Parque
forestal de Entrevías. De vertedero, a balcón de Madrid.
Si hay un apelativo que
se ha ganado a pulso la ciudad de Madrid, ese es sin duda la ciudad de las
cuestas.
La acción erosiva desde
el Cuaternario del río Manzanares ha generado un sistema de terrazas fluviales,
que ha propiciado que la ciudad cuente con muchas elevaciones y magníficos
miradores. No es extraño que el origen árabe de la villa y corte, la primigenia
“Magerit” naciera en la antiguo Alcázar árabe de la explanada de la Catedral de
la Almudena, cerca de la Cuesta de la Vega.
Este sistema de
terrazas ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural, debido a su riqueza
arqueológica.
De estas terrazas han
salido yacimientos de sílex, he incluso los restos de un mastodonte que
actualmente se pueden contemplar en el Museo Arqueológico.
Una zona de Madrid
donde se puede contemplar este accidente geológico, son las terrazas de los
cerros de Entrevías y el aledaño Parque Forestal de Entrevías.
Este inmenso parque
urbano, es uno de los más grandes de la ciudad, contando con casi 500.000
metros cuadrados de extensión.
Antaño era un vertedero
que en los 70 se regeneró con un pinar de repoblación. Un auténtico pulmón
verde para el distrito de Puente de Vallecas.
La vegetación del
parque está compuesta en su mayoría por coníferas. Destacan como especies
arbóreas el pino carrasco, pino piñonero, las arizónicas y el Cedro del Atlas.
En cuanto a la
vegetación arbustiva destacan especies como la adelfa, la gayomba o el junco
churrero.
El parque cuenta con
zonas infantiles, deportivas, un auditorio y un estanque artificial, y dos
pequeñas lagunas unidas por un arroyo artificial, que hace las delicias de las
aves que habitan el parque.
Cuenta con un magnífico
mirador, con unas espléndidas vistas de Madrid, pudiéndose ver parte de la
Sierra del Guadarrama, el Parque Lineal del Manzanares, y la zona sur
metropolitana.
Para los amantes de la
ornitología, el parque nos deparará muchas sorpresas.
En la zona del pinar
podremos observar especies tan interesantes como herrerillo capuchino,
piquituerto común, o agateador europeo.
El que haga que el
parque limite con el parque Lineal del Manzanares, propicia que desde el
mirador del parque podemos ver un trasiego continuo de especies como gaviotas
reidoras, gaviotas sombrías, milanos negros y reales, busardos ratoneros, u
otras rapaces como águilas calzadas e incluso algún buitre negro.
(Milano negro. Milvus migrans). |
Los taludes de las
terrazas del Manzanares son hábitats ideales para especies como el abejaruco
europeo, mochuelo común o colirrojo tizón.
Otras especies de
interés que se pueden ver en el parque son pito real ibérico, pico picapinos,
abubilla, cernícalo vulgar, y pequeños pajarillos como pinzón común, serín
verdecillo, jilguero europeo, o verderón común.
La ruta propuesta es
una ruta lineal, de duración 2 horas y 45 minutos y dificultad baja.
(Ruta lineal de duración baja de 2 horas y 45 minutos de duración). |
Ficha técnica de la
ruta.
-Tipo de ruta: lineal.
-Punto inicio de la
ruta: Calle Ronda del Sur en la parada del autobús 102. Punto final de la ruta,
Calle Lagartera en la parada del autobús de la línea 24.
-Distancia: 7
kilómetros.
-Desnivel: punto más
alto 619 metros. Punto más bajo 577 metros.
-Dificultad: baja.
Accesos al Parque
Forestal de Entrevías.
-En coche: coger la
Calle Méndez Álvaro, luego la Avenida de Entrevías, posteriormente la Calle
Serena para acabar en la Calle Ronda del Sur. 22 minutos desde el centro de
Madrid.
-En autobús. Las líneas
102, 103 y 111 de la EMT paran en la calle Ronda del Sur, junto al parque.
-En tren de cercanías. Parada
Asamblea de Madrid-Entrevías. Desde la estación, 20 minutos andando.
-En bicicleta. El
anillo ciclista pasa por el sur del parque.
Recomendaciones de la
ruta.
En las fechas que
realicé la ruta, parte del parque estaba en obras, con una valla metálica que
impedía el acceso a zonas del parque. Informarse antes de hacer la ruta.
La ruta es recomendable
todo el año, pero si la vamos a hacer en verano, mejor hacerla evitando las
horas centrales.
Para ver el paso de
rapaces, son mejores las horas centrales del día, cuando el sol calienta más y
hay térmicas. Si lo vamos a hacer en verano, buscar una buen sombra y
observarlas desde el mirador del parque, ya que tenemos una visión más amplia.
Este es el relato de
una excursión qué realicé la primera semana del mes de Julio de 2020.
Después del largo
confinamiento, y para ir cogiendo ritmo y recuperar el tiempo perdido sin ver
especies nuevas, comencé a hacer rutas por mi entorno más cercano, sin necesidad
de coger el transporte público. El Parque Forestal de Entrevías me coge a una
hora de casa andando, así que decía acercarme una mañana calurosa de principios
del mes de Julio.
Poco después de llegar
a la Calle Ronda del Sur, me colgué los prismáticos y la cámara y
empecé a anotar la lista de las especies vistas en la ruta. Las primera como
casi de costumbre, las más urbanas y cosmopolitas. Varios ejemplares de sonoros
vencejos
comunes, y otras tantas ruidosas urracas comunes.
Poco a poco me fui internando
en el pinar del parque, buscando el estanque donde hacer una espera para ver
que especies bajaban a beber. Antes de llegar al estanque, comencé a rastrear
las copas de los pinos carrascos, apuntando dos especies típicas de estas
formaciones arbóreas: carbonero común, y carbonero
garrapinos.
Subí una pequeña cuesta
que acababa junto al estanque, y en una pradera que estaba a mi izquierda había
un popurrí de aves compuestas por palomas torcaces, serines verdecillos
y mirlos
comunes.
Junto al estanque había
unos grandes cedros del Atlas ocupados por grandes nidos de cotorras
grises. Era curioso ver como a modo de simbiosis, esos nidos eran
usados por algunas palomas zuritas, un comportamiento que ya había visto en otros
parques de la ciudad como el de Tierno Galván o el de María de Austria.
Me puse debajo de la
sombra de un gran cedro con vistas al estanque para ver que bajaba a beber.
Aparecieron un pequeño grupo de palomas torcaces, y posteriormente
otras tantas urracas comunes.
(Paloma torcaz. Columba palumbus). |
Cuando ya me aburrí de
ver las mismas especies y ya me iba a ir, vi un ave posada en lo alto de un
árbol que no identificaba de que especies era. Se estaba limpiando las plumas,
y en principio pensé que se trataba de un verderón común. Pero al verle el pico
curvado me llevé la primera sorpresa del día. ¡Era un piquituerto común! Me
parecía muy raro que en un pinar tan grande, y habiendo estado varias veces no lo
hubuiese visto hasta entonces.
(Piquituerto común. Loxia curvirostra). |
Estaba tan ensimismado echándole fotos, que tardé en darme cuenta de que había otra en una rama de al
lado.
Cuando ya tenía una buena ristra de fotos, decidí dejarlos tranquilos y bajar a la zona sur del pinar.
Bajando hacia esa zona, el pinar se aclaraba, lo que dejaba ver una buena
porción de cielo, y el continuo trasiego de los vencejos comunes. Y tras
estos, se empezaron a dejar ver los primeros milanos negros con
dirección aledaño Parque Lineal del Manzanares.
Llegando hasta el anillo
ciclista, había un pequeño arroyo seco, que a pesar del calor tórrido que
comenzaba a apretar, aún guardaba un poco de humedad, que lo reflejaba su
vegetación con numerosos juncos churreros. Allí con el frescor, decidí hacer
una espera.
Primero hicieron acto
de presencia varios gorriones comunes, para luego dar paso a un gorrión
molinero. Ya por último se dejó ver una tórtola turca que pronto
se percató de mi presencia.
Nuevamente el pinar se
aclaraba y comencé a oír los típicos reclamos de “pit-pit-pit” de los aviones
comunes que poco tardé en verlos con los prismáticos.
Y de repente,
desaparecieron como si hubiesen visto algún depredador alado. Al rato apareció
una silueta de un aguilucho que al principio no conseguí distinguir. Trate de
echarle un par de fotos, pero salían algo oscuras, así que decidí mejor tratar
de identificarlo con los prismáticos antes de que lo perdiese de vista.
Tras un buen rato, me
llevé la segunda sorpresa del día, sorpresón diría al momento, ¡un aguilucho
cenizo! ¡Era el primero que veía dentro de la ciudad! ¡La mañana estaba
siendo de lo más provechosa!
Seguí una pequeña senda
que acababa en el anillo ciclista. Allí comencé a oír el reclamo inconfundible
del abejaruco
europeo, que al rato localicé posado sobre un pino seco. Estaba
alimentándose de un insecto qué no llegué a identificar. Tras una buena sesión
de fotos, le dejé tranquilo que reposara en su posadero.
(Abejaruco común. Merops apiaster). |
Cerca de donde estaba
comenzó a cantar con su típico relincho el pito real, que jugaba al escondite
detrás del tronco de un pino. Y curiosamente en la copa del mismo pino estaba
su primo, el pico picapinos tambolireando.
(Pito real ibérico. Picus sharpei). |
El sol iba ganando
altura, y ya comenzaba a calentar de lo lindo. Y esto era aprovechado por las
rapaces, ya que comencé a ver un buen flujo de milanos negros hacia el
Manzanares.
Subí a una pequeña loma
que tenía vistas a las vías del tren. Allí pasaron volando un pequeño grupo de estorninos
negros.
Más adelante ya se veía
las cocheras de la EMT de Entrevías y junto a ellas, los interesantes taludes
de las terrazas del Manzanares. Comencé a rastrearlos con los prismáticos a ver
que especie nueva podía sacar. Muchas golondrinas comunes volaban entorno a
los taludes para surtirse de mosquitos. Y en lo alto del talud pude pillar
in-fraganti una hembra de colirrojo tizón que con esa pose,
parecía que estuviese apoyada en el balcón, viendo la gente pasar por la calle.
Subí otra cuesta para
acabar en un mirador, que no era el principal. Desde allí partía una pequeña
senda botánica, con carteles informativos. La última vez que visité la zona las
lagunas artificiales estaban sin agua y llenas de basura. Afortunadamente en
aquella ocasión estaban limpias y por el arroyo artificial que las unía corría
el agua.
Allí decidí hacer una
espera a ver que especies bajaban a beber. Las primeras en aventurarse fueron
unas palomas
torcaces. La siguiente fue una paloma zurita, y por último bajaron unos estorninos negros.
Decidí esconderme tras
un árbol con vistas a la segunda laguna. Mientras hacía la espera pasó sobre mi
cabeza una abubilla.
Con paciencia fueron
animándose algunas especies a bajar a beber. Y pude sumar dos especies nuevas,
entre ellas una lavandera blanca.
(Lavandera blanca. Motacilla alba). |
Volví a subir por la
cuesta de la senda botánica y me animé a echar el último vistazo a las lagunas.
Allí vi como bajaban a beber unos cuantos jilgueros europeos y pude
fotografiar un juvenil.
(Jilguero europeo. Carduelis carduelis). |
Crucé la carretera que
llevaba a las cocheras, y me adentré en otro pinar. El calor ya era axfisiante,
eran las 11 de la mañana, y el sol ya molestaba lo suyo. Lo único positivo era
que ya comenzaban las térmicas y las rapaces comenzaban a animarse. Y aquí
llegó la tercera sorpresa de la mañana. Dos espectaculares ejemplares de buitres
negros volando en dirección al Parque del Sureste.
(Buitre negro. Aegypius monachus). |
Nuevamente vi dos pitos
reales ibérico, y esta vez pude fotografiar uno.
En una valla de piedra
estaba posado un cernícalo vulgar. Resguardado tras un pino, lo pude
fotografiar, y me deleitó con una escena de caza, pues con un picado, se llevó un
pequeño ratoncillo al pico.
(Cernícalo vulgar. Falco tinnunculus). |
Ya quedaba menos para
llegar al mirador principal, cuando me topé con una valla metálica, por obras
en el parque. No me hizo ninguna gracia porque tenía que dar un gran rodeo, y
el sol no daba tregua. Resignado volví a rodear el pinar, al menos tuve la
fortuna de observar un águila calzada volando entre dos milanos
negros.
(Águila calzada. Hieratu pennatus). |
Atravesar el pinar fue
un suplicio porque había zonas abiertas donde apenas había sombra. Por allí poco
vi, a excepción de dos verderones comunes, nueva especie
para la lista.
Por fin llegue al
mirador principal. Y me senté en un banco de madera para descansar un poco y
disfrutar de las magníficas vistas de Madrid que se ven desde él.
Aproveché para mirar la
zona del Parque Lineal del Manzanares, allí vi dos cigüeñas blancas qué iban
a cerrar esta jornada pajarera tan interesante.
¡A qué esperáis para
visitar este parque urbano tan interesante, sin moveros de la ciudad! ¡Felices
avistamientos!
Rafa Al.
Para acabar, añado la
lista de especies vistas durante la ruta.
FAUNA DEL PARQUE FORESTAL DE ENTREVÍAS
|
AVES
|
Abejaruco
europeo
|
Abubilla
|
Águila
calzada
|
Aguilucho
cenizo
|
Avión común
|
Buitre
negro
|
Carbonero
común
|
Carbonero
garrapinos
|
Cernícalo vulgar
|
Cigüeña
blanca
|
Colirrojo
tizón
|
Cotorra
gris
|
Estornino
negro
|
Golondrina
común
|
Gorrión
común
|
Gorrión
molinero
|
Jilguero
europeo
Lavandera
blanca
|
Milano
negro
|
Mirlo común
|
Paloma
torcaz
|
Paloma
zurita
|
Pico
picapinos
|
Piquituerto
común
|
Pito real
ibérico
|
Serín
verdecillo
|
Tórtola
turca
|
Urraca
común
|
Vencejo
común
|
Verderón
común
Fuentes consultadas.
-Google maps.
-Página del Ayuntamiento de Madrid.
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