viernes, 31 de mayo de 2024

RUTA POR EL DISTRITO DE VILLA DE VALLECAS

 

Parque de la Gavia. Enterrando el sueño olímpico.

Había una vez, una ciudad que se presentó, y ya he perdido la cuenta, varias veces, como candidata a ser sede de los Juegos Olímpicos.

Y una de las zonas agraciadas con tan magnánimo acontecimiento deportivo sería el Parque de la Gavia, donde se deberían celebrar las pruebas de la disciplina de piragüismo.

Para tal faraónica proyecto se le encomendó la tarea al prestigio arquitecto japonés Toyo Ito, que debía convertir el Arroyo de la Gavia, un arroyo estacional, en un canal de aguas bravas.

(Arroyo de la Gavia, en el Parque de la Gavia, Villa de Vallecas).

Tras el fiasco de la no designación como sede, y la falta de financiación el proyecto se suspendió el 2012, y comenzó una larga espera donde el parque quedó en el más absoluto olvido y abandono, incluso usado como zona de vertedero.

En 2016 la Asociación Vecinal del PAU de Vallecas inició un proceso participativo junto al ayuntamiento para su diseño definitivo. Se valló todo el parque y se reforestó en 2019. Este aislamiento le vino bien a la fauna, que encontró una zona tranquila sin interacción con los visitantes, y desde la valla no era raro ver liebres, conejos, perdices, y hasta lagartos ocelados y culebras bastardas.

Tras un periodo de transición, a finales de 2021 se volvió a inagurar, con el aspecto que podemos contemplar a día de hoy.

El Parque de la Gavia situado al Sur del Pau de Vallecas. Con casi 50 hectáreas de extensión, cuenta con el  Arroyo de la Gavia canalizado, varios estanques, un estanque de tormentas, y zonas de esparcimiento y deportivas como una zona de escalada, zona de parkour, pistas de baloncesto, toboganes, y varias miradores en sus cinco colinas que lo rodean.

En entorno del parque es una zona arqueológica de relevancia dentro de la Comunidad de Madrid. Se han encontrado restos de sílex, y en el cercano Polígono de la Atalayuela, restos de elefantes que datan de 14 millones de años.

En cuanto a la vegetación que podemos encontrar dentro del parque, en las colinas encontramos repoblaciones de pinos piñoneros, encinas y coscojas.

Hay un bosquete de ribera muy interesante junto al Arroyo de la Gavia compuesto por álamos, chopos negros, alisos y sauces. Y arbustos como rosal silvestre o mimbreras.

Este mosaico de ecosistemas, unido a que el parque está en la confluencia del espacio protegido del Parque Regional del Sureste, lo convierten en un parque periurbano, muy atractivo para numerosas especies de aves.

La lista de aves avistadas es variopinta y podemos ver desde perdices rojas, milanos negros, águilas calzadas, a cogujadas comunes, currucas capirotadas, palomas zuritas o zorzales comunes.

(Ruta circular por al Parque de la Gavia, de dificultad fácil y 2 horas de duración).

Ficha técnica de la ruta

-Tipo de ruta: circular.

-Dificultad: baja. Ideal para hacerla con niños.

-Duración: 2 horas. Con paradas para ver aves.

-Punto de inicio y fin de la ruta: parada del autobús 103, en la Calle de la Granja de San Ildefonso.

-Desnivel: altura máxima 630, mínima 610.

-Época de visita: todo el año.

Como llegar

-En coche: tomar la autopista A-3 y en el kilómetro 10, coger el desvío a la M-45. Posteriormente buscar la salida a la Avenida del Mayoral. 13 minutos desde Madrid.

-En Metro: coger la línea 1 hasta la parada de Congosto, desde allí andar 16 minutos a la Avenida del Mayoral. 45 minutos desde el centro.

-En autobús: tomar la línea 103 (Estación del Pozo-Ecobulevar), hasta la calle La Granja de San Ildefonso. 42 minutos.

-En bicicleta: anillo ciclista. Desviarnos a la Calle Cocherón de la Villa. Después a la Calle González Dávila y acabar en la Avenida del Mayorazgo.

Recomendaciones

-Aunque se puede visitar en cualquier estación del año, si lo vamos a visitar en verano es mejor madrugar y estar a la vuelta al medio día, ya que hay zonas sin arbolado.

-Muy recomendable subirse a alguna de sus colinas, y mirando en dirección al Sureste, que es la zona de paso de rapaces y otro tipo de aves.

Este es el relato de una ruta que realicé en Marzo de 2024.

Quedaban pocas semanas para estrenar la Primavera, y el Invierno se iba a despedir con sus últimos coletazos. Tras varios días seguidos de lluvias, que por otra parte venían muy bien para paliar a acuciante sequía, aquella mañana de Domingo, el tiempo nos dio una pequeña tregua.

Era un día nublado, con un molesto viento racheado, aunque no amenazaba lluvia. Así que aproveché para escaparme al Parque de la Gavia, para pajarear un rato y no tener que desplazarme muy lejos.

La última vez que lo visité estaba en obras, y quería ver con mis propios ojos como había quedado el resultado final de las mismas.

Tras un breve paseo desde la última parada de autobús 103, llegué a la puerta del parque.

Tras pasar la valla, me recibió un llamativo cartel con información del parque y su zonificación.

(Cartel informativo a la entrada del Parque de la Gavia).

Puedo comprobar el cambio radical del cauce del Arroyo de la Gavia. La última vez que lo vi, era un arroyo estacional con zonas donde no había agua. Ahora era un arroyo encajonado en un canal, con partes rodeado de vegetación de repoblación.

Las primeras aves de la lista, fueron una nutrida bandada de gaviotas sombrías que sobrevolaban el parque.

Ya no les quedaba nada, para comenzar su migración hacia las zonas de costa. Habían pasado el invierno en la ciudad, aprovechando los recursos que les ofrecía el cercano vertedero de Valdemíngomez.

Comencé a pegarme al cauce del arroyo, que es la zona del parque que más me gusta para ver aves, ya que muchas de ellas bajan a beber a su cauce.

Y allí añadí dos especies más. Un petirrojo europeo, y un colirrojo tizón.

Crucé el pequeño puente que salva el arroyo en dirección a la otra orilla, donde hay un pequeño bosquete de ribera. Allí se refugiaban pequeños pajarillos del molesto viento racheado.

Haciendo equilibrio en las ramas, soportando los balanceos de las ramas, estaban posadas una pareja de currucas capirotadas, y una curruca cabecinegra.

Un poco más abajo del cauce, antes de llegar al estanque de tormentas, unos graznidos llamaron mi atención.

Cuando pasé una zona de arbustos, puede ver en el estanque una pareja de gansos del Nilo, acompañados de otra pareja de ánades reales.

(Gansos el Nilo. Alopochen aegyptiaca).

Desde la zona del estanque se podían ver las obras del nuevo centro logístico de bomberos del ayuntamiento. Es una imagen que me impactó bastante. Toda una zona de tierras removidas, donde apenas se apreciaba el camino de Vallecas a Perales del Río.

Era una zona que me gustaba mucho explorar, ya que allí en esa zona esteparia, seguramente, de las últimas que le quedaba a la ciudad, había visto especies tan interesantes, como tarabilla norteña, calandria común, alcaudón real, o abejaruco europeo.

Ahora esa zona de obras estaba vallada, sin oportunidad de acceder a ella, y toda una zona removida de tierra, donde iría el futuro polígono industrial.

No me opongo a que se haga esa infraestructura, que seguro es muy necesaria para el distrito y el resto de la ciudad, pero que seguramente se podía haber hecho en otro lugar. Ya que donde irá el polígono, era de las últimas zonas esteparias que le quedaban la ciudad, y una zona de transición entre el Parque de la Gavia, las estepas entre la M-45 y M-50 y el Parque del Sureste.

Después de esta decepción, decidí hacer un giro de 180 grados en el camino y subir una de las lomas.

El viento apenas daba una tregua, y resguardé en una zona de pinos que me hacían de pantalla. Allí puede sumar mirlo común, y un zorzal común alimentándose de una lombriz.

Volví a bajar a cauce del Arroyo de la Gavia, y crucé de nuevo el puente. En la otra orilla, en un bordillo, una tenaz lavandera blanca, aguantaba estoicamente los envites del viento racheado. Parecía mentira el valor y la templanza que le echa el pequeño pajarillo, que parecía que en cualquier momento se lo llevaría el viento.

(Lavandera blanca. Motacilla alba).

Muy cerca de esta, una paloma zurita rastreaba el césped en busca de alguna nutritiva semilla.

(Paloma zurita. Columba oenas).

Comencé a subir La Colina del Mirador Estelar por un lateral.

Había movimiento de pequeños pajarillos que me pusieron en alerta. Primero una bandada de jilgueros europeos, y después otra de pardillos comunes.

Sospechaba que huían de una rapaz, y no tuve que esperar mucho tiempo para ver de qué huían, de un cernícalo vulgar.

(Cernícalo vulgar. Falco tinnunculus).

El cernícalo hizo un picado en seco y estuvo a punto de llevarse un pardillo entre sus garras, que se libró en fracción de segundos.

Según iba subiendo a la loma, por mi cabeza pasaban planeando y haciendo acrobacias por el viento, varios milanos reales y milanos negros procedentes del cercano vertedero de Valdemíngomez.

(Milano negro. Milvus migrans).

Poco pude disfrutar de las magníficas vistas desde lo alto de la colina, ya que le viento allí arriba era insoportable. Sólo me dio tiempo a ver una valiente cogujada común y comencé a descender rápidamente por la colina.

Entre los claros del pinar había una formación mixta de urracas comunes, palomas torcaces y estorninos negros rastreando el suelo, para llevarse algo al buche.

Antes de llegar de nuevo al cauce del arroyo me pasó volando por encima una grajilla occidental, que pasó como un bólido por delante de mis prismáticos.

Últimos vistazo a los márgenes del arroyo antes de salir del parque con desfile de pequeños pajarillos como gorriones comunes, gorriones molineros, pinzón vulgar, verderón común y serines verdecillos.

Y justo antes de cruzar la puerta de salida del parque un vistoso pito ibérico con su inconfundible relincho cerraba la lista de aves, de aquella jornada tan interesante.

¡A que esperáis para colgaros los prismáticos y calzaros las botas, y disfrutar de este parque tan interesante!

¡Felices avistamientos!

©Rafael Almena.

Para terminar, adjunto la lista de especies avistadas en la ruta.

AVES

Ánade real

Cernícalo vulgar

Cogujada común

Colirrojo tizón

Curruca cabecinegra

Curruca capirotada

Estornino negro

Ganso del Nilo

Gaviota sombría

Gorrión común

Gorrión molinero

Grajilla occidental

Jilguero europeo

Lavandera blanca

Milano negro

Milano real

Mirlo común

Paloma torcaz

Paloma zurita.

Pardillo común

Petirrojo europeo

Pinzón vulgar

Pito ibérico

Serín verdecillo

Urraca común

Verderón común

Zorzal común

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