jueves, 1 de enero de 2015

RUTA POR SAN MARTÍN DE LA VEGA. PARQUE TIERNO GALVAN.

RUTA POR SAN MARTÍN DE LA VEGA. PARQUE TIERNO GALVAN.
Parque Tierno Galván. Parque dentro de parque.
A lo largo y ancho de sus 31.552 hectáreas qué componen el Parque Regional del Sureste, nos podemos encontrar dentro de él, una gran variedad de paisajes y ecosistemas. Un espacio sometido a tan presión demográfica y medioambiental, hace qué se solapen en un territorio tan extenso, ambientes tan variados como humedales, ríos, cantiles de yeso, estepas cerealistas y coscojares, junto a construcciones humanas como ciudades, polígonos industriales, autovías, trenes de Alta Velocidad, vertederos o cementeras.

Cantiles yesíferos en la margen izquierda del río Jarama. Sobre ellos se aprecian las formaciones de coscojar. 

La expansión urbanística de los municipios qué rodean al parque ha sido tan intensa en las últimas décadas, qué literalmente “ha estrangulado” la fisonomía del parque, encontrando urbanizaciones justo en el límite con el espacio protegido.
Si observamos un plano de la delimitación del Parque Regional, podemos observar qué este a de sortear esta huella urbana, y a veces lo límites son completamente rectilíneos trazados prácticamente a “escuadra y cartabón”.
Algunos parques urbanos situados en sus afueras, han quedado incluidos dentro del espacio protegido, y se han convertido en zonas de ocio y esparcimiento, como ocurre con el humedal de Coslada. El ejemplo de la ruta propuesta es el Parque Tierno Galván situado en el municipio de San Martín de la Vega.
Se trata de una antigua gravera qué se rehabilitó y acondicionó a primeros de los años 90 del siglo pasado. Consiste en una laguna artificial rodeado de un importante carrizal y con otras especies vegetales como chopos, álamos, sauces y eucaliptos.
El pueblo de San Martín de la Vega se encuentra situado a 35 kilómetros de Madrid capital. Cuenta con una población aproximada de 20.000 habitantes. Es un municipio donde aún el sector primario tiene gran importancia destacando la agricultura de regadío, y donde últimamente ha tenido gran auge el sector terciario, propiciado por la existencia del parque temático de la Warner.
Casi la totalidad del municipio está incluido en el Parque Regional del Sureste, y aporta a este el 30% de su superficie.
Cuenta con una gran variedad de ecosistemas: bosques de ribera, río, humedales, cultivos de regadíos y secano, pinares, coscojares, y cantiles yesíferos. Esta gran diversidad de medios naturales se refleja en su gran biodiversidad y riqueza en especies ornitológicas, algunas de ellas en peligro de extinción.
En San Martín de la Vega podemos encontrar tres enclaves naturales qué sobresalen por su riqueza natural:
1.- El Pinar de la Marañosa. Una gran masa forestal de pino carrasco principalmente, con otras especies vegetales, donde podemos avistar especies como jabalíes, zorros, busardos ratoneros o águilas culebreras.
2.- Estación de anillamiento de las Minas. Uno de las carrizales más grandes de la Comunidad de Madrid, donde se aúnan la investigación, formación y divulgación. Desde su inauguración se han anillado más de 80 especies distintas de especies, algunas de ellas tan escasas como el carricerín cejudo, o escribano palustre, y otras tan interesantes como el pechiazul o el pájaro moscón.
3.- Reserva ornitológica de los Albardales. Un extenso carrizal cercano a cultivos de regadío, donde se forman algunas balsas estacionales aprovechadas por numerosas especies como moritos, combatientes, correlimos menudos o garzas imperiales.
La ruta propuesta es una ruta circular partiendo desde el casco urbano de San Martín de 
Vega, continuando por la ribera del río Jarama, visitando unos humedales aledaños, y acabando en el parque urbano de Tierno Galván.
La ruta es de 2 horas y 30 minutos de duración aproximada y su dificultad es baja.

Ruta circular por el río Jarama y el Parque Tierno Galván.

Accesos a San Martín de la Vega:
-En coche. Coger la A-4 Madrid-Andalucía hasta la salida 22 y luego tomar la M-506.
32 minutos desde Madrid capital.
-En Autobús. Línea 412. Madrid-San Martín de la Vega. 45 minutos desde Madrid.
Línea 413. Pinto estación de FF.CC-San Martín de la Vega. 30 minutos desde Pinto.
-En bicicleta. Carril bici desde Villaverde. 2 horas y 15 minutos.
Este es el relato de una ruta qué realicé el 29 de Diciembre de 2014.
Después de dejar la parada de autobús qué me trajo desde Pinto, comencé a callejear buscando las afueras del pueblo, para pegarme cuanto antes a la orilla del río Jarama.
En el trayecto por la Avenida del Jamara, me entretenía viendo las típicas casas de pueblo, con su fachada encalada, sus patios y terrazas, tan atractivas a la vista qué aún se pueden ver en buena parte del pueblo. Esta arquitectura tradicional era aprovechada por las especies de aves “más urbanitas”. Así comencé a añadir a la lista urraca, paloma torcaz, gorrión común y estornino negro.
Al final de la Avenida del Jarama acababa la calle asfaltada, y comenzaba una pista qué me llevaría al cauce del río.
En un lateral del camino agrícola, en un olmo sin hojas, se apelotonaban un nutrido grupo de gorriones molineros.

Gorriones molineros (Passer montanus).

Mientras iba caminando por las acequias, volaban alegremente jugando a perseguirse, algunos mosquiteros comunes.
Más adelante, en otro olmo, le tocaba el turno a los verdecillos, qué buscaban el sol, en aquella tarde tan fría.

Verdecillos (Serinus serinus).

Al fondo se veían los característicos cantiles de yeso, tan típicos del Parque del Sureste, y el regadío iba dejando paso a la vegetación de ribera.
El acceso al río estaba vallado, así qué tuve qué caminar varios metros hasta encontrar una entrada. El río en este tramo, bajaba con mucha fuerza.
Me oculté tras un carrizal muy denso y comencé a hacer un barrido con los prismáticos.
En una isla de piedras en medio del cauce había posada una gaviota sombría. Tras ella, levantó elegantemente el cuello un cormorán grande.

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

Nadando a contracorriente, un grupo de fochas comunes intentaban como podían, remontar el cauce del río.
Tras ellas, una pareja de ánades frisos se esforzaban por alcanzarlas, en plan de competición, pero la fuerza del río les hacía ir más lentos.
Volví a coger la pista agrícola y me paré en un talud para ganar altura y tener mejor visión. En la otra orilla del río no había vegetación, así qué decidí hacer una espera.
Los conejos correteaban raudos y veloces por las orillas del río, tanto qué asustaron a un pequeño petirrojo qué estaba posado en una roca.
Retomé el camino, y a mi izquierda se abría una zona de barbecho. Instantes después apareció un cernícalo vulgar qué hizo un picado como atacando una presa.
De entre un carrizal cercano salió un gavilán común con una presa en la pata.
La escena fue tan rápida qué casi no me dio tiempo a verla con los prismáticos.
El cernícalo continuó acosando al gavilán hasta qué ambos se perdieron en el sotobosque del río.
Más adelante, en un gran meandro del río, primero apareció un zampullín chico, tras él, 
una pareja de porrones europeos, y después de estos tres ejemplares de cerceta común, con su característico antifaz verde.
Continué el camino, y en una zona de regadío, en una boca de riego, haciendo equilibrio, estaba posado atento a cualquier presa un alcaudón real meridional.
El camino volvía a acercarse al Jarama, y sin darme cuenta, había llegado al área recreativa “El Puente”, con un cartel explicativo a su entrada. En él se nos explica como una gran riada ocurrida en 1947 rompió el puente qué cruzaba el Jarama y lo desplazó de su lugar original

Cartel informativo en el área recreativa "El Puente".

Actualmente está acondicionada con bancos y mesas en un entorno rodeado de tarays, álamos y chopos.
Justo antes de asomarme a la orilla, el ruido de mis pisadas en la hojarasca, asustó a dos tórtolas turcas qué estaban posadas sobre un chopo.
Hice un barrido con los prismáticos por el cauce del río y sólo pude ver un pequeño grupo de fochas comunes.
Retomé el camino por la pista agrícola y en su margen derecha me encuentré una pequeña laguna con gran cantidad de carrizo. En el carrizo de la orilla más lejana, algo se movía, y cuando pude calibrar bien los prismáticos llegó la segunda sorpresa de la tarde, ¡un calamón!. 

Calamón (Phorphyrio phorphyrio).

A continuación, hice un giro de 180 grados en el camino, y me dirigí en dirección al casco urbano del pueblo.
A lo lejos, con los cerros del Espartal al fondo, un bando de avefrías pasó volando para ir a aterrizar a una zona de cultivo cercano a la carretera qué llevaba al pueblo.
En una zona de regadío, un agricultor se dedicaba a quemar el carrizo, una práctica muy común en esta zona y qué no es nada recomendable para la avifauna.
El humo se me pegaba a la ropa y comenzaban a llorarme los ojos, así qué decidí aligerar la marcha y salir de aquella zona.
Tenía el sol justo de frente poniéndose por el Oeste, lo qué me dificultaba mucho la visión. Según avanzaba me salían gran cantidad de zorzales, pero con la luz del sol no podía distinguir de qué especie se trataban, si eran charlos o comunes.
En una piedra en las inmediaciones del camino, había posada una hembra de colirrojo tizón. Posteriormente llegué a una zona donde había plantada una hilera de almendros, y en uno de ellos descansaba un joven de pinzón vulgar, qué con mucha paciencia, se dejó fotografiar.

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

Volví a entrar en una zona de carrizal, y al estar tan alto, me protegía de los rayos del sol qué tenía de cara. Justo en ese trozo de sombra se posó otra de las especies interesantes de esta jornada pajarera: una hembra de escribano palustre.
Poco a poco los cantiles de yeso comenzaban a coger su característico tono rojizo cuando atardece, y a lo lejos, a modo de postal pasó planeando un macho de aguilucho lagunero.
Cogí un atajo de una vereda qué se había formado por la rodada de un tractor, y qué me llevó a la pista agrícola qué acaba en la puerta de entrada del Parque Tierno Galván.
Antes de pasar la puerta de la entrada, en un arbusto cercano, salieron volando asustados ante mi presencia, un pequeño bando de jilgueros.
El sol ya se había puesto y ya me quedaban pocos minutos de luz, así qué decidí dar una vuelta circular rápida por la laguna del parque.
En las orillas había muchos pescadores. Este parque es muy apreciado por ellos para la pesca del lucio, black-bass, y carpa entre otras especies.
Dentro de la laguna sólo había fochas comunes, ánades reales y ánsares comunes.

Focha común (Fulica atra).


Por el camino contiguo a la laguna, multitud de gallinetas huían corriendo a esconderse a la zona de carrizo según iba caminando.
Palomas torcaces y gorriones molineros entraban en bandadas a sus dormideros del parque. En el exterior, sobre la vegetación del Jarama, pasaban grandes bandos de garcillas bueyeras de camino a sus dormideros del río.

Atardecer en el Parque Tierno Galván de San Martín de la Vega.

Apurando las últimas claridades después de la puesta de sol, salí del parque y me dirigí a los Albardales. Allí un agricultor, nuevamente estaba quemando el carrizal. Eso me recordó al artículo de prensa qué leí sobre el pavoroso incendio de 1997 qué destruyó unos 20.000 metros cuadrados de la reserva ornitológica. Una práctica temeraria qué algunos todavía defienden, con el exiguo y simple argumento de matar roedores e insectos naturales. No hay nada mejor para luchar contra las plagas qué la biodiversidad: aguiluchos laguneros, busardos ratoneros, milanos reales o negros entre otras especies, son los mejores aliados de los agricultores contra los roedores.
Cambié de camino agrícola huyendo del humo y acabé cerca de la estación abandonada de cercanías de San Martín de la Vega. Una imagen muy representativa de todo lo qué estaba pasando con esta maldita crisis qué padecemos, y que parece no tener fin.
Sobre la estación aparecieron tres bandos de cigüeñas blancas qué cerraban la lista de esta jornada pajarera tan interesante.
¡A qué estáis esperando para coger vuestra mochila, cámara y prismáticos y acercaros a este rincón tan interesante del sureste madrileño!.
¡Felices avistamientos!.
© Rafita Almenilla.
Para finalizar, adjunto listado de especies vistas en la ruta.

FAUNA DEL RÍO JARAMA Y PARQUE TIERNO GALVAN



AVES
MAMIFEROS


Aguilucho lagunero occidental
Conejo
Alcaudón real meridional

Anade friso

Anade real

Ansar común

Avefría

Cerceta común

Cernícalo vulgar

Cigüeña blanca
Colirrojo tizón

Cormorán grande

Escribano palustre

Estornino negro

Focha común
Gallineta

Garcilla bueyera

Gavilán común

Gaviota sombría

Gorrión común

Gorrión molinero

Jilguero

Mosquitero común

Paloma torcaz
Porrón europeo

Petirrojo

Tórtola turca

Urraca

Verdecillo

Zampullín chico



2 comentarios:

  1. Hola Rafa, enhorabuena por este magnifico blog. Es muy agradable descubrir sitios nuevos para campear por el sur de Madrid. Suelo moverme por esa zona (puedes ver ejemplos en http://calamonesdelaisla.blogspot.com.es/) y veo que hay sitios que aún no conozco. Gracias por tus interesantes aportaciones. Un saludo.

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  2. Hola Angel. Muchas gracias por tus comentarios. Celebro qué te guste. He estado ojeando tu blog y está genial. Felicidades por esas magníficas fotos. He añadido tu blog a mis favoritos. Te animo a qué sigas viendo las próximas entradas qué iré subiendo. ¡Un cordial saludo!.

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