Parque
de Pradolongo. Parada y fonda.
En el paso postnupcial,
que transcurre entre los meses de Septiembre y Octubre, los parques urbanos
madrileños son zonas de descanso para numerosas especies de aves que crían en
el norte peninsular, y en zonas boreales de Europa.
Es una buena época para
poder contemplar especies que, o no crían en la Comunidad de Madrid, o y si lo
hacen, suelen elegir las zonas más altas del Sistema Central.
En estos meses podemos
observar con nuestras visitas a cualquier parque urbano, el paso de especies tan
interesantes como tarabillas norteñas, papamoscas cerrojillos, colirrojos reales,
currucas mosquiteras,o mosquiteros musicales, entre otras.
También podremos
observar las especies estivales más rezagadas, qué aguantarán incluso las
primeras semanas de Otoño como los vencejos pálidos.
Antes de volver a sus
cuarteles de Invierno en tierras subsaharianas, harán sucesivas paradas en su
recorrido por la Península Ibérica, y repondrán fuerzas alimentándose de
insectos aún abundantes a finales del verano, o de algunos frutos de arbustos y árboles como zarzamoras, saúcos, o higos. En los parques urbanos encontrarán estos alimentos, así como fuentes de aguas permanentes.
Uno de los parques del sur de Madrid donde podemos disfrutar de la migración postnupcial, es el parque
de Pradolongo.
(Vistas del parque de Pradolongo, en el distrito de Usera). |
Situado en el distrito
de Usera, cuenta con 72,5 hectáreas, convirtiéndolo en el cuarto parque urbano
en extensión.
Dentro de él podemos
encontrar una senda botánica y ecológica con carteles informativos. Un parterre
con 180 especies distintas de árboles y arbustos entre las que destacan pinos,
cedros, abetos, arces, sauces, tilos, avellanos, encinas, alcornoques, robles,
olivos , y palmeras.
(La vegetación del parque de Pradolongo es muy variada con numerosas especies de árboles como encinas, palmeras, pinos, olivos o tilos, entre otras). |
Un gran lago y un
arroyo completan la descripción paisajística, y ofrece numerosos recursos y
oportunidades para la avifauna local y de paso.
(Rutas circular de 3 horas de duración y de dificultad baja por el parque de Pradolongo). |
Ficha técnica de la
ruta.
-Tipo de ruta: circular
ida y vuelta.
-Punto de inicio y fin
de la ruta: estación de Cercanías de Doce de Octubre.
-Distancia: 5
kilómetros aproximadamente, ida y vuelta.
-Desnivel: Punto más
alto 587 metros. Punto más bajo 579.
-Dificultad: Baja.
Ideal para hacerla con niños.
-Duración: 3 horas, con
paradas para ver aves.
-Patrimonio cultural:
Iglesia Maris Stella. Principios siglo XX.
-Patrimonio natural:
parque urbano.
(Iglesia de Maris Stella, de principios del siglo XX). |
Accesos al Parque de
Pradolongo.
-En coche. M-30 salida
12. Coger la Avenida de Andalucía, y luego la Calle Antonio López. 20 minutos
desde el centro de Madrid.
-En Metro. Línea 3.
Moncloa-Villaverde Alto. Bajarse en la estación de Almendrales, y desde allí
andar 18 minutos hasta la entrada del parque. En total 33 minutos desde la
estación de Sol.
-En Cercanías. Línea C5
Móstoles-El Soto-Humanes. Parada Doce de Octubre. Desde allí andar 10 minutos
hasta la entrada al parque. Total: 25 minutos desde la estación de Sol.
-En autobús. Línea 81.
Oporto-Hospital Doce de Octubre. Bajarse en la parada de la Calle del Dr.
Tolosa Latour.
-En bicicleta. Se puede
aprovechar parte del recorrido de Madrid-Río.
Por el sur del parque
pasa el Anillo Verde Ciclista.
Recomendaciones de la
ruta.
-El Parque de
Pradolongo, tiene el dudoso honor de ser considerado el parque más peligroso de
todo Madrid, cuando cae la noche. Así que no es nada recomendable quedarse al
anochecer para hacer esperas, para aves nocturnas.
-Las épocas más
recomendables para visitar el parque son en los meses de paso migratorio tanta
prenupcial (Marzo-Abril), como postnupcial (Septiembre-Octubre). También es muy
interesante visitarlo en Invierno, para ver las aves que bajan de altas cumbres
de la sierra para refugiarse en él, como petirrojos, piquituertos, lúganos,
así como por la gran concentración de gaviotas reidoras y sombrías que
descansan en el lago artificial.
-Para multiplicar
nuestras posibilidades en número de especies es aconsejable visitar la zona del
arroyo, ya que entre su zona arbustiva veremos varias especies de paseriformes.
(El arroyo que cruza el parque de Pradolongo tiene una vegetación ribereña muy bien conservada, qué es ideal para la observación de varias especies de paseriformes). |
-Ya que es una zona con
instalaciones deportivas es interesante si queremos ver más aves, evitar ir los
fines de semana.
-El transporte público
es la forma más cómoda para llegar al parque, ya que la estación de cercanías
está a menos de 15 minutos andando.
-La iglesia no es
visitable.
Este es el relato de
una ruta que realicé a comienzos de Septiembre de 2018.
Ya se ha convertido en
un clásico, que de mi vuelta de vacaciones estivales, me acerque a algún parque
urbano a contemplar la migración postnupcial.
Y aquel mes de
Septiembre no iba a ser una excepción. El año anterior la había observado en el
Parque Felipe VI con muy buenos resultados. Pero aquel mes de Septiembre decidí
volver a escrudiñar la zona sur de Madrid, y elegí el Parque de Pradolongo, en
el distrito de Usera.
Era una mañana de
bochorno. El mes de Septiembre había comenzado meteorológicamente hablando muy activo. Habíamos tenido un par de días de tormentas, que vendrían muy bien para activar
la berrea el ciervo, y aquella mañana amaneció encapotada, con amenaza de lluvia.
Salí de la estación de
Cercanías de Doce de Octubre, cercana al homónimo hospital, y en menos de 15
minutos ya me encontré en la puerta del parque.
Los tonos anaranjados de
los castaños de Indias ya nos anunciaban que el Otoño astronómico entraría en
pocos días.
La primera especie de
la mañana fue un nutrido grupo de palomas torcaces, jóvenes y adultas,
que picoteaban insistentemente el césped.
(Palomas torcaces. Columba palumbus). |
Al rato les tocó el
turno a las ruidosas cotorras grises, que en Pradolongo
tienen una gran colonia, con abultados nidos en los cedros del parque.
(Cotorra gris. Myiopsitta monachus). |
Comencé a subir una
pequeña loma, donde vi a varias urracas disputándose un trozo de
barra de pan.
A mi derecha, subiendo
las escaleras, en un claro de césped, una concurrida multitud de gorriones
molineros estaban muy activos en busca de alimento.
A mi izquierda pude ver
un joven de pito real, al que poco después se le unieron dos adultos,
dispuestos a darse un buen festín de hormigas, una auténtica golosina para
ellos.
(Pito real ibérica. Picus sharpei). |
En aquella explanada de césped compartían festín con dos mirlos
comunes y otros tantos serines verdecillos.
Al llegar a lo alto de
la loma, tenía unas magníficas vistas de todo el parque. Sobre mi cabeza pasó
una golondrina
común, especie que en pocas semanas nos abandonaría a pasar la
invernada en el África Subsahariana.
Retomando el camino,
comencé a bajar una cuesta que me llevó a una de los paseos principales del
parque. En las praderas de césped aledañas al camino descendente, se
concentraban numerosos estorninos negros.
A la izquierda del
camino principal se encontraban las pistas deportivas, y muy cerca de estas, se
posó una simpática abubilla qué comenzó a barrer el suelo con su pico en busca de
hormigas.
(Abubilla. Upupa epops). |
Tomé un camino que me
llevaría a un pequeño mirador rodeado de pinos.
En la copa de uno de
los pinos piñoneros se movía incesante una pequeña pelotilla, que cuando pude
enfocarla bien pude ver que se trataba de un carbonero garrapinos.
Desde lo alto del
mirador volvía a tener unas magníficas, del lago, y de los oscuros nubarrones
que se acercaban al parque anunciando tormenta.
Empecé a bajar en
dirección al lago, y en una zona de arbustos pillé in fraganti a un hermoso petirrojo.
Decidí bordear el lago
por su parte izquierda en dirección a la Iglesia.
(Lago del parque de Pradolongo. En época invernal hay una gran concentración de gaviotas reidoras y sombrías). |
El lago estaba muy
desangelado, apenas sin atisbo de ningún ave, esperando los primeros fríos
otoñales que lo cubrirían de infinidad de gaviotas. Sólo puede ver a dos
solitarias lavanderas blancas que buscaban impacientes algo que llevarse
al pico.
Cuando ya tenía a mi
espalda la Iglesia abandonada, vi el perfil de un vencejo sobre volando el
lago. Poco después apareció otro, y después de un rato llegué a contar hasta
cinco. Ya no eran fechas de vencejo común. Cabría la posibilidad de que quedase
alguno regazado, así que opté por oír su canto el la aplicación del móvil, y
comprobar que se trataban de vencejos pálidos.
Me acerqué todo lo que
pude a la valla de la iglesia, donde en su cúpula habían posados varios estorninos
negros.
En una pequeña zona
ajardinada pude sorprender a una bella paloma zurita, que muy confiada, se dejó echar un par de
fotos.
(Paloma zurita. Columba oenas). |
Decidí ir a la zona del
parterre que rodeaba el lago, y en un pequeño entrante entre los arbustos que
dejaba ver el lago, decidí hacer una espera a ver que especies bajaban a beber.
(Parterre aledaño al lago del parque). |
En ese rato de espera,
fue una sucesión de especies que, o iban a beber con sus vuelos rasantes, o que
se tiraban en picado en busca de mosquitos.
Primero aparecieron los
aviones
comunes, seguidos de los vencejos pálidos, para dar paso a
numerosas golondrinas comunes.
Tras un buen rato de
espera, decidí tomar un camino siguiendo la ruta de la senda ecológica con
paneles informativos.
Justo cuando estaba
leyendo un cartel, apareció un papamoscas cerrojillo, qué se posó
en un árbol muy cercano.
(Papamoscas cerrojillo. Ficedula hypoleuca). |
Un poco después
apareció otro, y más adelante otros dos más.
Ya comenzaba el flujo
migratorio de estos pequeños pajarillos que tienen uno de los pasos
postnupciales más largos, comenzando a finales de Agosto, y prolongándose hasta
finales de Octubre.
En una pradera de
césped cercana a los carteles informativos, se formó una concentración mixta
muy numerosa de gorriones molineros y gorriones comunes, a la que
posteriormente se sumaron jilgueros y serines verdecillos.
(Gorriones molineros. Passer montanus. Y jilgueros europeos. Carduelis carduelis). |
Siguiendo la senda
ecológica, decidí ir al arroyo artificial para probar suerte en la vegetación
arbustiva que rodeaba el curso de agua artificial.
La zona del arroyo
tenía muy buen aspecto, muy bien cuidada, con un sustrato arbustivo que era
ideal como zona de refugio para pequeños pajarilos.
Dentro del arroyo
nadaban tranquilamente cuatro ánades reales.
(Ánades reales. Anas platyrhynchos). |
Seguí rastreando el
curso del arroyo hasta su desembocadura en el estanque, sin sumar ninguna
especie nueva.
El bochorno ya empezaba
a ser un poco insoportable, y aunque estaba muy encapotado, no se animó a caer
ni un pequeño chaparrón que refrescara el ambiente.
Eché el último vistazo
al lago, antes de enfilar hacia la estación de cercanías.
Un último vistazo a los
cielos del parque, me reportó la última especie de lista. Varias cigüeñas
blancas, volando en círculo, que cerraban esta jornada de pajareo tan
interesante por el Parque de Pradolongo.
(Cigüeña blanca. Ciconia ciconia). |
¡A qué esperáis para
sacar vuestros prismáticos y cámara de fotos, y disfrutar de este parque tan
interesante!.
¡Felices avistamientos!
© Rapha Ac.
Acabo el relato con la
clásica lista de especies avistadas durante la ruta.
FAUNA DEL
PARQUE DE PRADOLONGO
|
AVES
|
Abubilla
|
Ánade real
|
Avión común
|
Carbonero
garrapinos
|
Cigüeña
blanca
|
Cotorra
gris
|
Estornino
negro
|
Golondrina
común
|
Gorrión
común
|
Gorrión
molinero
|
Jilguero
europeo
|
Lavandera
blanca
|
Mirlo común
|
Paloma
torcaz
|
Paloma
zurita
|
Papamoscas
cerrojillo
|
Petirrojo
europeo
|
Pito real
ibérico
|
Serín
verdecillo
|
Urraca
|
Vencejo
pálido
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