Parque Dehesa
Boyal. Sorpresas te dan los parques.
Septiembre es el mes
por excelencia, de la migración post-nupcial.
Aunque comienza en
Agosto y se prolonga hasta Octubre, es un mes ideal para el avistamiento
de aves que tienen una distribución más norteña, como son el papamoscas
cerrojillo, mosquitero musical, tarabilla norteña o colirrojo real.
Los numerosos parques
urbanos de la ciudad de Madrid ofrecen un buen lugar de descanso y reposo para
estas incansables especies migratorias, en su épico viaje a sus cuarteles
africanos.
Un buen lugar para
disfrutar de la migración post-nupcial es el Parque de la Dehesa Boyal de
Villaverde Bajo. Enclavado en este distrito del sur de la ciudad, es conocido
más popularmente como “el parque de los pinos”.
Cuenta con 12.700 m2. Por él trascurre el cauce del
Arroyo Butarque, completamente soterrado.
Botánicamente se divide
en dos zonas bien diferenciadas:
-Una zona de praderas
de césped y zona arbustiva.
-Una zona arbolada
compuesta por especies como pinos carrascos, pinos piñoneros, cipreses, olmos,
abetos y moreras.
(Pinar de pino carrasco, en el Parque Dehesa Boyal de Villaverde Bajo). |
El conjunto se completa
con un pequeño lago, ideal para que las especies migratorias puedan reponer
fuerzas para largo viaje de vuelta hacia tierras africanas.
(Lago en el Parque Dehesa Boyal). |
La ruta propuesta es
una ruta circular con inicio y fin en la estación de cercanías de Villaverde
Bajo. Su duración es de 1 hora y 30 minutos, y es de dificultad baja.
(Ruta circular y de dificultad baja por el Parque Dehesa Boyal de Villaverde Bajo). |
Accesos al Parque
Dehesa Boyal.
-En coche. Por la
Avenida de Andalucía, con desvío en la Gran Vía de Villaverde. 14 minutos desde
Madrid.
-En autobús. Línea 59.
Atocha Renfe-Colonia San Cristóbal de los Ángeles. 1 hora desde Atocha. Bajarse
en la calle Burjasot.
Línea 79.
Legazpi-Villaverde Alto. 50 minutos desde Legapzpi. Bajarse en la calle
Burjasot.
-En Cercanías. Líneas
C3 Atocha-Parla, y C4 Atocha-Aranjuez. Luego caminar 15 minutos por la Gran Vía
de Villaverde. 30 minutos desde Atocha.
-En bicicleta. Por el Parque Lineal del Manzanares,
y la Gran Vía de Villaverde. 30 minutos desde Atocha.
Recomendaciones para la ruta.
-Ya que está muy bien comunicado por transporte
público, es muy recomendable no llegar en coche.
-Si queremos ver el mayor número de especies de
aves, es preferible ir entre semana, ya los fines de semana es un parque muy
concurrido.
-Ruta ideal para hacerla con niños.
Este es el relato de una ruta que realicé el primer
día de Septiembre de 2019.
Ya viene siendo tradición que siempre que vuelvo de
vacaciones de mi pueblo, me acerque a algún parque urbano en Septiembre a ver
la migración post-nupcial. En esta ocasión iba a ser especial.
Llevaba casi 2 meses desde que tuve una lesión el
pie. El infortunio hizo que me pasase justo el día después de que mi amigo
Joaquín y yo, tuviésemos el privilegio de ser los primeros en ver al mítico
avetoro en Soto Gutiérrez, a mediados del mes de Julio.
Desde aquellas lejanas fechas, no había salido a
pajarear, y como la recuperación iba muy bien, y tenía que empezar a caminar,
decidí acercarme al Parque de la Dehesa Boyal de Villaverde Bajo.
Era un ejercicio de malabarismo, el pajarear con una
muleta y parándome de banco en banco a descansar el pie.
Muy despacio y a ritmo muy pausado, recorrí los 15
minutos que separan la estación de cercanías del parque.
El suelo aún estaba muy empapado, días después de la
espectacular tormenta que sufrimos días antes.
La primera especie de la lista en aparecer fue una golondrina común.
En un pequeño terraplén ocupado por varios tipos de
arbustos, pillé bajando a un conejo, que eran muy comunes en el
parque.
(Conejo. Oryctolagus cuniculus). |
Al bajar las escaleras que dan acceso al parque
desde la Gran Vía de Villaverde, me recibieron dos juguetones gorriones
comunes.
(Gorrión común. Passer domesticus). |
Poco iba a tardar en aparecer la primera especie
migradora. En la copa de un pequeño abeto, había posada un ave, que con los
reflejos del sol me pareció un mosquitero musical, típico de estas fechas. Pero
cuando se posó en el césped, me llevé una sorpresa al comprobar que se trataba
de un zarcero políglota.
¡No empezaba mal la mañana!
Poco después, en este mismo abeto, en una de sus
ramas bajas se posó un papamoscas cerrojillo. Subía y baja
volando nerviosamente, con sus típicos movimientos.
Tomé un sendero que rodeaba un huerto urbano y acaba
en el lago. Me senté en el primer banco que vi, y comencé a rastrear en el
cielo nuevas especies de aves.
Al final del camino, me pasó corriendo una inquieta ardilla
común, que había leído que eran muy comunes en este parque.
(Ardilla común. Sciurus vulgaris). |
Comencé a oír el típico reclamo del pico
picapinos, pero no era capaz de verlo. Tras un rato rastreando con los
prismáticos, pude verlo posado en una rama del olmo que tenía a mi izquierda.
Vi aparecer una paloma torcaz y en cuestión de
minutos comenzaron a aparecer muchas más. Primero 10, 20… 100, 200, ¡400! ¡Aquí
deje de contar, pues parecía una invasión!
Al rato proseguí el sendero pegándome a la lámina de
agua, y aquí vi un buen grupo de ánades reales.
(Ánades reales. Anas platyrhynchos |
Poco después empezaron a hacer acto de presencia los
mirlos
comunes, y hubo uno que me llamó la atención, pues tenía la cabeza
parcialmente blanca.
(Mirlo común. Turdus merula). |
Volví a sentarme en un banco, y justo de frente había
una buena concentración de palomas domésticas. Entre tal multitud, se coló una tórtola
turca, que picoteaba como podía la poca comida que le dejaban las
palomas.
(Tórtola turca. Streptopelia decaocto). |
Decidí volver a tentar a la suerte mirando el cielo,
y ahí llego la segunda sorpresa del día: dos vencejos pálidos, que
pasaron volando como un rayo.
Opté por adentrarme en el bosque de pino carrasco, a
ver si veía alguna especie forestal. No vi ninguna. Como contrapartida, un buen
grupo de cotorras grises, algunas de ellas en el nido, que hacían un
ruido a veces insoportable.
Entre tanto escándalo, se colaron dos ardillas
comunes, que jugaban a perseguirse, y al subir a las ramas más altas,
espantó a varias cotorras grises.
De nuevo me senté en un banco, para descansar el
pie, y entre un claro de las copas de los pinos apareció una gran rapaz, que
hizo espantar a varias urracas comunes.
Al principio imaginé que se trataba de un milano
negro, aunque tenía mis dudas si podía ser una calzada.
La rapaz comenzó a volar en círculo, y cuando por
fin voló por encima de un gran claro entre las copas, pude verla unas manchas
blancas al comienzo de las alas, y se confirmaba que era un águila
calzada en fase oscura.
(Águila calzada. Aquila pennata). |
Las chicharras comenzaban a cantar con fuerza, lo
que nos indicaba que estábamos a mediodía con el sol en lo más alto, y ya
apretando el calor incipiéntemente. Así que decidí volver a coger el cercanías
de vuelta a casa.
En la zona arbustiva cantaba una curruca, pero tras
varias intentos infructuosos de verla, decidí abortar la misión y dar por
concluida la jornada pajarera.
¡A qué esperáis para coger vuestra mochila, la cámara
de fotos, y los prismáticos y disfrutar de este espacio tan interesante!
¡Felices avistamientos!
R. Almenilla.
Termino el relato añadiendo la lista de especies
vistas en la ruta.
FAUNA DEL PARQUE DE
DEHESA BOYAL
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AVES
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MAMÍFEROS
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Águila calzada
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Ardilla común
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Ánade real
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Conejo
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Golondrina común
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Gorrión común
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Mirlo común
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Paloma torcaz
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Papamoscas cerrojillo
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Pico picapinos
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Tórtola turca
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Urraca común
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Vencejo pálido
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Zarcero políglota
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Fuentes consultadas.
-Google maps.
-Wikipedia.-Google maps.
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