martes, 13 de mayo de 2014

RUTA POR EL SOTO DE LAS JUNTAS (RIVAS-VACIAMADRID)

RUTA POR RIVAS-VACIAMADRID: EL SOTO DE LAS JUNTAS.

Ruta por el Soto de las Juntas. Naturaleza salvaje entre ríos.

El municipio de Rivas-Vaciamadrid está enclavado en pleno Parque Regional del Sureste. Este gran espacio protegido de 31550 hectáreas de extensión contiene numerosos valiosos ecosistemas como bosques de ribera, coscojares, pinares de pino carrasco, estepas cerealistas, cantiles de yeso y lagunas artificiales generadas a partir de la extracción de áridos.
Llama poderosamente la atención como un espacio sometido a tanta presión humana y con tantos impactos ambientales como autovías, vertederos, polígonos industriales, huella sonora del aeropuerto o incineradoras, todavía contenga una diversidad biológica tan rica y variada, con especies de aves tan amenazadas como halcón peregrino, avutarda, carraca, pato colorado o milano negro.
Rivas-Vaciamadrid a tan sólo 19 kilómetros del centro de Madrid es el corazón del Parque Regional. En este municipio tenemos tres de los iconos más representativos del espacio protegido: la Laguna del Campillo, hábitat de la collalba negra y búho real entre otras especies, cantiles de la Marañosa, con halcón peregrino y milano negro, y la Laguna del Soto de las Juntas, con avetorillo, pato colorado y calamón, como especies más atractivas qué se pueden contemplar.
La laguna del Soto de las Juntas se encuentra enclavada como su nombre indica entre los ríos Manzanares y Jarama. Justo en la desembocadura del río Manzanares con el Jarama, encontramos el paraje denominado “Junta de los ríos”, un lugar ideal para observar martinete, porrón europeo o garza imperial.
La ruta propuesta es un recorrido por el cauce del Manzanares con vistas a los cortados de la Marañosa, visita a la Laguna del Soto de las Juntas, parada en la “Junta de los ríos", paseo por la orilla derecha del Jarama, para otra vez terminar en la Laguna del Soto de las Juntas.
Un recorrido de unas 3 horas de duración aproximada, con nivel bajo de dificultad, y qué hará las delicias de los ornitológicos más aficionados, visitando gran variedad de ecosistemas como bosque de ribera, cantiles de yeso, carrizales, y pinares de repoblación.


(Ruta circular por la Laguna del Soto de las Juntas y junta de los ríos).

 Acceso a la laguna del Soto de las Juntas:
-En transporte público. Tomar la línea 9 de Metro. Desde Madrid se tardan unos 40 minutos aproximadamente. Al salir de la estación coger una rotonda a la derecha, pasando por debajo de las vías del metro. Cruzar un puente sobre la A-3 y desde allí llegaremos al aparcamiento donde comenzaremos la ruta.
-En coche. Coger la A-3 dirección Arganda del Rey. Tomar la salida 19, y buscar una indicación a Escuela de Protección Civil, o Depuradora Sur-Oriental. Justo a la salida de la autovía a pocos metros nos encontramos con el aparcamiento. Desde Madrid unos 25 minutos aproximadamente.
-En bicicleta. El recorrido por el entorno de la laguna es ideal para hacerlo en bici. Desde la estación de metro de Rivas-Vaciamadrid.
El Soto de las Juntas y su laguna, son un espacio a los qué les tengo mucho cariño, pues es un lugar qué suelo visitar con mucha frecuencia, y en qué realicé el censo de aves invernantes para el Atlas qué publicó recientemente la Sociedad Española de Ornitología. De ahí qué esta nueva entrada al blog tenga un especial significado.
Este es la crónica de una salida qué realicé a primeros de Abril, donde ya comenzaban a verse los primeros milanos negros, y donde las estivales ya iban ocupando el nicho qué poco a poco iban dejando las invernantes.
Rivas-Vaciamadrid, se ha ganado a pulso el apelativo de “pueblo de las cigüeñas”.
Resulta curioso observar como esta especie tan cosmopolita ha construido sus nidos en lugares inverosímiles.


(Nido de cigüeña blanca en las cercanías de la estación de metro de Rivas-Vaciamadrid).

Al bajar del metro, en unas antenas del andén, me detuve a ver una pareja de cigüeñas blancas como alimentaban a sus recién nacidos cigoñitos.
Estas monumentales obras de ingeniería qué son sus nidos, son utilizados por otras especies a modo de cobijo. Este en concreto era habitado por una nutrida colonia de gorriones morunos.
A la salida de la estación de metro pude comprobar qué otro nido estaba ocupado por unos escandalosos estorninos negros.
Mientras cruzaba el puente sobre la A-3 poco a poco iba abandonado en casco urbano de Rivas y con él las especies más asociadas al hombre como gorriones comunes, jilgueros y verdecillos.
Justo en lo más alto del puente se me presentaba la imagen quizás más conocida de todo el Parque Regional, los impresionantes cantiles de yeso de la Marañosa, donde a lo lejos ya se empezaban a ver los majestuosos vuelos de los primeros milanos negros.


(Entrada al Soto de las Juntas con los cortados yesíferos de la Marañosa como telón de fondo).


Tras dejar el aparcamiento y cruzar una empalizada qué impide la entrada de vehículos, una gran formación de tarayes flanquean el camino en dirección a la laguna.
Estos tarayes son aprovechados por pequeños paseriformes, y un sitio ideal para los ruiseñores comunes, qué ya se dejaban oír con sus melodiosos cantos. Tras varios intentos para avistar algún ejemplar, fue infructuoso, y a cambio me tuve qué conformar con la aparición de un macho de carbonero común.
Subí un talud para ver el cauce del Manzanares y una pareja de ánades reales salieron volando nerviosamente ante mi presencia.
Entre una enmarañada formación de carrizos una nutrida bandada de mosquiteros comunes hacían honor a su nombre y se lanzaban en picado ante una bulliciosa nube de mosquitos.
Retomé el camino de laguna y entre la formación de tarayes volví a probar suerte con los ruiseñores comunes. Esta vez tampoco hubo suerte y de rebote anoté otra especie para lista, una curruca capirotada hembra.
Para intentar avistar especies nuevas, varié mi recorrido habitual por el cauce del Manzanares, y me desvié por la profundidad de un bosque de galería cerrado formado por chopos y fresnos. La tentativa dio sus frutos y lo alto de un chopo dos pájaros moscones se peleaban por unas briznas de un carrizo con el qué construir su nido.
Antes de dejar el bosque galería un avispado agateador común jugaba al escondite en el tronco de un fresno de gran porte.
Retorné al camino qué me volvió a llevar por el cauce del Manzanares y a lo lejos  contemplé otra vez los majestuosos cantiles, coronados por pinares de repoblación de pino carrasco. Por sus copas dos busardos ratoneros planean en busca de algún incauto conejo, y sus vuelos de caza asustan a una pequeña bandada de escandalosas grajillas.
A los pocos minutos ya se veía la lámina de agua de la Laguna del Soto de las Juntas. La delataban los típicos cantos estridentes de las fochas comunes en sus orillas.


(Laguna del Soto de las Juntas, hábitat de especies tan interesantes como avetorillo, calamón, pato colorado o zampullín cuellinegro).

Me acomodé en uno de los cuatros hiddes qué hay en la orilla de la laguna y empecé a hacer un barrido con los prismáticos. Iban apareciendo poco a poco fochas comunes, somormujos lavancos, y una pequeña colonia de espectaculares zampullines cuellinegros.
Después de este merecido descanso continué el camino a la Junta de los ríos.
En la orilla del Manzanares volví a oír el canto de los ruiseñores comunes, y justo cuando se percataron de mi presencia y dejaron de cantar, me sorprendió el canto de una tórtola europea, una especie qué sigo desde hace mucho tiempo y sólo he tenido la ocasión de ver una vez. El resultado fue decepcionante debido a la importante masa forestal de esta zona del río y lo bien qué se ocultan.
Pero el disgusto se pasaría pronto cuando  oí un canto conocido qué ya había oído este año en las estepas de Torrejón de Velasco. ¡Un bello ejemplar de críalo!.


(Ejemplar de críalo a orillas del río Manzanares).

Tuve la suerte de poderme recrear unos cuantos minutos con él a través de los prismáticos e incluso hacerle un par de fotos.
Tras esta buena experiencia y sin apenas novedad, salvedad de muchos ejemplares de milanos negros volando a poca altura llegué al paraje de la Junta de los ríos.


(Paraje de la "Junta de los ríos", donde el Manzanares desemboca en el Jarama).

Y aquí llegaría la segunda sorpresa del día. En un viejo tronco a la orilla del Jarama había una inmensa bola de plumas donde no se le veía la cabeza. Tras un minucioso reconocimiento con los prismáticos pude comprobar qué se trataba de un martinete.
Estaba tan absorto con el avistamiento qué no me dí cuenta qué a pocos metros de él otro ejemplar contemplaba mis evoluciones a modo de escena de “cazador cazado”.
Tras varios minutos de contemplación decidí dejarlos tranquilos y continué la marcha aguas arriba del río Jarama.
En un tronco en medio del río un gran galápago leproso tomaba el sol y justo detrás de él, una garza real se acicalaba el plumaje con su afilado pico.


(A pesar de la mala calidad de las aguas, y la competencia con la tortuga de Florida, aún se pueden contemplar algunos ejemplares de galápago leproso en el río Jarama).

Volví a oír el canto de la tórtola común, pero nuevamente me tuve qué conformar con el avistamiento de otra especie, un bonito pico picapinos.
En una gran extensión de carrizo y perfectamente mimetizada, una esbelta garza imperial estaba en posición de caza, con la intención de llevarse algún incauto pececillo al pico. Era tan bueno su camuflaje, qué había momentos qué no la localizaba con los prismáticos. Decidí no molestar más y continué mi camino hacia la laguna.
En el mismo cauce del Jarama existe un antiguo búnker de la Guerra Civil qué acabó allí por el cambio de un meandro del río, y resulta curioso ver como las aves lo han usado a modo de posadero de isla artificial. En este caso era usado por una bandada de porrones europeos, para tomar el sol y secarse las plumas.


(Un búnker de la Guerra Civil en el cauce del Jarama es aprovechado como descansadero para algunas especies de aves. En este caso porrones europeos y ánades reales).

A escasos metros me entretuve intentando fotografiar a dos porrones y no me dí cuenta de qué entre ellos había otro martinete.  ¡Tres en un día, no estaba mal!.


(Martinete y porrones europeos en el río Jarama).

Llegué a los otros dos hiddes qué están en la orilla opuesta de la laguna.
Tenía esperanza de ver el calamón, qué tantos años me había costado verlo en este zona.
Me tomé mi tiempo en rastrear hasta el último rincón del carrizal de la laguna.
Fueron apareciendo las mismas especies de la otra zona de los hiddes, y me llamó la atención la presencia tardía de unos cuantos ejemplares de cucharas europeos. Los últimos invernantes en estos días de la recién estrenada primavera.
Tras ellos aparecieron a modo anecdótico dos hembras y un macho de pato colorado, este último sin el típico copete de la época de celo.
Tras muchos minutos de paciencia, aparecieron entre el espeso carrizal dos magníficos ejemplares de calamones comunes, qué ponían el broche final a este excursión tan interesante.

¡A qué esperáis para coger vuestros prismáticos y cámara de fotos y disfrutar de este espacio tan interesante a escasos kilómetros de la Puerta del Sol!.
© Rafita Almenilla.
Como es habitual para acabar, adjunto lista de fauna avistada en la ruta.

FAUNA DEL SOTO DE LAS JUNTAS ESPECIES



AVES
REPTILES
MAMIFEROS



Agateador común
Galápago leproso
Conejo
Ánade real


Busardo ratonero


Calamón 


Carbonero común


Cigüeña blanca


Críalo


Cuchara europeo


Curruca capirotada


Estornino negro


Focha común


Garza imperial


Garza real


Gorrión común
Gorrión moruno


Grajilla


Jilguero


Martinete


Milano negro


Mosquitero común


Pájaro moscón


Pico picapinos


Somormujo lavanco


Verdecillo


Zampullín cuellinegro