RUTA POR ARGANDA DEL REY
Laguna de las
Madres, Lagunas del Porcal, y Laguna de la Esperilla. Como el día y la noche.
Si alguna vez viajamos
de Madrid a Morata de Tajuña en coche o autobús por la carretera M-832, qué
cruza parte del Parque Regional del Sureste, nos sorprenderá la diferencia de
paisaje a un lado y otro de la carretera.
A nuestra derecha nos
encontraremos con el rosario de las Lagunas del Porcal, las mejores lagunas de
todo el Parque Regional del Sureste. Una sucesión de humedales, naturalizados y
recuperados, con bosque de ribera compuesto de chopos, álamos, sauces, fresnos, y extensos
carrizales donde podemos encontrar especies tan amenazadas como malvasías
cabeciblancas, avetoros, patos colorados, o garzas imperiales. Un poco más
adelante nos toparemos con la Laguna de las Madres, una de los mejores ejemplos
de recuperación ambiental de un humedal.
A la izquierda de la
carretera, se nos muestran un pequeño complejo de lagunas, teniendo la Laguna
de la Esperilla como la más representativa.
El aspecto algunas
lagunas es lamentable. Algunas convertidas en vertederos y escombreras
improvisadas. El colmo de la dejadez medioambiental es la Laguna del Aceite,
donde se acumulan 50.000 metros cúbicos de residuos altamente tóxicos. La
Laguna de la Esperilla no le va a la zaga, y en ella se llegaron a encontrar
hasta seis vehículos abandonados con la consiguiente contaminación del humedal.
La Laguna de las Madres
es una zona protegida dentro del Parque del Sureste, qué cuenta con dos
lagunas, un embarcadero, un aula de educación ambiental, zonas de juegos para
niños, y donde podemos realizar actividades como senderismo,
observación de
aves, una senda botánica, pescar, montar en barca, o montar a caballo.
(Embarcadero en la Laguna de las Madres). |
El complejo era una
antigua explotación de áridos operativa desde 1966 a 1984, qué tras su
abandono, se inició su proceso de restauración medioambiental por parte del
Ayuntamiento de Arganda del Rey y posteriormente la Comunidad de Madrid.
La restauración fue tan
positiva qué recibió el premio de la Comisión Europea del Medio Ambiente en
1987 y 1995, y el premio J.B de gestión del Parque del Sureste.
Hoy es un humedal más
dentro del Parque Regional del Sureste, con buenas muestra de vegetación de
ribera como sauces, chopos, álamos, alisos, olmos, carrizales y olivares y
pinares, con una variada fauna como ánades reales, fochas comunes, gallinetas o
cigüeñas blancas, entre otras especies.
Las Lagunas del Porcal,
son sin duda las mejores lagunas de todo el Parque Regional del Sureste. Se
encuentran incluidas dentro del Catálogo de Humedales Protegidos de la
Comunidad de Madrid, y dentro de la zonificación del parque, tienen máxima
protección con la figura de Zona A, reserva integral.
Son una sucesión de
humedales, productos de antiguas graveras, y qué se han ido restaurando y
naturalizando progresivamente. El proceso de restauración partió de la buena
labor de la asociación naturalista Naumanni, en colaboración con la empresa de
explotación de áridos.
Son de propiedad
privada, lo que favorece su excelente grado de conservación, y sólo se pueden
acceder a ellas solicitando una visita organizada por alguna institución
pública, o para realizar algún estudio de investigación.
Las lagunas tienen tal
valor ecológico qué se han censado en ella hasta 180 vertebrados, algunos de
ellos en grave peligro de extinción como el avetoro, contando con la colonia
más grande de garza imperial de toda la Comunidad de Madrid.
La Laguna de la
Esperilla es un pequeño humedal catalogado como reserva integral. Tristemente
famoso por la aparición dentro de sus aguas de seis vehículos abandonados en el
2002. La laguna tiene focos de
escombreras ilegales, y es muy utilizada por los pescadores. Las molestias y
los vertidos hacen qué su fauna sea escasa y esquiva, con poco número de
especies como fochas comunes, gallinetas o martines pescadores.
La ruta propuesta es
una ruta semicircular visitando primero la Laguna de las Madres, a continuación
algunas de las Lagunas del Porcal y la Finca la Conejera, para terminar en la Laguna de la Esperilla. La duración de
la ruta son 2 horas y 45 minutos y es de dificultad baja.
(Ruta semicircular de 2 horas y 45 minutos de duración por la Laguna de las Madres, Lagunas del Porcal, Finca la Conejera, y Laguna de la Esperilla). |
Como las Lagunas del
Porcal no se pueden visitar porque son privadas, las observaremos a distancia,
aprovechando la carretera qué desde la Laguna de las Madres va a la empresa
Electroflim Española, y como estamos en altura, tendremos una buena perspectiva
del conjunto del humedal.
Esta carretera tiene
mucho tránsito de camiones entre semana, procedentes de las explotaciones de
áridos, por lo qué extremaremos las precauciones cuando transitemos por ella.
Accesos a la Laguna de
las Madres.
-En coche. Autovía A-3
Madrid-Valencia salida 21. Luego coger la M-832. 30 minutos desde Madrid.
-En autobús. Línea 336
Madrid-Morata de Tajuña, y línea 337 Madrid-Valdelaguna. Bajarse en la parada de
las antenas de Radio Nacional de España. Los autobuses salen desde la Plaza de
Conde de Casal.
-En bicicleta. Desde la
estación de metro de Rivas-Vaciamadrid. Llegar hasta la entrada de la Laguna
del Campillo y luego cruzar el Puente de Arganda hasta la M-832. Extremar las
precauciones por esta carretera, ya qué tiene bastante tráfico rodado.
Este es el relato de
una ruta qué realicé a finales de Noviembre de 2016.
El autobús 336 me dejó
muy cerca de la entrada del complejo de la Laguna de las Madres. Tras unos
metros andando desde la parada del bus, llegué a la entrada de la laguna donde
un gran cartel me daba la bienvenida, así como unos carteles informativos sobre
su proceso de restauración.
(Cartel de bienvenida a la entrada de la Laguna de las Madres). |
Tras pagar el simbólico precio de 1 euro la entrada
me encontraba en la orilla del embarcadero, desde donde tenía una magnífica
panorámica de la primera laguna, la más grande. En una de sus orillas graznaban
a pleno pulmón una buena bandada de ocas domésticas mezcladas con un par
de ánades
reales.
(Ánades reales, anas platyrjynchos). |
La laguna después de su
restauración presentaba un aspecto magnífico, con una variada vegetación de
ribera compuesta por olmos, sauces, chopos, alisos y un extenso carrizal, al
que nadie diría qué hace unas décadas aquello fue una explotación de áridos.
Comencé a rodear la
laguna por su flanco derecho siguiendo los carteles de la senda botánica. Me
encontré con una hilera de olivos, de donde salió volando un mirlo
común, y poco después un nutrido grupo de gorriones comunes.
Una valla metálica
separaba el complejo de la Laguna de las Madres con las primeras lagunas del
Porcal.
Pasado un pequeño
parque infantil con columpios, comenzaron a hacer acto de aparición los
primeros conejos.
En la copa de un gran
olivo había un gran revuelo de mosquiteros comunes, y más adelante
un simpático petirrojo europeo me brindo unos valiosos minutos para poder
fotografiarlo.
(Petirrojo europeo, erithacus rubecula). |
Desde un mirador de
madera tenía unas buenas vistas de toda la laguna. A pesar de su magnífico
aspecto en lo referente a la vegetación, la sensación era de escasa actividad
faunística, seguramente producida por la cantidad de gente qué viene a
visitarla, y la gente qué viene a pescar y montar en barca. En unos minutos de
espera sólo puede añadir a la lista varias fochas comunes y una solitaria gallineta
común.
(Fochas comunes, fulica atra). |
Una parte de la valla
estaba más baja lo qué me permitió ver parte de una de las lagunas del Porcal.
Allí la actividad animal era frenética. Primero descubrí un pito
real ibérico subido en un chopo seco. Después el turno fue para una
hembra de aguilucho lagunero occidental, y posteriormente entraron en
escena varios cormoranes comunes.
Continué mi camino y
llegué a una pequeña laguna qué apenas tenía agua, y se conectaba con la grande
y por un pequeño arroyo.
Tras un tupido bosque
de tarayes, a lo lejos se volvían a ver las Lagunas del Porcal. Según caía la
tarde comenzaban a entrar a sus dormideros multitud de gaviotas. El primer
turno era para las gaviotas reidoras y en segunda tanda comenzaron a llegar las gaviotas
sombrías. Entre tanta algarabía, se mezclaban algunas cigüeñas
blancas.
Aparecí en la orilla de
otra laguna más pequeña, qué luego vería con mejor perspectiva desde la
carretera qué rodea la Laguna de las Madres. Poseía una buena formación de
carrizo, pero tenía la misma sensación de poca actividad animal como la
anterior laguna. De una espera de varios minutos obtuve poco bagaje, sólo un
juguetón zampullín común.
Subí a una pequeña loma
qué era coronada por un bosquete de pinos piñoneros. En lo alto del cielo, con
unos vuelos malabares de lo más estrambóticos, una lavandera blanca trataba
de capturar unos pocos mosquitos.
El pinar tenía un
magnífico aspecto, pero en él no encontré nada interesante, sólo un pequeño
grupo de urracas muy bullicioso.
Desde las alturas del
pinar tenía unas excelentes vistas a las Lagunas el Porcal, y los cantiles de
la Marañosa.
(Vistas de los cantiles de la Marañosa al fondo, desde las Lagunas de las Madres). |
Posteriormente crucé un
puente de hierro qué separa las dos lagunas
con espléndidas vistas a la zona del embarcadero.
En una boya de la
laguna se posó una intrépida lavandera cascadeña qué hacía
equilibrio para no caerse de semejante atalaya.
Antes de abandonar la
Laguna de las Madres, vi posado sobre un poste de madera un macho de colirrojo
tizón.
Según salía a la
carretera, en un poste eléctrico había una inmensa concentración de estorninos
negros qué a buen seguro se estaban comentando entre ellas las andanzas
qué habían tenido en el día.
(Estornino negro, sturnus unicolor). |
La zona de la izquierda
de la carretera qué bordeaba la Laguna de las Madres era ocupada por una
antigua gravera, ahora invadida por la vegetación arbórea. En lo alto de un
chopo pude avistar un cernícalo vulgar.
(Cernícalo vulgar, falco tinnunculus). |
Proseguí mi camino por
la carretera con vistas a las Madres y las Lagunas del Porcal.
Los primeros bandos de palomas
torcaces comenzaban a congregarse en sus dormideros, en las copas más
altas de los árboles.
(Palomas torcaces, columba palumbus). |
Seguía disfrutando de
unas magníficas vistas de todo el complejo lagunar del Porcal, aunque eso sí,
con los prismáticos para ver la lámina de agua qué me dejaba ver la vegetación
de ribera, y en una orilla de una de la lagunas pude detectar una garza
real.
El vuelo rasante de un busardo
ratonero hizo qué cientos de gaviotas reidoras volaran asustadas
en todas direcciones.
Ya comenzaba a ver las
primeras casas de la Finca la Conejera. Cerca de ella había una pequeña dehesa
con encinas muy jóvenes. Entre esta formación se intercalaban algunos almendros
más viejos, donde pude sorprender a un pinzón vulgar.
(Dehesa de encinas en la Finca la Conejera). |
Llegué a la entrada de
la finca, con los oportunos carteles de prohibido el paso. Un poco más al
frente la carretera estaba cortada por una cancela, qué daba entrada a una
explotación de áridos. El cambio de paisaje era radical.
De pasar de un variado
bosque de ribera, a una enorme explanada de tierra, sólo rota por una hilera de
olivos qué flanqueaban una pequeña carretera de entrada a la gravera. Allí
decidí hacer un barrido con los prismáticos a ver si veía algún ave esteparia.
La espera tuvo su recompensa al ver unos cuantos ejemplares de avefrías
europeas.
El sol se iba poniendo
por detrás de los cantiles de la Marañosa, así qué decidí acelerar la marcha si
quería echar un últimos vistazo a la Laguna de la Esperilla, antes de qué me
quedase sin luz.
Dentro de la Finca la Conejera
vi una antigua laguna qué ahora estaba seca. En medio de una pequeña isla de
tierra llegó la primera sorpresa de la tarde. Un jovial zorro común estaba
tranquilamente tumbado en sus labores de aseo. Estaba tan atento a sus
quehaceres qué durante unos minutos no se dio cuenta de qué lo estaba
observando desde la altura de la carretera. Cuando se percató de mi presencia,
se levantó con su elegante porte, y durante unos minutos tuvimos un interesante
intercambio de miradas. Cuando se aburrió de este duelo, comenzó a trotar
elegantemente y se perdió entre una zona enmarañada de carrizo.
(Zorro común, vulpes vulpes). |
Todavía sin recuperarme
de este curioso encuentro, al poco rato llegaría la segunda sorpresa del día.
Desde la carretera tenía la visión de una pequeña parte de una laguna, qué
comenzaba a desecarse. Tenté a la suerte y desde un talud elevado comencé a
explorarla con los prismáticos.
Al principio parecía
qué estaba carente de vida, pero al rato vi 3 patos qué se dirigían a su margen
derecha. Y cuál fue mi sorpresa al descubrir qué se trataban de 1 macho y 2
hembras de patos colorados.
(Patos colorados, netta rufina). |
Debajo del talud había
una pequeña formación de almendros y en sus ramas pude ver un par de mitos
y un herrerillo común.
En la primera gravera
abandonada sin agua, donde vi el cernícalo vulgar, casi en el mismo
lugar, pude advertir la presencia de un alcaudón real.
(Alcaudó real, lanius meridionalis). |
El sol ya se había
puesto y ya me quedaban pocos minutos para no tener luz así qué decidí echar un
vistazo a la Laguna de la Esperilla.
Lo que más te llama la
atención de la laguna son dos cosas, la sensación de ser un desierto biológico,
y el azul turquesa de sus aguas.
(Laguna de la Esperilla). |
Allí agazapado tras el
tronco gran sauce, estuve esperando a ver si me llevaba alguna sorpresa de
última hora, hasta qué los últimos rayos de luz me dejasen ver algo.
Los minutos pasaban y
allí no se movía nada. Tras un buen rato sólo pasaron ante mis prismáticos una focha
común y una gallineta común.
Cuando ya decidí
levantar el campamento, pasó raudo y veloz a toda velocidad un martín
pescador qué cerraba la lista de esta jornada tan interesante.
¡A qué esperáis para
colgaros vuestros prismáticos y cámara de fotos, y venir a descubrir este
espacio tan interesante!
¡Felices avistamientos!
© Rafa Ac.
Termino el relato
adjuntando la lista de especies avistadas durante la ruta.
FAUNA DE LA LAGUNA DE LAS MADRES, EL PORCAL Y LA
ESPERILLA
|
|
AVES
|
MAMÍFEROS
|
Aguilucho
lagunero occidental
|
Conejo
|
Alcaudón
real
|
Zorro común
|
Ánade real
|
|
Avefría
europea
|
|
Busardo
ratonero
|
|
Cernícalo
vulgar
|
|
Cigüeña blanca
|
|
Colirrojo
tizón
|
|
Cormorán
grande
|
|
Curruca
cabecinegra
|
|
Focha común
|
|
Gallineta
común
|
|
Garza real
|
|
Gaviota
reidora
|
|
Gaviota
sombría
|
|
Gorrión
común
|
|
Herrerillo
común
|
|
Lavandera
blanca
|
|
Lavandera
cascadeña
|
|
Martín
pescador
|
|
Mirlo común
|
|
Mito
|
|
Mosquitero
común
|
|
Oca
doméstica
|
|
Pato
colorado
Paloma torcaz |
|
Petirrojo
europeo
|
|
Pinzón
vulgar
|
|
Pito real
ibérico
|
|
Urraca
|
|
Zampullín
común
|
Como el dia y la noche. Tú lo has dicho, Rafa. Es la mejor definición de esa visita. No se como se llama una laguna, cerca de la laguna de la Esperilla, que es uno de los lugares mas degradados que he visto en mi vida, si no el que mas. Tal cantidad de basura flotando es un auténtico espectáculo, la verdad.
ResponderEliminarBuena cantidad de aves (te falta la torcaz en la relación, por cierto) ademas del avistamiento del zorro. Por cierto, ese comportamiento es bastante habitual. Se puede quedar mirándote algunos minutos sin inmutarse.
La laguna que queda a la derecha de la Esperilla, por el otro lado de donde tu fuiste tiene muy buena pinta, con mucha vegetación, pero apenas se puede apreciar por estar vallada.
Un saludo, amigo
Hola Paco. Gracias por el apunte. Ya añadí la torcaz. En el conjunto de la Laguna de la Esperilla hay algunas qué son auténticos vertederos acuáticos, y colmo de la desfachatez es la Laguna del Aceite, un auténtico atentado medioambiental dentro del Parque del Sureste. Las del Porcal son las mejores del Parque del Sureste junto con la Laguna del Soto de las Cuevas en Aranjuez. Aunque estan valladas, si vas a la de las Madres, de esta, y la carretera qué la rodea, puedes ver parte de ellas. Anímate porque en estas fechas están rebosantes de vida. ¡Un saludo, y gracias por seguir mi blog!.
ResponderEliminarGracias por la información Jose Luís. Echaré un vistazo a tus blog, y los añado para seguirlos y qué me lleguen las notificaciones. Un saludo.
ResponderEliminarCual es el proceso para poder visitar las lagunas del Porcal?
ResponderEliminarGracias
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVetton. Las Lagunas del Porcal son privadas y no se pueden visitar. Sólo en el caso de que seas investigador o vayas a hacer anillamiento científico. Imagino que los permisos los tramitará la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
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