domingo, 1 de septiembre de 2019

RUTA POR EL DISTRITO DE VILLAVERDE


Parque Dehesa Boyal. Sorpresas te dan los parques.

Septiembre es el mes por excelencia, de la migración post-nupcial.
Aunque comienza en Agosto y se prolonga hasta Octubre, es un mes ideal para el avistamiento de aves que tienen una distribución más norteña, como son el papamoscas cerrojillo, mosquitero musical, tarabilla norteña o colirrojo real.
Los numerosos parques urbanos de la ciudad de Madrid ofrecen un buen lugar de descanso y reposo para estas incansables especies migratorias, en su épico viaje a sus cuarteles africanos.
Un buen lugar para disfrutar de la migración post-nupcial es el Parque de la Dehesa Boyal de Villaverde Bajo. Enclavado en este distrito del sur de la ciudad, es conocido más popularmente como “el parque de los pinos”.
Cuenta con  12.700 m2. Por él trascurre el cauce del Arroyo Butarque, completamente soterrado.
Botánicamente se divide en dos zonas bien diferenciadas:
-Una zona de praderas de césped y zona arbustiva.
-Una zona arbolada compuesta por especies como pinos carrascos, pinos piñoneros, cipreses, olmos, abetos y moreras.

(Pinar de pino carrasco, en el Parque Dehesa Boyal de Villaverde Bajo).

El conjunto se completa con un pequeño lago, ideal para que las especies migratorias puedan reponer fuerzas para largo viaje de vuelta hacia tierras africanas.

(Lago en el Parque Dehesa Boyal).

La ruta propuesta es una ruta circular con inicio y fin en la estación de cercanías de Villaverde Bajo. Su duración es de 1 hora y 30 minutos, y es de dificultad baja.

(Ruta circular y de dificultad baja por el Parque Dehesa Boyal de Villaverde Bajo).

Accesos al Parque Dehesa Boyal.
-En coche. Por la Avenida de Andalucía, con desvío en la Gran Vía de Villaverde. 14 minutos desde Madrid.
-En autobús. Línea 59. Atocha Renfe-Colonia San Cristóbal de los Ángeles. 1 hora desde Atocha. Bajarse en la calle Burjasot.
Línea 79. Legazpi-Villaverde Alto. 50 minutos desde Legapzpi. Bajarse en la calle Burjasot.
-En Cercanías. Líneas C3 Atocha-Parla, y C4 Atocha-Aranjuez. Luego caminar 15 minutos por la Gran Vía de Villaverde. 30 minutos desde Atocha.
-En bicicleta. Por el Parque Lineal del Manzanares, y la Gran Vía de Villaverde. 30 minutos desde Atocha.

Recomendaciones para la ruta.

-Ya que está muy bien comunicado por transporte público, es muy recomendable no llegar en coche.
-Si queremos ver el mayor número de especies de aves, es preferible ir entre semana, ya los fines de semana es un parque muy concurrido.
-Ruta ideal para hacerla con niños.

Este es el relato de una ruta que realicé el primer día de Septiembre de 2019.
Ya viene siendo tradición que siempre que vuelvo de vacaciones de mi pueblo, me acerque a algún parque urbano en Septiembre a ver la migración post-nupcial. En esta ocasión iba a ser especial.
Llevaba casi 2 meses desde que tuve una lesión el pie. El infortunio hizo que me pasase justo el día después de que mi amigo Joaquín y yo, tuviésemos el privilegio de ser los primeros en ver al mítico avetoro en Soto Gutiérrez, a mediados del mes de Julio.
Desde aquellas lejanas fechas, no había salido a pajarear, y como la recuperación iba muy bien, y tenía que empezar a caminar, decidí acercarme al Parque de la Dehesa Boyal de Villaverde Bajo.
Era un ejercicio de malabarismo, el pajarear con una muleta y parándome de banco en banco a descansar el pie.
Muy despacio y a ritmo muy pausado, recorrí los 15 minutos que separan la estación de cercanías del parque.
El suelo aún estaba muy empapado, días después de la espectacular tormenta que sufrimos días antes.
La primera especie de la lista en aparecer fue una golondrina  común.
En un pequeño terraplén ocupado por varios tipos de arbustos, pillé bajando a un conejo, que eran muy comunes en el parque.

(Conejo. Oryctolagus cuniculus).

Al bajar las escaleras que dan acceso al parque desde la Gran Vía de Villaverde, me recibieron dos juguetones gorriones comunes.

(Gorrión común. Passer domesticus).

Poco iba a tardar en aparecer la primera especie migradora. En la copa de un pequeño abeto, había posada un ave, que con los reflejos del sol me pareció un mosquitero musical, típico de estas fechas. Pero cuando se posó en el césped, me llevé una sorpresa al comprobar que se trataba de un zarcero políglota.
¡No empezaba mal la mañana!
Poco después, en este mismo abeto, en una de sus ramas bajas se posó un papamoscas cerrojillo. Subía y baja volando nerviosamente, con sus típicos movimientos.
Tomé un sendero que rodeaba un huerto urbano y acaba en el lago. Me senté en el primer banco que vi, y comencé a rastrear en el cielo nuevas especies de aves.
Al final del camino, me pasó corriendo una inquieta ardilla común, que había leído que eran muy comunes en este parque.

(Ardilla común. Sciurus vulgaris).

Comencé a oír el típico reclamo del pico picapinos, pero no era capaz de verlo. Tras un rato rastreando con los prismáticos, pude verlo posado en una rama del olmo que tenía a mi izquierda.
Vi aparecer una paloma torcaz y en cuestión de minutos comenzaron a aparecer muchas más. Primero 10, 20… 100, 200, ¡400! ¡Aquí deje de contar, pues parecía una invasión!
Al rato proseguí el sendero pegándome a la lámina de agua, y aquí vi un buen grupo de ánades reales.

(Ánades reales. Anas platyrhynchos

Poco después empezaron a hacer acto de presencia los mirlos comunes, y hubo uno que me llamó la atención, pues tenía la cabeza parcialmente blanca.

(Mirlo común. Turdus merula).

Volví a sentarme en un banco, y justo de frente había una buena concentración de palomas domésticas. Entre tal multitud, se coló una tórtola turca, que picoteaba como podía la poca comida que le dejaban las palomas.

(Tórtola turca. Streptopelia decaocto).

Decidí volver a tentar a la suerte mirando el cielo, y ahí llego la segunda sorpresa del día: dos vencejos pálidos, que pasaron volando como un rayo.
Opté por adentrarme en el bosque de pino carrasco, a ver si veía alguna especie forestal. No vi ninguna. Como contrapartida, un buen grupo de cotorras grises, algunas de ellas en el nido, que hacían un ruido a veces insoportable.
Entre tanto escándalo, se colaron dos ardillas comunes, que jugaban a perseguirse, y al subir a las ramas más altas, espantó a varias cotorras grises.
De nuevo me senté en un banco, para descansar el pie, y entre un claro de las copas de los pinos apareció una gran rapaz, que hizo espantar a varias urracas comunes.
Al principio imaginé que se trataba de un milano negro, aunque tenía mis dudas si podía ser una calzada.
La rapaz comenzó a volar en círculo, y cuando por fin voló por encima de un gran claro entre las copas, pude verla unas manchas blancas al comienzo de las alas, y se confirmaba que era un águila calzada en fase oscura.

(Águila calzada. Aquila pennata).

Las chicharras comenzaban a cantar con fuerza, lo que nos indicaba que estábamos a mediodía con el sol en lo más alto, y ya apretando el calor incipiéntemente. Así que decidí volver a coger el cercanías de vuelta a casa.
En la zona arbustiva cantaba una curruca, pero tras varias intentos infructuosos de verla, decidí abortar la misión y dar por concluida la jornada pajarera.
¡A qué esperáis para coger vuestra mochila, la cámara de fotos, y los prismáticos y disfrutar de este espacio tan interesante!
¡Felices avistamientos!
R. Almenilla.
Termino el relato añadiendo la lista de especies vistas en la ruta.

FAUNA DEL PARQUE DE DEHESA BOYAL
AVES
MAMÍFEROS
Águila calzada
Ardilla común
Ánade real
Conejo
Golondrina común
Gorrión común
Mirlo común
Paloma torcaz
Papamoscas cerrojillo
Pico picapinos
Tórtola turca
Urraca común
Vencejo pálido
Zarcero políglota


Fuentes consultadas.
-Google maps.
-Wikipedia.

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