Parque
de Loranca.. El lago oasis de Fuenlabrada.
El sur metropolitano
madrileño cuenta con pocas zonas húmedas naturales, ideales para las aves.
El gran proceso
urbanizador que se desarrolló desde la década de los 60 del siglo pasado, propició que muchos humedales naturales desaparecieran bajo autopistas,
polígonos industriales, vertederos, o al ser desecados para convertirlos en
zonas de cultivo.
Si exceptuamos los
humedales del Parque Regional del Sureste, en el resto del sur metropolitano
apenas encontramos parte del gran rosario de humedales que conformaban esta
zona de la periferia de la capital.
Algunos de ellos han
desaparecido como la antigua laguna de Parla, y otros se encuentran en un
estado de conservación muy precario, como los Estragales en Pinto, o las
lagunas de Perales del Río en Getafe.
Algunos han tenido la
suerte de acabar incluidos en parques periurbanos como las lagunas de
Maripascuala en el Parque de Polvoranca, o la del Arroyo Butarque, ambas en
Leganés.
Otros humedales
artificiales han sido creados en fechas recientes, como zonas de ocio y
esparcimiento para ciudades populosas del sur madrileño.
Un ejemplo de ellos es
el lago de Loranca, en el distrito de Loranca, perteneciente al municipio de
Fuenlabrada.
(Lago de Loranca en Fuenlabrada). |
El parque fue
construido en la década de los 90 del siglo pasado.
Cuenta con 4.000 m2 de
laguna, y 8.000 hectáreas de pradera.
Un gran pulmón verde
dentro del distrito de Loranca, que cuenta con varios ecosistemas de flora
presentes en la Comunidad de Madrid, como son el encinar, bosque de ribera,
melojar, pinar, etc.
(En el Parque de Loranca hay una representación de distintos ecosistemas madrileños como este encinar). |
La vegetación arbórea
está compuesta por encinas, pinos, chopos, roble melojo, olmos, y sauces entre
otros. En la zona de pradera encontramos una zona arbustiva compuesta por
brezos, escaramujos, romero, retama amarilla, zarzamora, durillo o tomillo.
(Escaramujo. Rosa dumetorum). |
Por último en la lámina
de agua encontramos especies acuáticas como juncos, tamarindos y bambú.
Esta mezcla de
vegetación, junto a la existencia de dos refugios de fauna, uno en una isla del
lago, y otra en el bosque de ribera, hacen de este atractivo parque, un
auténtico oasis urbano tanto para la avifauna, como para otras especies como
conejos, gallipatos o lagartijas ibéricas.
La ruta propuesta es
una ruta circular por el Parque de Loranca de1 hora y 30 minutos de duración y
dificultad baja.
(Ruta circular de 1 hora y media de duración y dificultad baja por el Parque de Loranca). |
Ficha técnica de la
ruta.
-Tipo de ruta:
circular.
-Punto de inicio y fin
de ruta: estación de Loranca. Línea 12, Metrosur.
-Distancia: 2
kilómetros.
-Desnivel: punto más
alto 678 metros. Punto más bajo 671 metros. La ruta apenas tiene desnivel.
-Duración: 1 hora y
media de duración, con paradas para ver aves.
-Patrimonio natural:
Parque de Loranca.
Accesos a Loranca.
-En coche. Coger la
M-50 hasta la salida 56, y posteriormente la M-407.
26 minutos desde
Madrid.
-En autobús. Línea 493
Madrid (Aluche)-Loranca. 25 minutos desde Madrid.
-En metro. Desde Madrid
coger la línea de cercanías C-5 Madrid-Humanes, y bajarse en Fuenlabrada
Central. Desde allí coger el Metrosur y bajar en la parada de Loranca. 1 hora y
15 minutos desde Madrid.
-En bicicleta. Desde la
parada de Metrosur de Loranca.
Recomendaciones para la
ruta.
-Es una ruta ideal para
hacerla con niños.
-No dar de comer a las
aves del lago.
-Dado que el parque
está muy bien comunicado por transporte, es ideal llegar a él sin el coche.
-Evitar los fines de
semana, si queremos ver las especies de aves más esquivas.
Este es el relato de
una ruta que realicé a primeros de Noviembre de 2018.
La mañana no podía ser
más propicia para observar aves.
Después de unos días de
continuas lluvias, aquel Domingo de primeros de Noviembre se presentaba
despejado, y con buena temperatura. El día idóneo para ver distintas especies
de aves. Los días despejados después de varios días seguidos de lluvia, son
ideales para la vista de aves, ya que están muy ansiosas para salir de sus
refugios en busca de alimento.
Con esta guisa, me
presenté en el barrio de Loranca, atraído por los buenos comentarios que había
oído sobre las aves que se pueden contemplar en este pintoresco parque.
Salí de la estación de
Metrosur de Loranca en dirección a la puerta del parque. El paseo es de apenas
5 minutos. En las zonas aledañas ajardinadas de la Calle de la Alegría comencé
a apuntar las primeras especies de la lista. Varios gorriones comunes y una lavandera
blanca.
La primera sorpresa
vino de la mano de un juguetón chochín, que sería el preludio de
las buenas observaciones que tendría a lo largo de la mañana.
A pocos metros de la
entrada del parque había algunos carteles explicativos sobre el parque y su
ruta botánica, que consiste en una representación de varios ecosistemas
madrileños como la dehesa, el bosque de ribera, o el melojar.
(Cartel explicativo de la vegetación del Parque de Loranca). |
Los primeros ánades
reales comenzaron a hacer presencia en una pradera de césped, una
especie que cuenta en el parque con una gran cantidad de individuos.
En un pequeño pinar
cercano había una pareja de gansos del Nilo, pastando
literalmente del césped.
(Ganso del Nilo. Alopochen aegyptiaca). |
Y en los pequeños
claros que había en la pradera, varias lavanderas blancas, picoteaban las
calvas en busca de algún bichillo que echarse al buche.
(Lavandera blanca. Motacilla alba). |
Comencé a bajar por un
camino rodeado de encinas, y algunas retamas que a unos metros se uniría al
borde del lago.
Las primeras palomas
torcaces comenzaban a venir de las zonas urbanas a la zona del encinar.
Dejando atrás las
encinas más pequeñas fruto de recientes repoblaciones, en los bordes del camino
aparecían especímenes más robustos y longevos. Entre sus copas se escondían petirrojos
europeos que pude sorprender por sus inconfundibles reclamos.
(Petirrojo europeo. Erithacus rubecula). |
Las lluvias de pasados
días habían convertido los caminos del parque en un pequeño barrizal, y una
sucesión de charcos que eran aprovechados por las aves para bajar a beber.
Primero le tocó el turno a un grupo de urracas, y poco después comenzaron a
bajar unos cuantos mirlos comunes.
(Mirlo común. Turdus merula). |
Pasé por debajo de un
puente, y apareció la valla que delimitaba la lámina de agua del lago. Unas
pocas gallinetas comunes se mezclaban con un enorme grupo de ánades
reales.
Me estaba entreteniendo
viendo una gran estatua de hierro de un águila cuando comencé a oír a lo lejos, el inconfundible trompeteo de las grullas comunes. Al principio fue un
mero rumor. El ruido del mercadillo cercano me hizo dudar, pero tras reanudar
el paseo el reclamo comenzó a hacerse más intenso. Y cuando alcé la vista al
cielo, comenzaron a pasar varios bandos de estas espectaculares aves zancudas.
(Grullas comunes. Grus grus). |
Primero un pequeño bando de doce ejemplares, y al rato otros dos bandos que no
me dio tiempo a contarlos. Un buen rato se dedicaron a describir vuelos en
círculo por encima de los modernos edificios de Loranca. Un bonito espectáculo
que tenemos el privilegio de disfrutar en los meses otoñales.
Después de deleitarme
con el paso grullero, proseguí mi camino para empezar a rastrear la fauna del
lago.
Las primeras gaviotas
de la mañana se calentaban sobre la valla del lago. Inicialmente vi unas gaviotas
reidoras, y en la otra punta del lago estaba posada una gran gaviota
sombría.
(Gaviota reidora. Chroicocephalus ridibundus). |
En el centro del lago
han colocado una isla artificial, como zona restringida, ideal para el descanso
de varias especies de aves.
En lo algo de unos
sauces, había una pequeña concentración de cormoranes grandes.
(Cormoranes grandes. Phalacrocorax carbo). |
Debajo de esta
plataforma, y completamente quieta, había descansando una garza real.
(Garza real. Ardea cinerea). |
En una zona de piedras
de la plataforma, se movía nerviosamente una lavandera cascadeña.
(Lavandera cascadeña. Motacilla cinerea). |
La mañana estaba siendo
muy provechosa en especies, y aún me queda la mitad del lago por recorrer, así
qué la lista de aquel día prometía un buen puñado de especies.
Comencé a atravesar una
zona con matorrales mediterráneos ideal para pequeños pajarillos. Allí
sorprendí a una pequeña lagartija ibérica tomando su ración
de sol mañanera.
En los claros de la
zona arbustiva, varios gorriones molineros estaban
picoteando al suelo en una coordinación digna de un pase de ballet.
El camino hacía una
pequeña vaguada, y en una zona umbría me paré a hacer una pequeña espera que
reportó de recompensa tres especies nuevas para a la lista: verderón
común, serín verdecillo y mosquitero común.
La otra orilla del lago
estaba rodeada por otra zona arbustiva con frutos rojos, como escaramujos,
ideal para que las aves se dieran un buen festín. Y no me equivoqué, pues poco
después pude ver como los picogordos bajaban a por estos
frutos, y también un zorzal charlo se vio tentado.
(Zorzal charlo. Turdus viscivorus). |
Y por último le tocó el
turno a unas elegantes currucas capirotadas
Volví al borde del lago
para volver a ver la isla de los cormoranes. Les pillé en el momento
justo en el que se estaban secando con la típica pose del Cristo en cruz.
Comencé a buscar el
camino de la salida del parque, y en un momento me vi rodeado por infinidad de ánades
reales. ¡Aquello parecía una invasión! ¡Hacía mucho que no veía tal
concentración!
(Ánades reales. Anas platyrhynchos). |
Desde una pequeña loma
tenía una buena perspectiva del parque, con una estampa de árboles con un
colorido otoñal de lo más agradecido para ser fotografiada.
En un pequeño claro
decidí hacer otra espera. Al principio bajaron un par de pinzones vulgares.
(Pinzones vulgares. Fringilla coelebs). |
Posteriormente bajaron
nuevamente los picogordos qué aproveché para hacerles un pequeño reportaje
fotográfico.
(Picogordo. Coccothraustes coccothraustes). |
Siguiendo el camino, me
volví a internar por otra zona de encinar. Allí había varias conejeras, y no
tardaron mucho rato en aparecer unos cuantos conejos.
(Conejos. Orytolagus cuniculus). |
Cuando ya me encontraba
en la salida del parque, y echando un último vistazo al parque, apareció
sobrevolando un cernícalo vulgar, que se perdió en lo más alto de los edificios
que rodeaban el parque, y daba por finalizada esta jornada matinal pajarera,
tan fructífera.
¡A qué estáis esperando
para echaros al cuello los prismáticos y la cámara de fotos y disfrutar de este
parque tan llamativo!
¡Felices avistamientos!
© Rapha Ac.
Concluyo el relato añadiendo la lista de
especies avistadas durante la ruta.
FAUNA DEL PARQUE DE LORANCA
|
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AVES
|
MAMÍFEROS
|
REPTILES
|
Ánade real
|
Conejo
|
Lagartija
ibérica
|
Cernícalo
vulgar
|
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Chochín
común
|
||
Cormorán
grande
|
||
Curruca
capirotada
|
||
Gallineta
común
|
||
Ganso del
Nilo
|
||
Gaviota
reidora
|
||
Gaviota
sombría
|
||
Gorrión
común
|
||
Gorrión
molinero
|
||
Grulla
común
|
||
Lavandera
blanca
|
||
Lavandera
cascadeña
|
||
Mirlo común
|
||
Mosquitero
común
|
||
Paloma
torcaz
|
||
Petirrojo
europeo
|
||
Picogordo
|
||
Pinzón
vulgar
|
||
Serín
verdecillo
|
||
Urraca
|
||
Verderón
común
|
||
Zorzal
charlo
|
Fuentes consultadas.
-Google maps, página
del Ayuntamiento de Fuenlabrada.
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