Parque
de la Gavia. Enterrando el sueño olímpico.
Había una vez, una
ciudad que se presentó, y ya he perdido la cuenta, varias veces, como candidata
a ser sede de los Juegos Olímpicos.
Y una de las zonas
agraciadas con tan magnánimo acontecimiento deportivo sería el Parque de la
Gavia, donde se deberían celebrar las pruebas de la disciplina de piragüismo.
Para tal faraónica
proyecto se le encomendó la tarea al prestigio arquitecto japonés Toyo Ito, que
debía convertir el Arroyo de la Gavia, un arroyo estacional, en un canal de
aguas bravas.
(Arroyo de la Gavia, en el Parque de la Gavia, Villa de Vallecas).
Tras el fiasco de la no
designación como sede, y la falta de financiación el proyecto se suspendió el
2012, y comenzó una larga espera donde el parque quedó en el más absoluto
olvido y abandono, incluso usado como zona de vertedero.
En 2016 la Asociación
Vecinal del PAU de Vallecas inició un proceso participativo junto al
ayuntamiento para su diseño definitivo. Se valló todo el parque y se reforestó
en 2019. Este aislamiento le vino bien a la fauna, que encontró una zona
tranquila sin interacción con los visitantes, y desde la valla no era raro ver
liebres, conejos, perdices, y hasta lagartos ocelados y culebras bastardas.
Tras un periodo de
transición, a finales de 2021 se volvió a inagurar, con el aspecto que podemos
contemplar a día de hoy.
El Parque de la Gavia
situado al Sur del Pau de Vallecas. Con casi 50 hectáreas de extensión, cuenta
con el Arroyo de la Gavia canalizado,
varios estanques, un estanque de tormentas, y zonas de esparcimiento y
deportivas como una zona de escalada, zona de parkour, pistas de baloncesto,
toboganes, y varias miradores en sus cinco colinas que lo rodean.
En entorno del parque
es una zona arqueológica de relevancia dentro de la Comunidad de Madrid. Se han
encontrado restos de sílex, y en el cercano Polígono de la Atalayuela, restos
de elefantes que datan de 14 millones de años.
En cuanto a la
vegetación que podemos encontrar dentro del parque, en las colinas encontramos
repoblaciones de pinos piñoneros, encinas y coscojas.
Hay un bosquete de
ribera muy interesante junto al Arroyo de la Gavia compuesto por álamos, chopos
negros, alisos y sauces. Y arbustos como rosal silvestre o mimbreras.
Este mosaico de
ecosistemas, unido a que el parque está en la confluencia del espacio protegido
del Parque Regional del Sureste, lo convierten en un parque periurbano, muy
atractivo para numerosas especies de aves.
La lista de aves
avistadas es variopinta y podemos ver desde perdices rojas, milanos negros,
águilas calzadas, a cogujadas comunes, currucas capirotadas, palomas zuritas o
zorzales comunes.
(Ruta circular por al Parque de la Gavia, de dificultad fácil y 2 horas de duración).
Ficha técnica de la
ruta
-Tipo de ruta: circular.
-Dificultad:
baja. Ideal para hacerla con niños.
-Duración:
2 horas. Con paradas para ver aves.
-Punto de inicio y fin
de la ruta: parada del autobús 103, en la Calle de
la Granja de San Ildefonso.
-Desnivel:
altura máxima 630, mínima 610.
-Época de visita:
todo el año.
Como llegar
-En coche: tomar
la autopista A-3 y en el kilómetro 10, coger el desvío a la M-45.
Posteriormente buscar la salida a la Avenida del Mayoral. 13 minutos desde
Madrid.
-En Metro:
coger la línea 1 hasta la parada de Congosto, desde allí andar 16 minutos a la
Avenida del Mayoral. 45 minutos desde el centro.
-En autobús:
tomar la línea 103 (Estación del Pozo-Ecobulevar), hasta la calle La Granja de
San Ildefonso. 42 minutos.
-En bicicleta:
anillo ciclista. Desviarnos a la Calle Cocherón de la Villa. Después a la Calle
González Dávila y acabar en la Avenida del Mayorazgo.
Recomendaciones
-Aunque se puede
visitar en cualquier estación del año, si lo vamos a visitar en verano es mejor
madrugar y estar a la vuelta al medio día, ya que hay zonas sin arbolado.
-Muy recomendable
subirse a alguna de sus colinas, y mirando en dirección al Sureste, que es la
zona de paso de rapaces y otro tipo de aves.
Este es el relato de
una ruta que realicé en Marzo de 2024.
Quedaban pocas semanas
para estrenar la Primavera, y el Invierno se iba a despedir con sus últimos
coletazos. Tras varios días seguidos de lluvias, que por otra parte venían muy
bien para paliar a acuciante sequía, aquella mañana de Domingo, el tiempo nos
dio una pequeña tregua.
Era un día nublado, con
un molesto viento racheado, aunque no amenazaba lluvia. Así que aproveché para
escaparme al Parque de la Gavia, para pajarear un rato y no tener que
desplazarme muy lejos.
La última vez que lo
visité estaba en obras, y quería ver con mis propios ojos como había quedado el
resultado final de las mismas.
Tras un breve paseo
desde la última parada de autobús 103, llegué a la puerta del parque.
Tras pasar la valla, me
recibió un llamativo cartel con información del parque y su zonificación.
(Cartel informativo a la entrada del Parque de la Gavia).
Puedo comprobar el
cambio radical del cauce del Arroyo de la Gavia. La última vez que lo vi, era
un arroyo estacional con zonas donde no había agua. Ahora era un arroyo
encajonado en un canal, con partes rodeado de vegetación de repoblación.
Las primeras aves de la
lista, fueron una nutrida bandada de gaviotas sombrías que sobrevolaban
el parque.
Ya no les quedaba nada,
para comenzar su migración hacia las zonas de costa. Habían pasado el invierno
en la ciudad, aprovechando los recursos que les ofrecía el cercano vertedero de
Valdemíngomez.
Comencé a pegarme al
cauce del arroyo, que es la zona del parque que más me gusta para ver aves, ya
que muchas de ellas bajan a beber a su cauce.
Y allí añadí dos
especies más. Un petirrojo europeo, y un colirrojo tizón.
Crucé el pequeño puente
que salva el arroyo en dirección a la otra orilla, donde hay un pequeño
bosquete de ribera. Allí se refugiaban pequeños pajarillos del molesto viento
racheado.
Haciendo equilibrio en
las ramas, soportando los balanceos de las ramas, estaban posadas una pareja de
currucas
capirotadas, y una curruca cabecinegra.
Un poco más abajo del
cauce, antes de llegar al estanque de tormentas, unos graznidos llamaron mi
atención.
Cuando pasé una zona de
arbustos, puede ver en el estanque una pareja de gansos del Nilo, acompañados
de otra pareja de ánades reales.
Desde la zona del
estanque se podían ver las obras del nuevo centro logístico de bomberos del
ayuntamiento. Es una imagen que me impactó bastante. Toda una zona de tierras
removidas, donde apenas se apreciaba el camino de Vallecas a Perales del Río.
Era una zona que me
gustaba mucho explorar, ya que allí en esa zona esteparia, seguramente, de las
últimas que le quedaba a la ciudad, había visto especies tan interesantes, como
tarabilla norteña, calandria común, alcaudón real, o abejaruco europeo.
Ahora esa zona de obras
estaba vallada, sin oportunidad de acceder a ella, y toda una zona removida de
tierra, donde iría el futuro polígono industrial.
No me opongo a que se
haga esa infraestructura, que seguro es muy necesaria para el distrito y el
resto de la ciudad, pero que seguramente se podía haber hecho en otro lugar. Ya
que donde irá el polígono, era de las últimas zonas esteparias que le quedaban
la ciudad, y una zona de transición entre el Parque de la Gavia, las estepas
entre la M-45 y M-50 y el Parque del Sureste.
Después de esta
decepción, decidí hacer un giro de 180 grados en el camino y subir una de las
lomas.
El viento apenas daba
una tregua, y resguardé en una zona de pinos que me hacían de pantalla. Allí
puede sumar mirlo común, y un zorzal común alimentándose de una
lombriz.
Volví a bajar a cauce
del Arroyo de la Gavia, y crucé de nuevo el puente. En la otra orilla, en un
bordillo, una tenaz lavandera blanca, aguantaba estoicamente los envites del viento
racheado. Parecía mentira el valor y la templanza que le echa el pequeño
pajarillo, que parecía que en cualquier momento se lo llevaría el viento.
(Lavandera blanca. Motacilla alba).
Muy cerca de esta, una paloma
zurita rastreaba el césped en busca de alguna nutritiva semilla.
(Paloma zurita. Columba oenas).
Comencé a subir La
Colina del Mirador Estelar por un lateral.
Había movimiento de
pequeños pajarillos que me pusieron en alerta. Primero una bandada de jilgueros
europeos, y después otra de pardillos comunes.
Sospechaba que huían de
una rapaz, y no tuve que esperar mucho tiempo para ver de qué huían, de un cernícalo
vulgar.
El cernícalo hizo un
picado en seco y estuvo a punto de llevarse un pardillo entre sus garras, que
se libró en fracción de segundos.
Según iba subiendo a la
loma, por mi cabeza pasaban planeando y haciendo acrobacias por el viento,
varios milanos reales y milanos negros procedentes del
cercano vertedero de Valdemíngomez.
(Milano negro. Milvus migrans).
Poco pude disfrutar de
las magníficas vistas desde lo alto de la colina, ya que le viento allí arriba
era insoportable. Sólo me dio tiempo a ver una valiente cogujada común y comencé
a descender rápidamente por la colina.
Entre los claros del
pinar había una formación mixta de urracas comunes, palomas torcaces y
estorninos negros rastreando el suelo, para llevarse algo al buche.
Antes de llegar de
nuevo al cauce del arroyo me pasó volando por encima una grajilla occidental, que
pasó como un bólido por delante de mis prismáticos.
Últimos vistazo a los
márgenes del arroyo antes de salir del parque con desfile de pequeños
pajarillos como gorriones comunes, gorriones molineros, pinzón vulgar, verderón común y
serines
verdecillos.
Y justo antes de cruzar
la puerta de salida del parque un vistoso pito ibérico con su inconfundible
relincho cerraba la lista de aves, de aquella jornada tan interesante.
¡A que esperáis para
colgaros los prismáticos y calzaros las botas, y disfrutar de este parque tan
interesante!
¡Felices avistamientos!
©Rafael Almena.
Para terminar, adjunto
la lista de especies avistadas en la ruta.
AVES
Ánade
real
Cernícalo
vulgar
Cogujada
común
Colirrojo
tizón
Curruca
cabecinegra
Curruca
capirotada
Estornino
negro
Ganso
del Nilo
Gaviota
sombría
Gorrión
común
Gorrión
molinero
Grajilla
occidental
Jilguero
europeo
Lavandera
blanca
Milano
negro
Milano
real
Mirlo
común
Paloma
torcaz
Paloma
zurita.
Pardillo
común
Petirrojo
europeo
Pinzón
vulgar
Pito
ibérico
Serín
verdecillo
Urraca
común
Verderón
común
Zorzal
común
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