiar de
terraza, pasaron volando cuatro cotorras grises con sus chillones
reclamos.
Decidí cambiar de
terraza, ya que las nubes estaban en retirada y con más sol, la gente comenzó a
llenar los balcones, y no me encontraba cómodo siendo observado por tanta
gente. Así era difícil ver aves, así que me mudé a la terraza que tiene las
vistas más amplias.
En la terraza del
cocina lo que primero que vi son las dos parejas de gorriones comunes que han
hecho sus nidos en dos extractores de aire.
(Gorrión común. Passer domesticus). |
Es muy placentero
observar como hembra y macho van turnándose para dar de comer a sus crías.
La lluvia del día
anterior, había propiciado que se formaran varios charcos, y allí abajo, varias
golondrinas
comunes estaban recogiendo barro para hacer sus nidos.
Un mirlo común cantaba a
pleno pulmón, rompiendo aquel silencio tan sepulcral.
Miré a lo alto del
cielo buscando a los vencejos comunes que hacía días que ya habían llegado, pero no
obtuve recompensa. Como contrapartida, vi un pequeño grupo de aviones
comunes que buscaban insectos para calmar su hambre.
Después de un buen rato
rastreando la magnífica vista que me brindaba la terraza de la cocina decidí
meterme en la habitación dando por concluida esta jornada pajarera tan atípica.
Justo antes de abandonar la terraza me llevé la grata sorpresa de ver una abubilla
volar por encima del piso de enfrente, qué fue sin duda la especie más
interesante que vi en aquella tarde tan peculiar.
Como esta es una
entrada especial del blog, no me despediré como de costumbre deseando felices
avistamientos. Esta vez os deseo que todos vosotras y vosotros estéis bien, así
como vuestra familias.
Os deseo mucha salud, y que pronto podamos salir de este bache, que salgamos de él como mejores personas,
más solidarios los unos con los otros, con la naturaleza que nos rodea, y que
muy pronto podamos disfrutar de nuestra gran pasión y es poder disfrutar de un
agradable paseo viendo aves.
¡Abrazos a todas y
todas y cuidaros mucho!
Rafita Almenilla.
Esta vez la lista es
escasa, pero os animo a que hagáis una lista de las especies que veis durante
el confinamiento. Os servirá para distraeros y romper la rutina.
FAUNA
DISTRITO PUENTE DE VALLECAS
|
AVES
|
Abubilla
|
Avión común
|
Cotorra
gris
|
Golondrina
común
|
Gorrión
común
|
Mirlo común
|
Paloma
torcaz
|
Serín
verdecillo
|
Urraca
|
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