domingo, 20 de noviembre de 2016

RUTA POR ARGANDA DEL REY

RUTA POR ARGANDA DEL REY

Laguna de las Madres, Lagunas del Porcal, y Laguna de la Esperilla. Como el día y la noche.

Si alguna vez viajamos de Madrid a Morata de Tajuña en coche o autobús por la carretera M-832, qué cruza parte del Parque Regional del Sureste, nos sorprenderá la diferencia de paisaje a un lado y otro de la carretera.
A nuestra derecha nos encontraremos con el rosario de las Lagunas del Porcal, las mejores lagunas de todo el Parque Regional del Sureste. Una sucesión de humedales, naturalizados y recuperados, con bosque de ribera compuesto de chopos,  álamos, sauces, fresnos, y extensos carrizales donde podemos encontrar especies tan amenazadas como malvasías cabeciblancas, avetoros, patos colorados, o garzas imperiales. Un poco más adelante nos toparemos con la Laguna de las Madres, una de los mejores ejemplos de recuperación ambiental de un humedal.
A la izquierda de la carretera, se nos muestran un pequeño complejo de lagunas, teniendo la Laguna de la Esperilla como la más representativa.
El aspecto algunas lagunas es lamentable. Algunas convertidas en vertederos y escombreras improvisadas. El colmo de la dejadez medioambiental es la Laguna del Aceite, donde se acumulan 50.000 metros cúbicos de residuos altamente tóxicos. La Laguna de la Esperilla no le va a la zaga, y en ella se llegaron a encontrar hasta seis vehículos abandonados con la consiguiente contaminación del humedal.
La Laguna de las Madres es una zona protegida dentro del Parque del Sureste, qué cuenta con dos lagunas, un embarcadero, un aula de educación ambiental, zonas de juegos para niños, y donde podemos realizar actividades como senderismo, 
observación de aves, una senda botánica, pescar, montar en barca, o montar a caballo.

(Embarcadero en la Laguna de las Madres).

El complejo era una antigua explotación de áridos operativa desde 1966 a 1984, qué tras su abandono, se inició su proceso de restauración medioambiental por parte del Ayuntamiento de Arganda del Rey y posteriormente la Comunidad de Madrid.
La restauración fue tan positiva qué recibió el premio de la Comisión Europea del Medio Ambiente en 1987 y 1995, y el premio J.B de gestión del Parque del Sureste.
Hoy es un humedal más dentro del Parque Regional del Sureste, con buenas muestra de vegetación de ribera como sauces, chopos, álamos, alisos, olmos, carrizales y olivares y pinares, con una variada fauna como ánades reales, fochas comunes, gallinetas o cigüeñas blancas, entre otras especies.
Las Lagunas del Porcal, son sin duda las mejores lagunas de todo el Parque Regional del Sureste. Se encuentran incluidas dentro del Catálogo de Humedales Protegidos de la Comunidad de Madrid, y dentro de la zonificación del parque, tienen máxima protección con la figura de Zona A, reserva integral.
Son una sucesión de humedales, productos de antiguas graveras, y qué se han ido restaurando y naturalizando progresivamente. El proceso de restauración partió de la buena labor de la asociación naturalista Naumanni, en colaboración con la empresa de explotación de áridos.
Son de propiedad privada, lo que favorece su excelente grado de conservación, y sólo se pueden acceder a ellas solicitando una visita organizada por alguna institución pública, o para realizar algún estudio de investigación.
Las lagunas tienen tal valor ecológico qué se han censado en ella hasta 180 vertebrados, algunos de ellos en grave peligro de extinción como el avetoro, contando con la colonia más grande de garza imperial de toda la Comunidad de Madrid.
La Laguna de la Esperilla es un pequeño humedal catalogado como reserva integral. Tristemente famoso por la aparición dentro de sus aguas de seis vehículos abandonados en el 2002. La laguna  tiene focos de escombreras ilegales, y es muy utilizada por los pescadores. Las molestias y los vertidos hacen qué su fauna sea escasa y esquiva, con poco número de especies como fochas comunes, gallinetas o martines pescadores.
La ruta propuesta es una ruta semicircular visitando primero la Laguna de las Madres, a continuación algunas de las Lagunas del Porcal y la Finca la Conejera, para terminar  en la Laguna de la Esperilla. La duración de la ruta son 2 horas y 45 minutos y es de dificultad baja.

(Ruta semicircular de 2 horas y 45 minutos de duración por la Laguna de las Madres, Lagunas del Porcal, Finca la Conejera, y Laguna de la Esperilla).

Como las Lagunas del Porcal no se pueden visitar porque son privadas, las observaremos a distancia, aprovechando la carretera qué desde la Laguna de las Madres va a la empresa Electroflim Española, y como estamos en altura, tendremos una buena perspectiva del conjunto del humedal.
Esta carretera tiene mucho tránsito de camiones entre semana, procedentes de las explotaciones de áridos, por lo qué extremaremos las precauciones cuando transitemos por ella.
Accesos a la Laguna de las Madres.
-En coche. Autovía A-3 Madrid-Valencia salida 21. Luego coger la M-832. 30 minutos desde Madrid.
-En autobús. Línea 336 Madrid-Morata de Tajuña, y línea 337 Madrid-Valdelaguna. Bajarse en la parada de las antenas de Radio Nacional de España. Los autobuses salen desde la Plaza de Conde de Casal.
-En bicicleta. Desde la estación de metro de Rivas-Vaciamadrid. Llegar hasta la entrada de la Laguna del Campillo y luego cruzar el Puente de Arganda hasta la M-832. Extremar las precauciones por esta carretera, ya qué tiene bastante tráfico rodado.
Este es el relato de una ruta qué realicé a finales de Noviembre de 2016.
El autobús 336 me dejó muy cerca de la entrada del complejo de la Laguna de las Madres. Tras unos metros andando desde la parada del bus, llegué a la entrada de la laguna donde un gran cartel me daba la bienvenida, así como unos carteles informativos sobre su proceso de restauración. 

(Cartel de bienvenida a la entrada de la Laguna de las Madres).

Tras pagar el simbólico precio de 1 euro la entrada me encontraba en la orilla del embarcadero, desde donde tenía una magnífica panorámica de la primera laguna, la más grande. En una de sus orillas graznaban a pleno pulmón una buena bandada de ocas domésticas mezcladas con un par de ánades reales.

(Ánades reales, anas platyrjynchos).

La laguna después de su restauración presentaba un aspecto magnífico, con una variada vegetación de ribera compuesta por olmos, sauces, chopos, alisos y un extenso carrizal, al que nadie diría qué hace unas décadas aquello fue una explotación de áridos.
Comencé a rodear la laguna por su flanco derecho siguiendo los carteles de la senda botánica. Me encontré con una hilera de olivos, de donde salió volando un mirlo común, y poco después un nutrido grupo de gorriones comunes.
Una valla metálica separaba el complejo de la Laguna de las Madres con las primeras lagunas del Porcal.
Pasado un pequeño parque infantil con columpios, comenzaron a hacer acto de aparición los primeros conejos.
En la copa de un gran olivo había un gran revuelo de mosquiteros comunes, y más adelante un simpático petirrojo europeo me brindo unos valiosos minutos para poder fotografiarlo.

(Petirrojo europeo, erithacus rubecula).

Desde un mirador de madera tenía unas buenas vistas de toda la laguna. A pesar de su magnífico aspecto en lo referente a la vegetación, la sensación era de escasa actividad faunística, seguramente producida por la cantidad de gente qué viene a visitarla, y la gente qué viene a pescar y montar en barca. En unos minutos de espera sólo puede añadir a la lista varias fochas comunes y una solitaria gallineta común.

(Fochas comunes, fulica atra).

Una parte de la valla estaba más baja lo qué me permitió ver parte de una de las lagunas del Porcal. Allí la actividad animal era frenética. Primero descubrí un pito real ibérico subido en un chopo seco. Después el turno fue para una hembra de aguilucho lagunero occidental, y posteriormente entraron en escena varios cormoranes comunes.
Continué mi camino y llegué a una pequeña laguna qué apenas tenía agua, y se conectaba con la grande y por un pequeño arroyo.
Tras un tupido bosque de tarayes, a lo lejos se volvían a ver las Lagunas del Porcal. Según caía la tarde comenzaban a entrar a sus dormideros multitud de gaviotas. El primer turno era para las gaviotas reidoras y en segunda tanda comenzaron a llegar las gaviotas sombrías. Entre tanta algarabía, se mezclaban algunas cigüeñas blancas.
Aparecí en la orilla de otra laguna más pequeña, qué luego vería con mejor perspectiva desde la carretera qué rodea la Laguna de las Madres. Poseía una buena formación de carrizo, pero tenía la misma sensación de poca actividad animal como la anterior laguna. De una espera de varios minutos obtuve poco bagaje, sólo un juguetón zampullín común.
Subí a una pequeña loma qué era coronada por un bosquete de pinos piñoneros. En lo alto del cielo, con unos vuelos malabares de lo más estrambóticos, una lavandera blanca trataba de capturar unos pocos mosquitos.
El pinar tenía un magnífico aspecto, pero en él no encontré nada interesante, sólo un pequeño grupo de urracas muy bullicioso.
Desde las alturas del pinar tenía unas excelentes vistas a las Lagunas el Porcal, y los cantiles de la Marañosa.

(Vistas de los cantiles de la Marañosa al fondo, desde las Lagunas de las Madres).

Posteriormente crucé un puente de hierro qué separa las dos lagunas  con espléndidas vistas a la zona del embarcadero.
En una boya de la laguna se posó una intrépida lavandera cascadeña qué hacía equilibrio para no caerse de semejante atalaya.
Antes de abandonar la Laguna de las Madres, vi posado sobre un poste de madera un macho de colirrojo tizón.
Según salía a la carretera, en un poste eléctrico había una inmensa concentración de estorninos negros qué a buen seguro se estaban comentando entre ellas las andanzas qué habían tenido en el día.

(Estornino negro, sturnus unicolor).

La zona de la izquierda de la carretera qué bordeaba la Laguna de las Madres era ocupada por una antigua gravera, ahora invadida por la vegetación arbórea. En lo alto de un chopo pude avistar un cernícalo vulgar.

(Cernícalo vulgar, falco tinnunculus).

Proseguí mi camino por la carretera con vistas a las Madres y las Lagunas del Porcal.
Los primeros bandos de palomas torcaces comenzaban a congregarse en sus dormideros, en las copas más altas de los árboles.

(Palomas torcaces, columba palumbus).
Las cunetas de la carretera eran ocupadas por vegetación gipsófila, pequeños arbustos como la ontina adaptada a estos terrenos tan áridos y salinos. Y estos arbustos eran un buen refugio para las esquivas currucas cabecinegras, de las qué vi varios ejemplares a lo largo del camino.
Seguía disfrutando de unas magníficas vistas de todo el complejo lagunar del Porcal, aunque eso sí, con los prismáticos para ver la lámina de agua qué me dejaba ver la vegetación de ribera, y en una orilla de una de la lagunas pude detectar una garza real.
El vuelo rasante de un busardo ratonero hizo qué cientos de gaviotas reidoras volaran asustadas en todas direcciones.
Ya comenzaba a ver las primeras casas de la Finca la Conejera. Cerca de ella había una pequeña dehesa con encinas muy jóvenes. Entre esta formación se intercalaban algunos almendros más viejos, donde pude sorprender a un pinzón vulgar.

(Dehesa de encinas en la Finca la Conejera).

Llegué a la entrada de la finca, con los oportunos carteles de prohibido el paso. Un poco más al frente la carretera estaba cortada por una cancela, qué daba entrada a una explotación de áridos. El cambio de paisaje era radical.
De pasar de un variado bosque de ribera, a una enorme explanada de tierra, sólo rota por una hilera de olivos qué flanqueaban una pequeña carretera de entrada a la gravera. Allí decidí hacer un barrido con los prismáticos a ver si veía algún ave esteparia. La espera tuvo su recompensa al ver unos cuantos ejemplares de avefrías europeas.
El sol se iba poniendo por detrás de los cantiles de la Marañosa, así qué decidí acelerar la marcha si quería echar un últimos vistazo a la Laguna de la Esperilla, antes de qué me quedase sin luz.
Dentro de la Finca la Conejera vi una antigua laguna qué ahora estaba seca. En medio de una pequeña isla de tierra llegó la primera sorpresa de la tarde. Un jovial zorro común estaba tranquilamente tumbado en sus labores de aseo. Estaba tan atento a sus quehaceres qué durante unos minutos no se dio cuenta de qué lo estaba observando desde la altura de la carretera. Cuando se percató de mi presencia, se levantó con su elegante porte, y durante unos minutos tuvimos un interesante intercambio de miradas. Cuando se aburrió de este duelo, comenzó a trotar elegantemente y se perdió entre una zona enmarañada de carrizo.

(Zorro común, vulpes vulpes).

Todavía sin recuperarme de este curioso encuentro, al poco rato llegaría la segunda sorpresa del día. Desde la carretera tenía la visión de una pequeña parte de una laguna, qué comenzaba a desecarse. Tenté a la suerte y desde un talud elevado comencé a explorarla con los prismáticos.
Al principio parecía qué estaba carente de vida, pero al rato vi 3 patos qué se dirigían a su margen derecha. Y cuál fue mi sorpresa al descubrir qué se trataban de 1 macho y 2 hembras de patos colorados.

(Patos colorados, netta rufina).

Debajo del talud había una pequeña formación de almendros y en sus ramas pude ver un par de mitos y un herrerillo común.
En la primera gravera abandonada sin agua, donde vi el cernícalo vulgar, casi en el mismo lugar, pude advertir la presencia de un alcaudón real.

(Alcaudó real, lanius meridionalis).

El sol ya se había puesto y ya me quedaban pocos minutos para no tener luz así qué decidí echar un vistazo a la Laguna de la Esperilla.
Lo que más te llama la atención de la laguna son dos cosas, la sensación de ser un desierto biológico, y el azul turquesa de sus aguas.

(Laguna de la Esperilla).

Allí agazapado tras el tronco gran sauce, estuve esperando a ver si me llevaba alguna sorpresa de última hora, hasta qué los últimos rayos de luz me dejasen ver algo.
Los minutos pasaban y allí no se movía nada. Tras un buen rato sólo pasaron ante mis prismáticos una focha común y una gallineta común.
Cuando ya decidí levantar el campamento, pasó raudo y veloz a toda velocidad un martín pescador qué cerraba la lista de esta jornada tan interesante.
¡A qué esperáis para colgaros vuestros prismáticos y cámara de fotos, y venir a descubrir este espacio tan interesante!
¡Felices avistamientos!
© Rafa Ac.
Termino el relato adjuntando la lista de especies avistadas durante la ruta.
FAUNA DE LA LAGUNA DE LAS MADRES, EL PORCAL Y LA ESPERILLA
AVES
MAMÍFEROS
Aguilucho lagunero occidental
Conejo
Alcaudón real
Zorro común
Ánade real
Avefría europea
Busardo ratonero
Cernícalo vulgar
Cigüeña blanca
Colirrojo tizón
Cormorán grande
Curruca cabecinegra
Focha común
Gallineta común
Garza real
Gaviota reidora
Gaviota sombría
Gorrión común
Herrerillo común
Lavandera blanca
Lavandera cascadeña
Martín pescador
Mirlo común
Mito
Mosquitero común
Oca doméstica
Pato colorado
Paloma torcaz
Petirrojo europeo
Pinzón vulgar
Pito real ibérico
Urraca
Zampullín común



6 comentarios:

  1. Como el dia y la noche. Tú lo has dicho, Rafa. Es la mejor definición de esa visita. No se como se llama una laguna, cerca de la laguna de la Esperilla, que es uno de los lugares mas degradados que he visto en mi vida, si no el que mas. Tal cantidad de basura flotando es un auténtico espectáculo, la verdad.
    Buena cantidad de aves (te falta la torcaz en la relación, por cierto) ademas del avistamiento del zorro. Por cierto, ese comportamiento es bastante habitual. Se puede quedar mirándote algunos minutos sin inmutarse.
    La laguna que queda a la derecha de la Esperilla, por el otro lado de donde tu fuiste tiene muy buena pinta, con mucha vegetación, pero apenas se puede apreciar por estar vallada.
    Un saludo, amigo

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  2. Hola Paco. Gracias por el apunte. Ya añadí la torcaz. En el conjunto de la Laguna de la Esperilla hay algunas qué son auténticos vertederos acuáticos, y colmo de la desfachatez es la Laguna del Aceite, un auténtico atentado medioambiental dentro del Parque del Sureste. Las del Porcal son las mejores del Parque del Sureste junto con la Laguna del Soto de las Cuevas en Aranjuez. Aunque estan valladas, si vas a la de las Madres, de esta, y la carretera qué la rodea, puedes ver parte de ellas. Anímate porque en estas fechas están rebosantes de vida. ¡Un saludo, y gracias por seguir mi blog!.

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  3. Gracias por la información Jose Luís. Echaré un vistazo a tus blog, y los añado para seguirlos y qué me lleguen las notificaciones. Un saludo.

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  4. Cual es el proceso para poder visitar las lagunas del Porcal?
    Gracias

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Vetton. Las Lagunas del Porcal son privadas y no se pueden visitar. Sólo en el caso de que seas investigador o vayas a hacer anillamiento científico. Imagino que los permisos los tramitará la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.

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