miércoles, 8 de julio de 2020

RUTA POR EL DISTRITO DE PUENTE DE VALLECAS


Parque forestal de Entrevías. De vertedero, a balcón de Madrid.

Si hay un apelativo que se ha ganado a pulso la ciudad de Madrid, ese es sin duda la ciudad de las cuestas.
La acción erosiva desde el Cuaternario del río Manzanares ha generado un sistema de terrazas fluviales, que ha propiciado que la ciudad cuente con muchas elevaciones y magníficos miradores. No es extraño que el origen árabe de la villa y corte, la primigenia “Magerit” naciera en la antiguo Alcázar árabe de la explanada de la Catedral de la Almudena, cerca de la Cuesta de la Vega.
Este sistema de terrazas ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural, debido a su riqueza arqueológica.
De estas terrazas han salido yacimientos de sílex, he incluso los restos de un mastodonte que actualmente se pueden contemplar en el Museo Arqueológico.
Una zona de Madrid donde se puede contemplar este accidente geológico, son las terrazas de los cerros de Entrevías y el aledaño Parque Forestal de Entrevías.
Este inmenso parque urbano, es uno de los más grandes de la ciudad, contando con casi 500.000 metros cuadrados de extensión.
Antaño era un vertedero que en los 70 se regeneró con un pinar de repoblación. Un auténtico pulmón verde para el distrito de Puente de Vallecas.
La vegetación del parque está compuesta en su mayoría por coníferas. Destacan como especies arbóreas el pino carrasco, pino piñonero, las arizónicas y el Cedro del Atlas.
En cuanto a la vegetación arbustiva destacan especies como la adelfa, la gayomba o el junco churrero.
El parque cuenta con zonas infantiles, deportivas, un auditorio y un estanque artificial, y dos pequeñas lagunas unidas por un arroyo artificial, que hace las delicias de las aves que habitan el parque.
Cuenta con un magnífico mirador, con unas espléndidas vistas de Madrid, pudiéndose ver parte de la Sierra del Guadarrama, el Parque Lineal del Manzanares, y la zona sur metropolitana.
Para los amantes de la ornitología, el parque nos deparará muchas sorpresas.
En la zona del pinar podremos observar especies tan interesantes como herrerillo capuchino, piquituerto común, o agateador europeo.
El que haga que el parque limite con el parque Lineal del Manzanares, propicia que desde el mirador del parque podemos ver un trasiego continuo de especies como gaviotas reidoras, gaviotas sombrías, milanos negros y reales, busardos ratoneros, u otras rapaces como águilas calzadas e incluso algún buitre negro.

(Milano negro. Milvus migrans).

Los taludes de las terrazas del Manzanares son hábitats ideales para especies como el abejaruco europeo, mochuelo común o colirrojo tizón.
Otras especies de interés que se pueden ver en el parque son pito real ibérico, pico picapinos, abubilla, cernícalo vulgar, y pequeños pajarillos como pinzón común, serín verdecillo, jilguero europeo, o verderón común.
La ruta propuesta es una ruta lineal, de duración 2 horas y 45 minutos y dificultad baja.

(Ruta lineal de duración baja de 2 horas y 45 minutos de duración).

Ficha técnica de la ruta.
-Tipo de ruta: lineal.
-Punto inicio de la ruta: Calle Ronda del Sur en la parada del autobús 102. Punto final de la ruta, Calle Lagartera en la parada del autobús de la línea 24.
-Distancia: 7 kilómetros.
-Desnivel: punto más alto 619 metros. Punto más bajo 577 metros.
-Dificultad: baja.
Accesos al Parque Forestal de Entrevías.
-En coche: coger la Calle Méndez Álvaro, luego la Avenida de Entrevías, posteriormente la Calle Serena para acabar en la Calle Ronda del Sur. 22 minutos desde el centro de Madrid.
-En autobús. Las líneas 102, 103 y 111 de la EMT paran en la calle Ronda del Sur, junto al parque.
-En tren de cercanías. Parada Asamblea de Madrid-Entrevías. Desde la estación, 20 minutos andando.
-En bicicleta. El anillo ciclista pasa por el sur del parque.
Recomendaciones de la ruta.
En las fechas que realicé la ruta, parte del parque estaba en obras, con una valla metálica que impedía el acceso a zonas del parque. Informarse antes de hacer la ruta.
La ruta es recomendable todo el año, pero si la vamos a hacer en verano, mejor hacerla evitando las horas centrales.
Para ver el paso de rapaces, son mejores las horas centrales del día, cuando el sol calienta más y hay térmicas. Si lo vamos a hacer en verano, buscar una buen sombra y observarlas desde el mirador del parque, ya que tenemos una visión más amplia.
Este es el relato de una excursión qué realicé la primera semana del mes de Julio de 2020.
Después del largo confinamiento, y para ir cogiendo ritmo y recuperar el tiempo perdido sin ver especies nuevas, comencé a hacer rutas por mi entorno más cercano, sin necesidad de coger el transporte público. El Parque Forestal de Entrevías me coge a una hora de casa andando, así que decía acercarme una mañana calurosa de principios del mes de Julio.
Poco después de llegar a la Calle Ronda del Sur, me colgué los prismáticos y la cámara y empecé a anotar la lista de las especies vistas en la ruta. Las primera como casi de costumbre, las más urbanas y cosmopolitas. Varios ejemplares de sonoros vencejos comunes, y otras tantas ruidosas urracas comunes.
Poco a poco me fui internando en el pinar del parque, buscando el estanque donde hacer una espera para ver que especies bajaban a beber. Antes de llegar al estanque, comencé a rastrear las copas de los pinos carrascos, apuntando dos especies típicas de estas formaciones arbóreas: carbonero común, y carbonero garrapinos.
Subí una pequeña cuesta que acababa junto al estanque, y en una pradera que estaba a mi izquierda había un popurrí de aves compuestas por palomas torcaces, serines verdecillos y mirlos comunes.
Junto al estanque había unos grandes cedros del Atlas ocupados por grandes nidos de cotorras grises. Era curioso ver como a modo de simbiosis, esos nidos eran usados por algunas palomas zuritas, un comportamiento que ya había visto en otros parques de la ciudad como el de Tierno Galván o el de María de Austria.
Me puse debajo de la sombra de un gran cedro con vistas al estanque para ver que bajaba a beber. Aparecieron un pequeño grupo de palomas torcaces, y posteriormente otras tantas urracas comunes.

(Paloma torcaz. Columba palumbus).

Cuando ya me aburrí de ver las mismas especies y ya me iba a ir, vi un ave posada en lo alto de un árbol que no identificaba de que especies era. Se estaba limpiando las plumas, y en principio pensé que se trataba de un verderón común. Pero al verle el pico curvado me llevé la primera sorpresa del día. ¡Era un piquituerto común! Me parecía muy raro que en un pinar tan grande, y habiendo estado varias veces no lo hubuiese visto hasta entonces.

(Piquituerto común. Loxia curvirostra).

Estaba tan ensimismado echándole fotos, que tardé en darme cuenta de que había otra en una rama de al lado.
Cuando ya tenía una buena ristra de fotos, decidí dejarlos tranquilos y bajar a la zona sur del pinar. Bajando hacia esa zona, el pinar se aclaraba, lo que dejaba ver una buena porción de cielo, y el continuo trasiego de los vencejos comunes. Y tras estos, se empezaron a dejar ver los primeros milanos negros con dirección aledaño Parque Lineal del Manzanares.
Llegando hasta el anillo ciclista, había un pequeño arroyo seco, que a pesar del calor tórrido que comenzaba a apretar, aún guardaba un poco de humedad, que lo reflejaba su vegetación con numerosos juncos churreros. Allí con el frescor, decidí hacer una espera.
Primero hicieron acto de presencia varios gorriones comunes, para luego dar paso a un gorrión molinero. Ya por último se dejó ver una tórtola turca que pronto se percató de mi presencia.
Nuevamente el pinar se aclaraba y comencé a oír los típicos reclamos de “pit-pit-pit” de los aviones comunes que poco tardé en verlos con los prismáticos.
Y de repente, desaparecieron como si hubiesen visto algún depredador alado. Al rato apareció una silueta de un aguilucho que al principio no conseguí distinguir. Trate de echarle un par de fotos, pero salían algo oscuras, así que decidí mejor tratar de identificarlo con los prismáticos antes de que lo perdiese de vista.
Tras un buen rato, me llevé la segunda sorpresa del día, sorpresón diría al momento, ¡un aguilucho cenizo! ¡Era el primero que veía dentro de la ciudad! ¡La mañana estaba siendo de lo más provechosa!
Seguí una pequeña senda que acababa en el anillo ciclista. Allí comencé a oír el reclamo inconfundible del abejaruco europeo, que al rato localicé posado sobre un pino seco. Estaba alimentándose de un insecto qué no llegué a identificar. Tras una buena sesión de fotos, le dejé tranquilo que reposara en su posadero.

(Abejaruco común. Merops apiaster).

Cerca de donde estaba comenzó a cantar con su típico relincho el pito real, que jugaba al escondite detrás del tronco de un pino. Y curiosamente en la copa del mismo pino estaba su primo, el pico picapinos  tambolireando.

(Pito real ibérico. Picus sharpei).

El sol iba ganando altura, y ya comenzaba a calentar de lo lindo. Y esto era aprovechado por las rapaces, ya que comencé a ver un buen flujo de milanos negros hacia el Manzanares.
Subí a una pequeña loma que tenía vistas a las vías del tren. Allí pasaron volando un pequeño grupo de estorninos negros.
Más adelante ya se veía las cocheras de la EMT de Entrevías y junto a ellas, los interesantes taludes de las terrazas del Manzanares. Comencé a rastrearlos con los prismáticos a ver que especie nueva podía sacar. Muchas golondrinas comunes volaban entorno a los taludes para surtirse de mosquitos. Y en lo alto del talud pude pillar in-fraganti una hembra de colirrojo tizón que con esa pose, parecía que estuviese apoyada en el balcón, viendo la gente pasar por la calle.
Subí otra cuesta para acabar en un mirador, que no era el principal. Desde allí partía una pequeña senda botánica, con carteles informativos. La última vez que visité la zona las lagunas artificiales estaban sin agua y llenas de basura. Afortunadamente en aquella ocasión estaban limpias y por el arroyo artificial que las unía corría el agua.
Allí decidí hacer una espera a ver que especies bajaban a beber. Las primeras en aventurarse fueron unas palomas torcaces. La siguiente fue una paloma zurita,  y por último bajaron unos estorninos negros.
Decidí esconderme tras un árbol con vistas a la segunda laguna. Mientras hacía la espera pasó sobre mi cabeza una abubilla.
Con paciencia fueron animándose algunas especies a bajar a beber. Y pude sumar dos especies nuevas, entre ellas una lavandera blanca.

(Lavandera blanca. Motacilla alba).

Volví a subir por la cuesta de la senda botánica y me animé a echar el último vistazo a las lagunas. Allí vi como bajaban a beber unos cuantos jilgueros europeos y pude fotografiar un juvenil.

(Jilguero europeo. Carduelis carduelis).

Crucé la carretera que llevaba a las cocheras, y me adentré en otro pinar. El calor ya era axfisiante, eran las 11 de la mañana, y el sol ya molestaba lo suyo. Lo único positivo era que ya comenzaban las térmicas y las rapaces comenzaban a animarse. Y aquí llegó la tercera sorpresa de la mañana. Dos espectaculares ejemplares de buitres negros volando en dirección al Parque del Sureste.

(Buitre negro. Aegypius monachus).

Nuevamente vi dos pitos reales ibérico, y esta vez pude fotografiar uno.
En una valla de piedra estaba posado un cernícalo vulgar. Resguardado tras un pino, lo pude fotografiar, y me deleitó con una escena de caza, pues con un picado, se llevó un pequeño ratoncillo al pico.

(Cernícalo vulgar. Falco tinnunculus).

Ya quedaba menos para llegar al mirador principal, cuando me topé con una valla metálica, por obras en el parque. No me hizo ninguna gracia porque tenía que dar un gran rodeo, y el sol no daba tregua. Resignado volví a rodear el pinar,  al menos tuve la fortuna de observar un águila calzada volando entre dos milanos negros.

(Águila calzada. Hieratu pennatus).

Atravesar el pinar fue un suplicio porque había zonas abiertas donde apenas había sombra. Por allí poco vi, a excepción de dos verderones comunes, nueva especie para la lista.
Por fin llegue al mirador principal. Y me senté en un banco de madera para descansar un poco y disfrutar de las magníficas vistas de Madrid que se ven desde él.
Aproveché para mirar la zona del Parque Lineal del Manzanares, allí vi dos cigüeñas blancas qué iban a cerrar esta jornada pajarera tan interesante.
¡A qué esperáis para visitar este parque urbano tan interesante, sin moveros de la ciudad! ¡Felices avistamientos!
Rafa Al.
Para acabar, añado la lista de especies vistas durante la ruta.

FAUNA DEL PARQUE FORESTAL DE ENTREVÍAS
AVES
Abejaruco europeo
Abubilla
Águila calzada
Aguilucho cenizo
Avión común
Buitre negro
Carbonero común
Carbonero garrapinos
Cernícalo vulgar
Cigüeña blanca
Colirrojo tizón
Cotorra gris
Estornino negro
Golondrina común
Gorrión común
Gorrión molinero
Jilguero europeo
Lavandera blanca
Milano negro
Mirlo común
Paloma torcaz
Paloma zurita
Pico picapinos
Piquituerto común
Pito real ibérico
Serín verdecillo
Tórtola turca
Urraca común
Vencejo común
Verderón común

Fuentes consultadas.
-Google maps.
-Página del Ayuntamiento de Madrid.


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