domingo, 12 de abril de 2020

RUTA DISTRITO PUENTE DE VALLECAS


Pajareando desde el confinamiento.

Este relato es el más especial que escribo desde que creé este blog allá por el año 2014.
No es una ruta usual. Millones de españolas y españoles están confinados en sus casas, resistiendo como bien pueden a una pandemia ha hecho que nuestro vida haya cambiado tan radicalmente desde Marzo de este año.
Quién me iba a decir que hace justo un mes estaba contemplando mi primera cópula de alimoches en mi querido pueblo en la provincia de Badajoz. Aquellos últimos días de invierno, pajareando por sus estepas y dehesas disfrutando de su avifauna, no me hacían presagiar del duro drama que explotaría justo un mes después.
A mi regreso a Madrid, ni en mis peores pesadillas podría imaginar que me encontraría un mundo tan distópico como en el estamos viviendo.
Poco a poco vamos asumiendo la cruda realidad a la que tenemos que vivir. “Es la lucha de nuestra generación”, nos repiten mil y una vez como un mantra infinito.
Llevamos más de un mes de confinamiento, y cada uno intenta llevarlo lo mejor que puede. Viendo películas, leyendo libros, haciendo recetas caseras… y los que somos muy pajareras y pajareros, y tenemos la suerte de contar con un balcón, haciendo observaciones de las aves que comparten nuestro entorno más cercano.
Si algo positivo tiene esta cuarentena es que la naturaleza va a tener un periodo de respiro. El confinamiento está coincidiendo con los meses de cría de muchas especies de aves. Y como en este estado de alarma están limitados los desplazamientos, muchos lugares emblemáticos de la naturaleza madrileña como la Pedriza, el Monte del Pardo, o Soto Gutiérrez, están más tranquilos sin nuestra presencia.
Han surgido muchas iniciativas de grupos pajareros para ir anotando las especies avistadas desde nuestras terrazas.
Estos días he hablado con muchos amigos que han visto desde su terraza o jardín especies tan interesantes como buitre negro, águila imperial, águila pescadora o cigüeña negra.
Yo no tengo tanta suerte. Mi piso en el barrio de Vallecas, es una piso rodeado de muchas edificaciones, aunque tengo la suerte de tener dos terrazas. La del salón de a un descampado, y en la de la cocina tengo unas buenas vistas del “sky madrileño”, llegando a ver hasta las estribaciones de la Sierra de Gredos.

(Vistas de la zona Oeste de Madrid).

Otros dos aspectos positivos del confinamiento para la naturaleza es que la drástica disminución del tráfico, ha hecho que la polución caiga a niveles históricos, y la calidad del aire sea muy buena, notándose en la nitidez de las vistas del cielo madrileño.
También la disminución de la contaminación acústica ha hecho que en mucho tiempo podamos disfrutar mejor de los reclamos de diferentes aves que comparten el hábitat urbano con nosotros.
Como esta no va a ser una ruta al uso, no hay indicaciones de los transportes a coger, ni duración, ni recomendaciones.
La única recomendación que daría es disfrutar un rato con tus prismáticos, y aprovechar un día soleado, para coger un poco de vitamina D, que ahora andamos escasos de ella, con lo poco que podemos salir.
Este es el relato de una tarde de Abril, algo nubosa, intentando distraerme viendo aves desde la terraza del salón y la cocina.
Comencé mi safari pajarero urbano, desde la terraza del salón.
Las últimas y abundantes lluvias de los últimos días habían propiciado que el descampado que veo desde la terraza del salón se convirtiera en un verdadero vergel lleno de margaritas, malvas, crucíferas, y las primeras amapolas. Era tan la altura de la vegetación, que daba pocas oportunidades para ver las aves que se posaban en él.
La primera especie que vi, fue una urraca, que se posó en la azotea del piso contiguo.
Las golondrinas comunes habían llegado hacía unas semanas, y varias pasaron volando por cerca mi terraza.
Poco después le tocó a un simpático serín verdecillo, que se posó en una antena cercana, y con el poco ruido que había por la calle, su reclamo se oyó más fuerte de lo normal, y me puso una sonrisa de oreja a oreja en estos días tan monótonos.
Era un verdadero ejercicio visual, ya que vivir pegado a tantos edificios, y con tanta gente en los balcones, es difícil poder sacar los prismáticos para echar una ojeada. Y ver aves a simple vistas, a veces es complicado.
Fijé mi vista a una hilera de árboles por detrás del descampado. Allí se posaron varias palomas torcaces, muy abundantes por cierto, estos días, sin apenas molestias que las perturben.
Antes de cambiar de terraza, pasaron volando cuatro cotorras grises con sus chillones reclamos.
Decidí cambiar de terraza, ya que las nubes estaban en retirada y con más sol, la gente comenzó a llenar los balcones, y no me encontraba cómodo siendo observado por tanta gente. Así era difícil ver aves, así que me mudé a la terraza que tiene las vistas más amplias.
En la terraza del cocina lo que primero que vi son las dos parejas de gorriones comunes que han hecho sus nidos en dos extractores de aire.

(Gorrión común. Passer domesticus).

Es muy placentero observar como hembra y macho van turnándose para dar de comer a sus crías.
La lluvia del día anterior, había propiciado que se formaran varios charcos, y allí abajo, varias golondrinas comunes estaban recogiendo barro para hacer sus nidos.
Un mirlo común cantaba a pleno pulmón, rompiendo aquel silencio tan sepulcral.
Miré a lo alto del cielo buscando a los vencejos comunes  que hacía días que ya habían llegado, pero no obtuve recompensa. Como contrapartida, vi un pequeño grupo de aviones comunes que buscaban insectos para calmar su hambre.
Después de un buen rato rastreando la magnífica vista que me brindaba la terraza de la cocina decidí meterme en la habitación dando por concluida esta jornada pajarera tan atípica. Justo antes de abandonar la terraza me llevé la grata sorpresa de ver una abubilla volar por encima del piso de enfrente, qué fue sin duda la especie más interesante que vi en aquella tarde tan peculiar.
Como esta es una entrada especial del blog, no me despediré como de costumbre deseando felices avistamientos. Esta vez os deseo que todos vosotras y vosotros estéis bien, así como vuestra familias.
Os deseo mucha salud, y que pronto podamos salir de este bache, que salgamos de él como mejores personas, más solidarios los unos con los otros, con la naturaleza que nos rodea, y que muy pronto podamos disfrutar de nuestra gran pasión y es poder disfrutar de un agradable paseo viendo aves.
¡Abrazos a todas y todas y cuidaros mucho!
Rafita Almenilla.
Esta vez la lista es escasa, pero os animo a que hagáis una lista de las especies que veis durante el confinamiento. Os servirá para distraeros y romper la rutina.

FAUNA DISTRITO PUENTE DE VALLECAS
AVES
Abubilla
Avión común
Cotorra gris
Golondrina común
Gorrión común
Mirlo común
Paloma torcaz
Serín verdecillo
Urraca