RUTA POR EL
DISTRITO DE CARABANCHEL
Cementerio
Sur de Carabanchel. Donde la muerte y la vida se dan la mano.
Hace ya tiempo leí un
blog de un naturalista de Granada qué realizó un estudio sobre la fauna del
cementerio de la hermosa ciudad nazarí. Este estudio llamó mucho mi atención.
Llegó a contabilizar hasta 17 especies distintas de aves qué habitaban en el camposanto,
así como varias especies de mamíferos y reptiles.
Los cementerios de las
grandes y medianas ciudades son auténticos oasis de biodiversidad, dentro de un
entorno tan urbanizado y humanizado. Además, son genuinas islas donde no existe
la contaminación acústica, por el respeto a los difuntos qué se procesa en
estos recintos religiosos.
Varias son las causas
que provocan qué las necrópolis sean focos de atracción para la fauna:
-Como he comentado en
líneas anteriores la huella sonora es casi nula en estos lugares. Son espacios
qué entre semana tienen pocas visitas y el resto del año, salvo fechas
señaladas como el del Día de los Todos los Santos, las visitas son más
escalonadas. Las aves se sienten menos estresadas por el ruido del tráfico, las
zonas de ocio, o de las zonas industriales. Aquí no deben elevar su timbre
sonoro para comunicarse con otros individuos de su especie.
-Otra causa es qué los
cementerios cuenta con amplias zonas ajardinadas con grandes praderas de
césped, y zonas arboladas, algunas especies de gran porte, como cipreses,
cedros, chopos u olivos. También cuentan con numerosas fuentes y algunos
estanques, lo que proporciona a la fauna alada un suministro de comida, agua, y
zonas donde anidar.
(Los cementerios cuentan con grandes zonas ajardinadas, qué son un foco de atracción para la avifauna urbana). |
-Al ser recintos
cerrados y vigilados, son zonas donde la fauna encuentra seguridad, al saber
qué no serán cazadas, encontrándonos a veces importantes concentraciones de
especies cinegéticas como palomas torcaces o perdices.
Todavía hay mucha gente
a la que los cementerios les despierta un sentimiento de miedo o cierto temor, quizás
sugeridos a lo largo del tiempo por multitud de películas de terror y leyendas
qué han circulado sobre estos lugares.
En muchos países los
cementerios de grandes capitales, están integrados a la vida urbana, y algunos
son utilizados como zonas de ocio y esparcimiento a modo de grandes parques
urbanos. Ejemplos muy famosos son el célebre cementerio de Peré-Lachaise de la
capital francesa. Donde se organizan visitas para ver las tumbas de personajes
célebres como Balzac, Camus, Delacroix o Jim Morrison, y qué es usado por sus
habitantes como lugar de recreo y ocio. Otro cementerio ilustre es del
londinense Highgate. Arquitectura victoriana, con grandes zonas ajardinadas qué
dan sensación de un gran bosque.
Incluso en Irán, en los
cementerios se celebran picnics donde la familia se reúne entorno a sus
familiares queridos fallecidos.
El segundo cementerio
más grande de la ciudad de Madrid es el Cementerio Sur de Carabanchel. Se
encuentra en el distrito de Carabanchel, en la intersección de la M-40 con la
A-42.
Cuenta con 70 hectáreas
de extensión. En él encontramos grandes praderas de césped, con algunas
especies de arbustos. La flora arbórea está compuesta fundamentalmente por
cipreses, cedros, magnolios, chopos, pinos piñoneros, olivos y madroños.
La ruta propuesta es
una ruta circular por todo el recinto del cementerio de 2 horas de duración y
de dificultad baja.
(Ruta circular de 2 horas de duración, de dificultad baja, por el Cementerio Sur de Carabanchel). |
Cabe decir qué la ruta
se realizó con el máximo respeto que merece a este recinto. Y un consejo. Si
sois muy influenciables a las películas de terror, no hagáis esta ruta por la
noche. Bueno entre otras cosas porque no creo que podáis acceder por la noche
al cementerio por lo vigilado qué está. Aunque podría ser una buena oportunidad
para ver algunas especies interesantes como mochuelos o lechuzas, o pasar una
buena noche de Halloween jajajajaaa (risa de película de terror).
Accesos al Cementerio
Sur:
-En coche. A-42
Madrid-Toledo. Salida 6. 20 minutos desde Madrid.
-En Metro. Línea 11
parada San Francisco. Desde esta estación 30 minutos andando hasta la entrada
al cementerio.
-En autobús. Servicio
especial de la EMT qué sale desde el intercambiador de Plaza Elíptica. Unos 10
minutos desde el intercambiador.
-En bicicleta. Desde el
anillo ciclista cercano a la Avenida de los Poblados.
Este es el relato de
una ruta qué realicé el fin de semana anterior a la festividad de Todos los
Santos en 2016.
El autobús de servicio
especial de la EMT procedente de Plaza Elíptica me dejó en la misma puerta del
cementerio. Era el fin de semana anterior a la festividad de Todos los Santos y
en la entrada había gran bullicio de gente. Muchas floristas vendiendo gran
variedad de flores para los visitantes, gente con sus flores para sus queridos
difuntos, y mucho policía municipal poniendo orden al tráfico de entrada. Allí
en la misma puerta de este enorme recinto ya anoté las primeras especies: estornino
negro, cotorra gris, paloma torcaz y
lavandera blanca qué fueron a buscar refugio dentro del cementerio,
seguramente procedentes del cercano parque de la Emperatriz María de Austria,
de la qué dediqué una entrada hace tiempo en este blog.
(Estornino negro, sturnus unicolor). |
El continuo goteo
incesante de coches hizo qué tomara la decisión de retirarme de la carretera de
entrada para buscar un sitio con menos ruido, para poder ver más especies
aladas. Así qué me pegué a la muralla de piedra qué daba a un descampado junto
a la M-40. Una fila de chopos delimitaba
esta zona de la muralla. Un poco más adelante en un arbusto, jugueteaban a
perseguirse dos gráciles mosquiteros comunes.
La observación de
especies en aquella mañana iba a ser un auténtico ejercicio de agudeza visual,
ya qué hubiese quedado de lo más raro estar visitando el cementerio mirando
cada dos por tres con los prismáticos, lo que hubiese llamado también la
atención de la vigilancia del cementerio.
Seguí avanzando pegado
a la tapia, y al girar a una zona de tumbas me llevé una buena sorpresa al ver
a un grupo de cinco perdices rojas, ¡corretear por encima de los nichos! Una
auténtica metáfora de la dualidad entre la vida y la muerte. No me esperaba
encontrar perdices dentro de un cementerio, la verdad.
(Perdices rojas, alectoris rufa). |
Poco después en una
pequeña pradera de césped pude observar una gran concentración de gorriones
molineros.
Tras unos minutos de
caminata llegué a una zona de barbecho qué tenía pinta de ser una futura
ampliación del cementerio. Allí picoteaban el suelo sin cesar otro grupo de perdices
rojas. Oí el inconfundible relincho del pito real ibérico y muy
cerquita de estas últimas, dos individuos escrudiñaban el barbecho en busca de
su golosina favorita, las hormigas.
Volví a internarme en
una zona de tumbas. Oí cantar a varios colirrojos tizones y algunos estaban
posados sobre los nichos. También una habilidosa cotorra gris, y mientras
por el suelo unas inquietas urracas buscando algún resto de
comida qué llevarse al pico.
(Urraca, pica pica). |
Arrivé a un pequeño
estanque en una rotonda con una bonita zona ajardinada. No me di cuenta que en
su suelo empedrado había unas lápidas. El lugar respiraba una auténtica
serenidad y paz. Pero allí no vi ninguna especie de ave. Más adelante, más
personas seguían en sus menesteres limpiando lápidas y poniendo flores.
En lo alto de un gran
pino pude observar un carbonero común.
De nuevo volví a llegar
a la carretera principal de salida del cementerio con gran afluencia de
tráfico, así qué opté por volver a pegarme a la tapia del cementerio, pero esta
vez a la que daba a la Avenida de los Poblados.
En un chopo cercano
había posado un bonito ejemplar de pinzón vulgar.
En una zona de
mausoleos, algunos de ellos verdaderas obras de arte, había algunos olivos de
gran porte. En una de ellos se arremolinaban un grupo de cinco jilgueros,
y poco tiempo después se le añadieron dos simpáticos verdecillos.
(Dentro del Cementerio Sur existen ejemplares de olivos, olea europaea, de gran porte). |
Al rato, se repitió la
misma escena con las perdices. Un pequeño grupo
correteando sobre las tumbas, una imagen de lo más esperpéntica, pero otra
imagen iba a superarla. Una de ellas con gran habilidad hizo un vuelo corto y
se posó encima de un mausoleo. ¡No daba crédito a lo que veía!
El paseo era de lo más
sosegado. El rocío cubría con pequeñas gotitas de agua una gran pradera de
césped. Allí un pequeño bando de gorriones comunes acompañaba en su
menú a un avispado mirlo común qué estaba dando buena cuenta a una jugosa lombriz,
jugosa para él, claro.
Las perdices
correteaban al unísono y parecía como si me quisiesen acompañar en mi tranquilo
paseo.
En lo alto de un gran
cedro oí el característico canto de una curruca. Con mucha paciencia, a falta
de prismáticos, pude comprobar qué se trataba de una hermosa hembra de curruca
cabecinegra. Con esta última especie igualaba la cifra de aves qué
había avistado el autor del blog sobre la fauna del cementerio de Granada.
(Curruca cabecinegra hembra, sylvia melanocephala). |
La entrada de gente ya
era de mucha afluencia, así que era la mejor hora para abandonar el cementerio,
porque con aquella concentración de personas, ya poco iba a sumar más.
La próxima vez qué
visitéis un cementerio estad atento a la vida qué fluye a su alrededor. Os
podréis encontrar más de una sorpresa, y quién sabe si algún fantasma, jeje.
¡Feliz noche de Halloween!
© Rafa Ac.
Concluyo este post tan
curioso con la lista de especies observadas en la visita.
FAUNA DEL CEMENTERIO SUR
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AVES
|
Carbonero común
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Colirrojo tizón
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Cotorra gris
|
Curruca cabecinegra
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Estornino negro
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Gorrión común
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Gorrión molinero
|
Jilguero
|
Lavandera blanca
|
Mirlo común
|
Mosquitero común
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Paloma torcaz
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Perdiz roja
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Pinzón vulgar
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Pito real ibérico
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Serín verdecillo
|
Urraca
|
Imaginación no te falta, amigo. Ir a un cementerio en busca de aves no es lo corriente. Pero las razones que has dado para que por allí estén son de lo mas lógicas. Claro que en estos días...lo de la tranquilidad...
ResponderEliminarMe llama la atención no hayas divisado ninguna bravía. Es difícil no verlas en varios kilómetros de la gran ciudad. Curioso también el incremento de torcaces de un tiempo a esta parte.
Interesante tu ruta, Rafa, y tan documentada como siempre.
Gracias de nuevo Paco. Bueno si le hubiese dedicado más tiempo, y hubiese ido más días, habría sacado más especies seguro. A veces es difícil distinguir las palomas domésticas de las bravías, como se hibridan. En Madrid hay qué ir a los cortados del Parque del Sureste donde quedan alguna. No sólo se ha incrementado la población de palomas torcaces. Hace unos años, las aves forestales presentes en la ciudad han crecido de manera notable: pitos reales, picos picapinos, agateadores... y al contrario las aves esteparias han caído en picado. Gracias por tus comentarios de nuevo Paco. Un saludo.
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