RUTA POR
FUENLABRADA
Bosque
Sur. El retorno de la dehesa.
Cualquier avezada
conductora o conductor que haya hecho un viaje en coche desde el Sur de Madrid
hasta Despeñaperros, habrá notado la escasez de zonas de bosque de la
Submeseta Sur. Kilómetros y kilómetros de horizontalidad infinita donde las
grandes masas arbóreas brillan por su ausencia.
En el gran Sur
metropolitano madrileño apenas encontramos bosques de entidad, la mayoría son
de repoblaciones, como los casos de la Marañosa, o el Cerro de los Ángeles, y
otros naturales acantonados a los márgenes de los ríos como los del río
Guadarrama, Jarama o Tajo.
La deforestación en la
meseta se inició hace siglos, acelerándose en los tiempos de la Mesta, para
convertir grandes extensiones de bosques en pastos, y culminando el proceso de
deforestación a mediados del siglo XX, con el gran proceso urbanizador qué
sufrieron los municipios del Sur de Madrid.
El bosque clímax era un
extenso encinar manchego, adaptado a los tórridos veranos mesetarios, y a su
escasez de precipitaciones.
Las pocas muestras de
bosques corresponden a antiguas dehesas boyales, que han llegado a nuestros
días como parque periurbanos, como son los casos del Parque las Bolitas de
Alirón en Valdemoro, o el Parque del Soto en Móstoles.
Uno de los más grandes
parques periurbanos del Sur de la Comunidad de Madrid es Bosque Sur, compartido
por los municipios de Leganés, Fuenlabrada, Getafe y Pinto. Vertebrado
alrededor del Arroyo Culebro cuenta con 323 hectáreas de extensión dividas en
dos zonas, Zona A: Getafe y Pinto, y Zona B: Leganés y Fuenlabrada.
Se han plantado árboles
y arbustos, y se han instalado infraestructuras de caminos, sistemas de riego,
áreas infantiles, deportivas y carriles bici.
Tiene como objetivos
ser una extensa zona de esparcimiento y ocio para 600.000 vecinos, y constituir un importante corredor ecológico que una los dos grandes parques regionales del sur de
la comunidad, el Parque Regional del Guadarrama, y el Parque Regional del
Sureste.
A lo largo de este amplio parque periurbano, encontramos diferentes ecosistemas: zonas de cultivo,
pequeños humedales naturales y artificiales, zonas arbustivas y de dehesa.
La especie dominante
con la que se ha hecho la repoblación es la encina, que comparte entorno con otras
especies como madroños, quejigos, algarrobos, almendros, pinos piñoneros,
almeces, o moreras.
(Dehesas de repoblación en el parque periurbano de Bosque Sur). |
En las zonas de arroyo
y lagunas se han plantado especies como sauces, chopos, tarayes, o fresnos.
(En las zonas de arroyo y lagunas de han plantado especies de ribera como chopos, sauces, y tarayes). |
En cuanto a la
vegetación arbustiva destacan especies como el romero, espliego, retama,
salvia, espino albar.
Poco a poco, con el
paso de los años, la dehesa va tomando forma, y ya se asemeja a un pequeño
bosquete. Tímidamente la fauna qué habitaba esta zona va retornando, se ha
constatado la presencia ya de algún zorro, y es un pequeño foco de
biodiversidad para un entorno tan humanizado como este.
Para los amantes de las
aves es una zona muy interesante. La diversidad de ecosistemas como zonas de
cultivo, humedales y dehesa, hace qué la variedad de aves sea muy atractiva
combinando especies esteparias, de zonas húmedas y forestales. A resaltar especies como alondra común, cogujada común, cernícalo vulgar, gorrión
molinero, totovías, pinzón vulgar, verderón común, pito real, pico picapinos,
gallineta común, o focha común.
Cabe destacar la
presencia de una fauna herpetológica muy sugestiva. En los arroyos y charcas
estacionales podemos encontrar rana común, sapo partero e incluso gallipato.
La variedad zoológica
se contempla como reptiles como lagartijas ibéricas, culebras de escalera, y
mamíferos como ratones de campo, conejos o liebres ibéricas.
La ruta propuesta es
una ruta circular de 2 horas de duración y dificultad baja, con principio y fin
en la estación de Cercanías de La Serna, Fuenlabrada, visitando el Barranco de
Canto Echado, el Parque Norte, y el Centro de Educación Ambiental de Bosque
Sur.
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(Ruta circular de 2 horas de duración y de dificultad baja por Bosque Sur). |
Recomendaciones para la
ruta.
-Es una ruta ideal para
hacer con niños, debido a su escasa dificultad. Muy recomendable hacer una
visita al Centro de Educación Ambiental Bosque Sur, donde muy amablemente nos
explicaran con detalle la riqueza de este entorno, aparte de poder participar
en un algún taller o actividad.
-Procurar no salirse de
los caminos. Hay zonas en donde la vegetación aún se está regenerando, sobre
todo en la zona del encinar.
-Es recomendable llegar
al espacio en transporte público. Es uno de los pocos espacios naturales de Madrid que nos brinda la posibilidad de llegar a su misma puerta en Cercanías. Además el aparcamiento aledaño suele
estar muy lleno.
Accesos a Bosque Sur.
-En coche. Autovía A-42
Madrid-Toledo, salida 15B, luego tomar M-50 y posteriormente la M-409. Seguir
por la Avenida de España, hasta la Calle Zaragoza donde está el aparcamiento de
la estación de Cercanías. 33 minutos desde Madrid.
-En Cercanías. Línea
C5. 23 minutos desde Madrid.
-En bicicleta. Podemos
llegar en bicicleta desde la estaciones de Cercanías de La Serna, Parque Polvoranca, y
Leganés Central. El Parque cuenta con varios circuitos para realizar en bicicleta.
Este es el relato de
una ruta que realicé a principios de Marzo de 2017.
A tan sólo dos semanas
exactas del inicio de la primavera, decidí hacer una visita a Bosque Sur, pues
hacía la friolera de casi 2 años qué no pisaba el parque. Quería comprobar in
situ como evolucionaba el encinar que hacía varios años comenzó a repoblarse.
Además, como estábamos en paso prenupcial, quería tentar la suerte a ver si se
colaba alguna especie interesante.
Una de las ventajas de
Bosque Sur, es que es uno de los espacios protegidos mejor comunicados de la
Comunidad de Madrid, estando situado a escasos metros de la salida de
estación de Cercanías de La Serna.
El día estaba muy
nublado, con un fuerte viento racheado que en algunos momentos se hacía muy
molesto. Mientras me colgaba los prismáticos y preparaba la cámara comencé a
apuntar las especies del cercano aparcamiento: gorrión común, urraca y paloma
torcaz.
(Urraca, pica pica). |
Tomé el camino pegado a
la tapia que lo separaba de las vías del tren. Al fondo del camino, un valiente
cernícalo
vulgar desafiaba con valentía con embates del viento racheado, en su
afán por posarse en un árbol cercano.
(Cernícalo vulgar, falco tinnunculus). |
Cerca de unos bancos de
madera, se fueron a refugiar del incómodo viento, un pequeño grupo de gorriones
molineros.
(Gorriones molineros, passer montanus). |
En pocos minutos llegué
al arroyo del Barranco del Canto Echado. Las lluvias de los días anteriores
habían provocado qué el arroyo bajase con bastante caudal. Es un lugar ideal
para observar anfibios, así que le dediqué varios minutos a ver si veía alguna
rana, sapo o renacuajo, sin ninguna fortuna.
(Arroyo del Barranco del Canto Echado |
Me tuve que conformar,
con el avistamiento de una escurridiza gallineta común, que al detectar mi
presencia, nadó rápidamente para ocultarse entre una tupida masa de carrizo.
El arroyo está
flanqueado por un pequeño bosque de ribera muy interesante compuesto por
especies como chopos, sauces, tarayes, y juncos churreros. Un auténtico oasis
biológico para una zona donde escasean las zonas húmedas. En uno de estos
tarayes, varios mosquiteros comunes jugueteaban a perseguirse con gran frenesí.
En una torreta
eléctrica cercana, una buena bandada de estorninos negros se protegía como
podían del viento, que no paraba de soplar con fuerza.
Abandoné la pequeña
vereda qué rodeaba el arroyo para continuar por una pista más grande, junto a
una de las instalaciones del Centro de Educación Ambiental, había un cartel de
indicación para llegar a la laguna, y cuando hice un giro hacia la derecha
aparecieron las primeras zonas de dehesa.
Las encinas poco a poco
iban tomando un porte interesante, y aunque desgraciadamente algunas se habían
secado, muchas de ellas iban saliendo adelante, y había zonas con un bonito
manto arbóreo, qué con el paso de los años se convertiría en una dehesa
consolidada.
(El encinar de repoblación poco a poco se va consolidando y en unos años se convertirá en una gran dehesa). |
Antes de llegar a la
laguna artificial, entre los surcos del encinar intentaban camuflarse ante mi
presencia unas cuantas bisbitas pratenses.
(Laguna artificial). |
La laguna estaba de lo
más animada. Primero le tocó el turno a las ruidosas ocas domésticas, que se
mezclaban con varios ánades reales.
(Ánade real macho, anas platyrhynchos). |
Posteriormente
comenzaron a caer en picado multitud de gaviotas reidoras seguramente
procedentes del vertedero de Pinto, haciendo un alto en el camino antes de
llegar a su última parada, en su dormidero de la cercana Laguna de Maripascuala
del Parque de Polvoranca.
(Gaviota reidora, chroicocephalus ridibundus). |
Entre tanta reidora,
en una pequeña isla de arena, descansaba una gran gaviota sombría.
(Gaviota sombría, larus fuscus). |
Aproveché un cómodo
banco con buenas vistas a la laguna para descansar un rato y hacer una buena
sesión de fotos.
Continué mi camino en
dirección al puente que cruza la M-50. Aquí la zona de dehesa está más consolidada,
con buenos ejemplares de encina, y entre ellos pude observar muchos colirrojos
tizones.
Antes de llegar al
puente hice un giro brusco para volver al Barranco de Canto Echado y acercarme
al Parque Norte.
En un árbol cercano
pude fotografiar un bonito verderón común.
(Verderón común, carduelis chloris). |
El camino descendía
progresivamente a la zona del arroyo. Aquí la vegetación era de lo más
interesante, encontrando incluso algún madroño de buena presencia. Muy cerca de
él, pude ver la silueta de varias cogujadas comunes, a las qué se
unieron posteriormente varias alondras comunes con sus
inconfundibles reclamos.
(Madroño, arbustus unedo). |
Remontando el camino
del Barranco de Canto Echado, por una pequeña vereda flanqueada por zonas de
barbecho, llegué al Parque Norte con un
pinar de lo más atractivo.
(Parque Norte, aledaño a Bosque Sur). |
Primero pude observar a
tres alondras
totovías con sus características cejas blancas.
Luego la cosa se puso
de lo más concurrida ya que comenzaron a llegar a la copa de los pinos multitud de
pardillos
comunes, jilgueros y verderones comunes.
En otro chopo la
concentración era de serines verdecillos, y me entretuve
un buen rato sacándola un par de fotos.
(Serines verdecillos, carduelis carduelis). |
Antes de abandonar el
parque tomé unas últimas fotos a unas palomas torcaces qué picoteaban en
suelo, en un prado cercano.
(Paloma torcaz, columba palumbus). |
El trayecto hasta el
Centro de Interpretación no me deparó nuevas sorpresas. Cuando llegué a su
puerta comprobé decepcionado que estaba cerrado. Tenía ganas de hacer una
visita, pero tendría que ser en otra ocasión.
(Entrada al Centro de Educación Ambiental de Bosque Sur). |
Junto a la entrada, había
una gran cantidad de agua de las lluvias de días atrás. En un gran charco, una lavandera
blanca aprovechaba para darse un pequeño chapuzón.
(Lavandera blanca, motacilla alba). |
En un chopo cercano, un
grupo de escandalosas cotorras grises descansaban como si
se estuviesen contando que tal les fue el día.
(Cotorra gris, myiopsitta monachus). |
Antes de tomar el tren
de vuelta a Madrid, pude ver los primeros aviones comunes de la zona, que con
su presencia, ya indicaban que la primavera estaba al caer.
¡A que esperáis para
visitar este espacio natural tan interesante!.
¡Felices avistamientos!.
© Rafa Ac.
Concluyo el relato con
las especies avistadas durante la jornada.
FAUNA DE BOSQUE SUR
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AVES
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Alondra común
|
Alondra totovía
|
Ánade real
|
Avión común
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Bisbita pratense
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Cernícalo vulgar
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Cogujada común
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Colirrojo tizón
|
Cotorra gris
Estornino negro
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Gallineta común
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Gaviota reidora
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Gaviota sombría
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Gorrión común
|
Gorrión molinero
|
Jilguero
|
Lavandera blanca
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Mosquitero común
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Oca doméstica
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Paloma torcaz
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Pardillo común
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Serín verdecillo
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Urraca
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Verderón común
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