RUTA POR ARANJUEZ: EL SOTO DE
LEGAMAREJO
Soto de Legamarejo, entre
Tajo y Jarama.
A tan sólo 48 kilómetros al Sur
de la ciudad de Madrid se encuentra el municipio de Aranjuez, qué cuenta con
varios espacios naturales muy atractivos para los amantes de la ornitología.
Gran parte de su término municipal
está incluido en la ZEPA “Carrizales y sotos de Aranjuez”. Esta extensa ZEPA,
qué se prolonga hasta los límites de la provincia de Toledo, cuenta con
ecosistemas tan variados como bosques de ribera, carrizales, saladares, zonas
de cultivo, o cantiles de yeso, qué son el hábitat de especies tan amenazadas
como el halcón peregrino, carraca, garza imperial o búho real.
Dentro de la ZEPA y sus aledaños,
existen otros parajes naturales muy conocidos por los amantes de las aves, como
son el Carrizal de Villamejor, El Regajal-Mar de Ontígola, el Soto del Lugar, o
el Soto de las Cuevas.
La ruta qué os propongo es un
recorrido circular por el entorno de la finca del Soto de Legamarejo y con
final en la Junta de los ríos Jarama y Tajo. Se trata de una gran finca
perteneciente a los Sotos Históricos qué se crearon entorno al siglo XVI, y qué
antiguamente era utilizada por la Realeza como coto de caza. En él se puede
todavía admirar los restos del antiguo Hipódromo Real impulsado por el Rey
Alfonso XIII.
Actualmente está prohibida la caza,
y se utiliza como zona recreativa para actividades como senderismo o paseos a
caballo.
Es un lugar muy conocido y
frecuentado por pescadores. A lo largo de todo su recorrido y hasta la junta de
los ríos, existen varios vedados o puestos de pesca, señalizados con números.
También existen algunos merenderos, lo qué hace qué en época estival, a veces
se masifique, por lo qué se recomienda visitarlo en días no festivos, o
evitando la época de mayor afluencia.
Es un soto muy bien conservado con
formaciones muy compactas de bosque de ribera y carrizo en algunos tramos del
río Tajo. Hay qué añadir algunas fincas de cultivo de cereal y plantaciones de
almendros. Además existen magníficos paseos con ejemplares de plátanos de gran
envergadura.
Toda esta variedad de paisaje
propicia una variedad avícola qué no tiene nada qué envidiar a los otros
espacios naturales qué hacía mención al comienzo del relato.
A especies tan frecuentes en zonas
de bosque de ribera y carrizal como ruiseñor común, pájaro moscón, oropéndola o
pito real, podemos encontrar otras más esquivas como martinete, garza imperial,
avetorillo o garceta grande.
En los campos de cultivo y zonas de
barbecho, existe una pequeña población de alcaraván, y son frecuentados por una
importante colonia de garcilla bueyera.
En los grandes paseos flanqueados
por imponentes ejemplares de plátanos observaremos grajillas, palomas zuritas y
pequeños paseriformes como herrerillos comunes o carboneros comunes.
(En el Soto de Legamarejo existen grandes paseos con plantaciones de plátanos de gran porte donde podemos observar grajillas, palomas zuritas o pitos reales).
La junta de los ríos, donde el
Jarama se une al Tajo, es un magnífico lugar para observar martín pescador,
somormujo lavanco, garza imperial, cormorán grande o milano negro.
A toda esta riqueza ornitológica
habría qué añadir su riqueza entomológica. Para los aficionados a las mariposas
y libélulas, en este espacio se pueden encontrar especies endémicas y algunas
de ellas en peligro de extinción.
(Destacar la riqueza entomológica del Soto de Legamarejo, con especies de libélulas y mariposas endémicas y en peligro de extinción).
Los mamíferos no se quedan atrás.
Con mucha paciencia podremos observar zorros, turones, conejos, y últimamente
se ha constatado la presencia de nutria, qué podremos intuir su presencia
buscando sus huellas y restos de pescado y cangrejos en las márgenes del Tajo y
el Jarama.
La ruta propuesta es un recorrido
circular entre los ríos Tajo y Jarama. Dura aproximadamente 3 horas y 30
minutos, y es de dificultad baja debido a qué en todo el recorrido existen
apenas pendientes.
Se inicia desde un túnel qué cruza
por debajo las vías del cercanías, y siguiendo el cauce del Tajo aguas abajo,
llegaremos a la denominada “Junta de los ríos”, una zona muy interesante con
buenas formaciones de chopos, álamos, y tarays, y con unas vistas muy
apetecibles de una gran formación de carrizal a orillas del Jarama.
(Ruta circular por el Soto de Legamarejo).
Para llegar al Soto de Legamarejo:
-A pie. Desde Madrid cogeremos el
tren de cercanías, qué tarda unos 50 minutos en llegar a Aranjuez. Desde la
misma estación, seguimos hasta el final del andén, y ¡¡con mucha precaución al
cruzar las vías!!, buscaremos un túnel qué pasa por debajo de las vías del
tren, y desde allí seguiremos el curso del río Tajo.
-En coche. Desde Madrid coger la
A-4 y posteriormente nos desviamos por la M-305. Al pasar el Polígono
Industrial coger la Calle Pintor Rosales, y posteriormente una pista de tierra
qué nos conduce al túnel de las vías del tren. Desde Madrid se tardan unos 40
minutos aproximadamente.
-En bici. Desde la estación de
cercanías de Aranjuez, buscamos el Restaurante “La Rana Verde”, y desde allí el
Jardín del Príncipe. Atravesamos el Jardín y buscamos un puente qué cruza el
Tajo. Después seguimos una pista de tierra qué nos llevará hasta el túnel. Se
tarda aproximadamente 25 minutos.
Esta es la crónica de la visita qué
realicé a finales de Marzo.
Era una tarde de Primavera, con un
día nublado de mucho frío. A pesar de la continua amenaza de lluvia era un día
ideal, ya qué esto haría qué muchos pescadores no se animaran a poner sus cañas
y así podría disfrutar de esta jornada pajarera sólo, y con apenas molestias,
para ver la mayor cantidad de especies.
Tras dejar el tren de cercanías y
dirigirme al túnel, ya se comenzaban a ver los extensos sotos del río Tajo.
(Sotos del río Tajo, y comienzo de la ruta).
Antes de entrar en el túnel una
garza hizo acto de presencia. Pero con el día tan nublado su figura se tornó
muy negra, y no pude distinguir si era real o imperial.
Tras este sinsabor, un grupo de
tres verderones
comunes revoloteaban juguetones muy cerca de las vías del tren.
Al llegar a la misma orilla del
Tajo comenzaron a aparecer las especies más comunes de este tipo de
ecosistemas: gallinetas y ánades reales.
Decidí probar mejor suerte mirando
con los prismáticos a unos grandes ejemplares de plátanos, y ya empezaban a
hacer acto de presencia los primeros paseriformes carboneros comunes y herrerillos
comunes. Tras este breve parón, decidí salirme de la pista forestal y
tomar un pequeño sendero qué me llevaba a un pequeño arroyo qué desembocaba en
el Tajo.
Justo al cruzar un puente de madera
una gran garza blanca se asustó ante mi presencia. Fue un vistazo fugaz y no
pude reconocer de qué especie se tratara. Pero dado su gran porte, bien podría
tratarse de una garceta grande, pues en esta zona del Tajo se han visto algunos
ejemplares.
Todavía con la duda de qué especie
se trataba, intenté localizarla con los prismáticos sin éxito, pero como
contrapartida, encontré un ejemplar de martín pescador apoyado en una rama,
dispuesto a zambullirse en busca de algún incauto pececillo.
Tras este breve encuentro, elegí
una pequeña vereda qué se internaba entre un extenso carrizal en busca de algún
pájaro moscón.
La vereda acaba en un antiguo azud
(antiguas presas construidas en el siglo XVI a lo largo del Tajo) y en una
vieja fábrica abandonada.
La vieja construcción era utilizada
por una importante colonia de palomas domésticas qué era
compartida por estorninos negros y tórtolas turcas. En lo alto del tejado y
presenciando la escena estaba atento un inquieto colirrojo tizón.
En el camino de vuelta, con el
ruido del carrizo asusté a un andarríos chico qué voló para
refugiarse a la otra orilla del río.
En un árbol cercano un pequeño agateador
común jugaba al escondite, y en su copa jilgueros y vercedillos cantaban
al unísono.
De regreso al camino principal, ya
se comenzaban a ver las zonas de cultivo de cereal y las plantaciones de
almendros. En una zona cercana a unos merenderos, hice una breve parada en unos
grandes árboles secos. El año pasado por esta zona se dejaron ver los
abejarucos, y también es una buena zona para pito real y pico picapinos. Esta
vez la suerte me fue esquiva. A pesar de ello había una buena presencia de palomas
torcaces, y entre ellas dos bellos ejemplares de paloma zurita.
En un camino qué me llevaba a un
puesto de pesca, volví a acercarme a la orilla del Tajo, y en su otra orilla un
tractor comenzaba a arar la tierra. Su poderoso ruido hizo espantar a dos críalos,
qué asustados no sabían donde ir, lo qué me dio tiempo suficiente para
observarlos con los prismáticos.
Tras varios minutos peinando el
cauce del río sin apenas novedad salvo algunos ejemplares de mirlo
común, llegué al sendero qué me llevaría al Soto de las Juntas.
El cereal aún estaba poco crecido y
unas urracas
volaron asustadas ante la presencia de alguna rapaz. Unos minutos
después apareció el causante de sus miedos, un aguilucho lagunero con su
típico vuelo de planeo.
(La mejor época para visitar el Soto de Legamarejo es Primavera en el mes de Mayo, cuando las amapolas inundan sus campos de cultivos).
Llegué a una zona donde la
vegetación es muy cerrada, y durante unos minutos tenía la sensación de estar
siendo observado. Con el reflejo del sol ya cayendo sobre el Jarama, vi una
sombra compacta qué se movía nerviosamente. Sin tiempo para desenfundar los
prismáticos, durante unos instantes se dejó ver un bello ejemplar de zorro
común. Tras un breve duelo de miradas, desapareció entre una masa de
tarays.
Justo antes de llegar a misma junta
de los ríos, un talud sobre el Jarama ofrece un magnífico mirador por encima
del carrizal. Allí durante un rato pude observar somormujos lavancos, ánades
frisos, y cormoranes grandes.
(Cormoranes grandes en la Junta de los ríos).
En la misma junta de los ríos el
carrizal estaba muy compacto, y en los pocos claros qué habían, se podían
observar huellas de jabalí, qué aprovechaban para bajar a esta zona del río para
alimentarse por las noches.
(El río Jarama, poca antes de desembocar en el río Tajo en el paraje conocido como "La junta de los ríos").
Remonté un gran meandro qué hace el
Jarama antes de desembocar en el Tajo, y las garzas reales y cigüeñas blancas comenzaron
a hacer acto de presencia.
En un árbol seco dos milanos
reales estaban posados disfrutando de unas magníficas vistas atentos a
cualquier movimiento de presas potenciales.
(Milano negro a orillas del río Jarama).
Antes de abandonar el cauce del
Jamara y bajar a la zona cultivada una gaviota sombría me pasó a escasa
altura, y un ruidoso grupo de fochas comunes levantó el vuelo
cuando delataron mi presencia.
En una caseta agrícola abandonada
dos abubillas
estaban muy entretenidas comiendo algún tipo de insecto qué habían
capturado. Muy cerca de ellas, en una zona de barbecho, sobre unos cardos un
intrépido triguero competía en canto con varios ejemplares de jilgueros.
Por el camino qué me llevaría otra
vez al cauce del Tajo, en un impenetrable arbusto, compartía morada una nutrida
colonia de gorriones molineros.
A lo lejos un tractor removía con
el arado la tierra, y las garcillas bueyeras y las grajillas,
esperaban estoicamente su turno, para llevarse al pico alguna esquiva
lombriz o algún pequeño roedor.
Era muy curiosa la estampa de dos garzas
reales en mitad de una zona de cultivo, estirando sus elegantes
cuellos, atentas a mis movimientos.
Llegué justo donde se encontraba el
antiguo Hipódromo Real, antes usado para las carreras de caballo y ahora
aprovechado por los estorninos negros y perdices rojas, para sus juegos y
correrías.
(El Real Hipódromo).
Con el tiempo justo para tomar el
tren de cercanías de vuelta a Madrid, hice una última incursión a orillas del
Tajo.
La tarde comenzaba a caer y las golondrinas
comunes y aviones comunes, hacían vuelos rasantes por el río, hinchando
sus buches con las inmensas nubes de mosquitos qué revoloteaban al ocaso del
sol.
Un inquieto zampullín chico cerraba
la lista de esta jornada tan provechosa.
Como es habitual adjunto lista de
fauna avistada en esta ruta.
(Cartel informativo con la fauna más representativa del Soto de Legamarejo).
FAUNA DEL SOTO DE LEGAMAREJO
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AVES
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MAMÍFEROS
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Agateador
común
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Conejo
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Aguilucho
lagunero occidental
|
Zorro
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Anade real
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Andarríos
chico
|
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Avión
común
¡A qué esperáis para
coger vuestros prismáticos y cámara de fotos y disfrutar de este espacio tan
interesante!.
© Rafita Almenilla.
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